Lección 3: COMPRENDAMOS LA NATURALEZA HUMANA

Lección 3.8-14 de octubre

Comprender la naturaleza humana

sábado por la tarde

Lea para el estudio de esta semana: Génesis 1:24-27 ; Génesis 2:7 , 19 ;   Mateo 10:28 ; Ecl. 12:1-7 ; 1 Reyes 2:10 ; 1 Reyes 22:40 .

Texto para memorizar: “Y Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida; y el hombre se convirtió en alma viviente” ( Génesis 2:7 ) .

La tensión entre la palabra de Dios, “Morirás” ( Gén. 2:16 , 17 , NVI) y la falsa promesa de Satanás, “¡Ciertamente no morirás!” ( Gén. 3:4, NASB ) no se restringió al Jardín del Edén. Ha tenido eco a lo largo de la historia.

Mucha gente trata de armonizar las palabras de Satanás con las palabras de Dios. Para ellos, la advertencia “Morirás” se refiere únicamente al cuerpo físico perecedero, mientras que la promesa “¡Ciertamente no morirás!” es una alusión a un alma o espíritu inmortal.

Pero este enfoque no funciona. Por ejemplo, ¿pueden armonizarse las palabras contradictorias de Dios y de Satanás? ¿Existe un alma o espíritu inmaterial que sobrevive conscientemente a la muerte física? Hay muchos intentos filosóficos e incluso científicos para responder a estas preguntas. Pero, como cristianos basados ​​en la Biblia, debemos reconocer que solo Dios Todopoderoso, Aquel que nos creó, también nos conoce perfectamente (ver Salmo 139 ). Por lo tanto, solo en Su Palabra para nosotros, las Escrituras, podemos encontrar respuestas a estas preguntas cruciales.

Esta semana consideraremos cómo el Antiguo Testamento define la naturaleza humana y la condición de los seres humanos al morir.

Estudie la lección de esta semana para prepararse para el sábado 15 de octubre.

Comentarios Elena GW

Cuando se considera las oportunidades que tiene el hombre para investigar, cuando se considera cuán breve es su vida, cuán limitada su esfera de acción, cuán restringida su visión, cuán frecuentes y grandes son los errores de sus conclusiones, especialmente en lo que se refiere a los sucesos que se supone precedieron a la historia bíblica, cuánto a menudo se revisan o desechan las supuestas deducciones de la ciencia, con qué prontitud se añaden o quitan millones de años al supuesto período del desarrollo de la tierra y cómo se contradicen las teorías presentado por diferentes hombres de ciencia; cuando se considera esto, ¿consentiremos nosotros, por el privilegio de rastrear nuestra ascendencia a través de gérmenes, moluscos y monos, en desechar esa declaración de la Santa Escritura, tan grandiosa en su sencillez: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó”? ¿Desearemos el informe genealógico —más magnífico que cualquiera atesorado en las cortes de los reyes: “Hijo de Adán, hijo de Dios”? (La educación, pág. 130).

La mano que sostiene los mundos en el espacio, la mano que mantiene en su disposición ordenada y actividad incansable todas las cosas en el universo de Dios, es la mano que fue clavada en la cruz por nosotros.

La grandeza de Dios no es incomprensible. “Jehová tiene en el cielo su trono” 13; sin embargo, es omnipresente mediante su Espíritu. Tiene un conocimiento íntimo de todas las obras de su mano y un interés personal en ellas (La educación, p. 118).

Si los hombres hubieran querido recibir la verdad tan claramente expresada en las Santas Escrituras, referente a la naturaleza del hombre y al estado de los muertos, reconocerían en las declaraciones y manifestaciones del espiritismo la operación de Satanás con poder y con prodigios mentirosos. Pero en vez de renunciar a la libertad tan cara al corazón pecaminoso ya sus pecados favoritos, la mayoría de los hombres cierra los ojos a la luz y sigue adelante sin cuidarse de las advertencias, mientras Satanás tiende sus lazos en torno de ellos y los hace presa suya. “Por cuanto no admitieron el amor de la verdad, para que fueran salvos, […] Dios les envía la eficaz operación de error, a fin de que crean la mentira”. 2 Tesalonicenses 2:10, 11 .

Los que se oponen a las enseñanzas del espiritismo atacan no solo a los hombres, sino también a Satanás ya sus ángeles. Han emprendido la lucha contra principados, potestades y malicias espirituales en los aires. Satanás no cederá una pulgada de terreno mientras no sea rechazado por el poder de mensajeros celestiales. El pueblo de Dios debe hacerle frente como lo hizo nuestro Salvador, con las palabras: “Escrito está”. Satanás puede hoy citar las Santas Escrituras como en tiempo de Cristo, y volverá a pervertir las enseñanzas de ellas para sostener sus engaños. Los que quieran permanecer firmes en tiempos estos de peligro deben comprender por sí mismos el testimonio de las Escrituras (El conflicto de los siglos, pp. 546, 547).

domingo9 de octubre

"Un ser vivo"

Lea Génesis 1:24-27 y Génesis 2:7 , 19 . ¿Qué similitudes y diferencias puedes ver entre la forma en que Dios creó a los animales y la humanidad? ¿Qué nos dice Génesis 2:7 acerca de la naturaleza humana?

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El relato de Génesis declara que en el sexto día de la semana de la Creación, el Señor Dios dio vida a los animales terrestres ya los primeros seres humanos, una pareja ( Gén. 1:24-27 ) . Se nos dice que Él “formó de la tierra todos los animales salvajes y todas las aves del cielo” ( Gén. 2:19, NVI ) . Él también “formó al hombre del polvo de la tierra” ( Gén. 2:7, NVI ) .

Aunque tanto los animales como el hombre fueron hechos de “la tierra”, la formación del hombre fue distinta de la de los animales en dos formas principales. Primero, Dios moldeó al hombre físicamente, y luego “sopló en su nariz aliento de vida, y el hombre se convirtió en un ser viviente” ( Gén. 2:7, NVI ) . Era una entidad física antes de convertirse en una entidad viviente. Segundo, Dios creó a la humanidad como hombre y mujer a la misma imagen y semejanza de la Deidad ( Gén. 1:26 , 27 ) .

Génesis 2:7 explica que la infusión del “aliento de vida” en el cuerpo físico de Adán lo transformó en “un ser viviente” (Heb. Nephesh chayyah ) o literalmente “un alma viviente” (KJV). Significa que cada uno de nosotros no tiene un alma que pueda existir aparte del cuerpo. Más bien, cada uno de nosotros es un ser vivo o un alma viviente. La afirmación de que esta “alma” es una entidad consciente que puede existir separada del cuerpo humano es una idea pagana, no bíblica. Comprender la verdadera naturaleza de la humanidad nos impide aceptar la noción popular de un alma inmaterial y todos los errores peligrosos construidos sobre esa creencia.

No hay existencia consciente de ninguna parte aislada del ser humano separada de la persona como un todo. Dios nos creó de una manera temible y maravillosa, y no debemos especular más allá de lo que las Escrituras realmente dicen sobre este asunto específico. De hecho, la naturaleza misma de la vida no solo es un misterio (los científicos aún no pueden ponerse de acuerdo sobre qué significa exactamente que algo esté vivo), sino que aún más misteriosa es la naturaleza de la conciencia. ¿Cómo las pocas libras de tejido material (células y sustancias químicas) en nuestras cabezas, el cerebro, retienen y crean cosas inmateriales como pensamientos y emociones? Quienes estudian esta idea admiten que realmente no lo sabemos.

¡Qué milagro es la vida! ¿Por qué debemos regocijarnos en el regalo no solo de la vida, sino también de la vida eterna , un milagro aún mayor?

Comentarios Elena GW

La vida física es algo que ha recibido cada individuo. No es eterna ni inmortal, pues la toma de nuevo Dios, el Dador de la vida. El hombre no tiene control sobre su vida. Pero la vida de Cristo no era prestada. Nadie puede arrebatarle esa vida. “Yo de mí mismo la pongo”, dijo. “En él estaba la vida”: original, no prestada, no derivada de otro. Esa vida no es inherente al hombre. Solo puede poseerla por medio de Cristo. No puede ganarla; le es dada como una dádiva gratuita si quiere creer en Cristo como su Salvador personal. “Esta es la vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, ya Jesucristo, a quien ha enviado” ( Juan 17:3 ). Esta es la fuente de vida abierta para el mundo (Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista, t. 5, p. 1104).

En la creación del hombre resulta manifiesta la intervención de un Dios personal. Cuando Dios hubo hecho al hombre a su imagen, el cuerpo humano quedó perfecto en su forma y organización, pero estaba aún sin vida. Después, el Dios personal y existente de por sí infundió en aquella forma el soplo de vida, y el hombre vino a ser criatura viva e inteligente. Todas las partes del organismo humano fueron puestas en acción. El corazón, las arterias, las venas, la lengua, las manos, los pies, los sentidos, las facultades del espíritu, todo ello empezó a funcionar, y todo quedó sometido a una ley. El hombre fue hecho alma viviente. Por medio de Cristo el Verbo, el Dios personal creó al hombre, y lo dotó de inteligencia y de facultades (El ministerio de curación, pp. 322, 323).

Mediante el Dador de la vida, el alma es capaz de vivir por las edades eternas, y el hombre debe ejercer un cuidado especial por el alma que Cristo compró con su propia sangre… Si el valor de su alma no ha sido apreciado, si los atrios de su templo han sido [profanados] por compradores y vendedores al entregarla a la dirección y morada interior de Satanás en pensamientos o sentimientos, le ruego con profunda seriedad que no se demore en acudir a Dios en sincera oración, sin un momento de especulación ni vacilación, para decir: “Oh Señor, le he abierto la puerta de mi corazón a tu peor enemigo, y al peor enemigo de mi alma. He actuado como si fuera capaz de salvar mi propia alma… No me atrevo a confiarla a ningún otro poder que no sea el tuyo… La deposito a tus pies. Oh Cordero de Dios, lava mi alma en la sangre del Cordero;

Lunes10 de Octubre

“El alma que pecare, esa morirá”

Lea Ezequiel 18:4 , 20 y Mateo 10:28 . ¿Cómo pueden estos versículos ayudarnos a entender la naturaleza del alma humana?

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La vida humana en este mundo de pecado es frágil y transitoria ( Isa. 40:1-8 ) . Nada infectado por el pecado puede ser eterno por naturaleza. “Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron” ( Rom. 5:12, NVI ) . La muerte es la consecuencia natural del pecado, que afecta a toda la vida aquí.

Sobre este asunto, hay dos conceptos bíblicos importantes. Una es que tanto los seres humanos como los animales mueren. Como dijo el rey Salomón, “Ciertamente la suerte de los seres humanos es como la de los animales; el mismo destino les espera a ambos: como muere uno, así muere el otro. Todos tienen el mismo aliento; los humanos no tienen ventaja sobre los animales. … Todos van al mismo lugar; todo viene del polvo, y al polvo todo vuelve” ( Ecl. 3:19 , 20 , NVI) .

El segundo concepto es que la muerte física de una persona implica el cese de su existencia como alma viviente (heb. nephesh ). En Génesis 2:16 , 17 , Dios había advertido a Adán y Eva que si alguna vez pecaban, al comer del árbol del conocimiento del bien y del mal, morirían.

Haciéndose eco de esta advertencia, el Señor reforzó el punto en Ezequiel 18:4 , 20 : “El alma que pecare, esa morirá” (NKJV). Esta afirmación tiene dos implicaciones principales. Una es que, dado que todos los seres humanos son pecadores, todos estamos bajo el proceso inevitable de envejecimiento y muerte ( Rom. 3:9-18 , 23 ) . Otra implicación es que este concepto bíblico anula la noción popular de una supuesta inmortalidad natural del alma. Si el alma es inmortal y existe viva en otro reino después de la muerte, entonces realmente no morimos después de todo, ¿o sí?

En contraste, la solución bíblica para el dilema de la muerte no es un alma sin cuerpo que migre al Paraíso o al purgatorio, o incluso al infierno. La solución es, en efecto, la resurrección final de los que murieron en Cristo. Como dijo Jesús en Su sermón sobre el Pan de Vida, “todo el que ve al Hijo y cree en Él, puede tener vida eterna; y yo lo resucitaré en el último día” ( Juan 6:40, NVI ) .

¿Por qué es tan crucial para todo lo que creemos la seguridad de la segunda venida, que se asegura con la primera venida de Cristo (y después de todo, de qué sirvió la primera venida de Cristo sin la segunda?). ¿Qué esperanza tendríamos sin la promesa de su regreso?

Comentarios Elena GW

Cuando la voz de Dios despierte a los muertos, él saldrá del sepulcro con los mismos apetitos y pasiones, los mismos gustos y aversiones que poseía en vida. Dios no obra ningún milagro para regenerar al hombre que no quiso ser regenerado cuando se le concedió toda oportunidad y se le proveyó toda facilidad para ello. Mientras vivía no halló deleite en Dios, ni halló placer en su servicio. Su carácter no se halla en armonía con Dios y no podría ser feliz en la familia celestial (Palabras de vida del gran Maestro, p. 214).

Satanás dijo a sus ángeles que hiciesen un esfuerzo especial por difundir la mentira que le fue dicha por primera vez a Eva en el Edén: “No moriréis”. Y a medida que el error fue recibido por la gente, y esta fue inducida a creer que el hombre es inmortal, Satanás le haría creer que el pecador ha de vivir en tormento eterno. Entonces el camino quedó preparado para que Satanáse por medio de sus representantes y señalara a Dios ante la gente como un tirano vengativo, que hunde en el infierno a todos los que no le agradan, y les hace sentir su ira para siempre; y que, mientras sufran indecible angustia y se retuercen en las llamas eternas, los mira con satisfacción. Satanás sabía que si este error era recibido, Dios sería odiado por muchos, en vez de ser amado y adorado;

La Palabra del Dios viviente debe ser nuestra guía. Cada uno debe comprender que depende de Aquel a quien pertenece por creación y por redención. Lean y estudien las declaraciones registradas en el capítulo seis de Juan. Oren para lograr una comprensión de estas verdades. Me alarma ver la debilidad espiritual de quienes han tenido una luz tan grande. Si hubieran caminado en esta luz serían fuertes en el Señor. Pero no lo han hecho, y los que toman contacto con la verdad por medio de sus esfuerzos miran a los seres humanos para recibir sabiduría, en vez de mirar a Jesucristo, la “luz verdadera, que alumbra a todo hombre”. Juan 1:9 . Cuando los que pretenden creer en Cristo lo reciben por la fe, él será para ellos su santificación, su justicia y su recompensa sobremanera grande (Alza tus ojos, p. 179).

Martes11 de octubre

“El Espíritu vuelve a Dios”

Lea Génesis 2:7 y Eclesiastés 12:1-7 . ¿Qué contraste puedes ver entre estos dos pasajes bíblicos? ¿Cómo pueden ayudarnos a comprender mejor la condición humana en la muerte? Véase también Génesis 7:22 .

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Como ya se vio, la Biblia enseña que el ser humano es un alma ( Gén. 2:7 ) , y el alma deja de existir cuando muere el cuerpo ( Ez. 18:4 , 20 ) .

Pero ¿qué pasa con el “espíritu”? ¿No permanece consciente incluso después de la muerte del cuerpo? Muchos cristianos así lo creen, e incluso tratan de justificar su punto de vista citando Eclesiastés 12:7 , que dice: “Entonces el polvo volverá a la tierra como era, y el espíritu volverá a Dios que lo dio” (NKJV) . Pero esta declaración no sugiere que el espíritu de los muertos permanezca consciente en la presencia de Dios.

Eclesiastés 12:1-7 en términos bastante dramáticos describe el proceso de envejecimiento, que culmina con la muerte. El versículo 7 se refiere a la muerte como la inversión del proceso de creación mencionado en Génesis 2:7 . Como ya se dijo, en el sexto día de la semana de la Creación “Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida; y el hombre se convirtió en un ser viviente” ( Gén. 2:7, NVI ) . Pero ahora, Eclesiastés 12:7nos dice que “el polvo volverá a la tierra como era, y el espíritu volverá a Dios que lo dio” (NKJV). Entonces, el soplo de vida que Dios sopló en las fosas nasales de Adán, y que también ha provisto a todos los demás seres humanos, regresa a Dios o, en otras palabras, simplemente deja de fluir hacia y a través de ellos.

Debemos tener en cuenta que Eclesiastés 12:7 describe el proceso de morir de todos los seres humanos y lo hace sin distinguir entre justos y malvados. Si los supuestos espíritus de todos los que mueren sobreviven como entidades conscientes en la presencia de Dios, ¿entonces están los espíritus de los malvados con Dios? Esta idea no está en armonía con la enseñanza general de las Escrituras. Debido a que el mismo proceso de morir le sucede tanto a los seres humanos como a los animales ( Ecl. 3:19 , 20 ) , la muerte no es otra cosa que dejar de existir como seres vivos. Como dijo el salmista: “Escondes tu rostro, están turbados; Les quitas el aliento, mueren y vuelven a su polvo” ( Sal. 104:29, NVI ) .

A menudo decimos que la muerte es solo una parte de la vida. ¿Por qué está tan mal? La muerte es lo opuesto a la vida, el enemigo de la vida. ¿Qué gran esperanza, entonces, se encuentra en este versículo: “El postrer enemigo que será destruido es la muerte” ( 1 Corintios 15:26, NVI ) ?

Comentarios Elena GW

Dios pone delante del hombre la vida y la muerte. Él puede elegir… Los que no escogen aceptar la salvación comprada a precio tan alto, deben ser castigados. Pero vi que Dios no los encerrará en un infierno para que sufran eternamente, ni tampoco los llevarán al cielo; porque introducirlos en la compañía de los puros y santos sería hacerlos excesivamente miserables. Pero él los destruirá por completo para que sean como si nunca hubieran existido; entonces su justicia estará satisfecha. Formó al hombre con el polvo de la tierra, y los desobedientes y profanos serán consumidos por fuego y volverán a ser polvo. Vi que la benevolencia y la compasión de Dios en este asunto deberían inducir a todos a admirar su carácter ya adorar su santo nombre. Después de que los impíos hayan sido raídos de la tierra, toda la hueste celestial dirá: “¡Amén!

La nobleza de la tierra está constituida solo por seres humanos; mueren, y regresan al polvo; y en su alabanza y honor no hay satisfacción perdurable. Pero el honor que proviene de Dios es duradero. Ser herederos de Dios y coherederos con Cristo significa tener acceso a riquezas inconcebibles: tesoros de valor tan elevado que hunden en la insignificancia al oro y la plata, las gemas y piedras preciosas de la tierra. Mediante Cristo se nos ofrece un gozo inexpresable, un eterno peso de gloria. “Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman”. 1 Corintios 2:9 .

Adolecemos de una fe sencilla; necesitamos aprender el arte de confiar en nuestro mejor Amigo. Aunque no lo veamos, Jesús cuida de nosotros con tierra blanda; y se conmueve con el sentimiento de nuestras enfermedades. Nadie acudió jamás a él con fe, en medio de su gran necesidad, y salió descorazonado de delante de él… El cristiano es… el hombre más feliz del mundo. Se siente seguro, porque confía en Jesús y se regocija en su presencia. Su “escudo está en Dios, que salva a los rectos de corazón”. Salmo 7:10 . No posterguen este asunto, sino que comenzarn… a fijar sus mentes más firmemente en Jesús y en las cosas celestiales, recordando que mediante la contemplación de él somos transformados a su misma imagen. Tengan confianza en Dios (Exaltad a Jesús, p. 370).

“Si la muerte es el último enemigo que ha de ser Destruido en la resurrección, podemos representarnos con cuánto ardor los creyentes esperarán y orarán por la segunda venida de Cristo, cuando esta completa y definitiva victoria sea alcanzada”… “Ese es el día que todos los creyentes pudieron desear con ansia por ser el día en que habrá de quedar consumada toda la obra de su redención, cumplieron todos los deseos y esfuerzos de sus almas”. “¡Apresura, oh Señor, ese día bendito!” Tal fue la esperanza de la iglesia apostólica, de la “iglesia del desierto”, y de los reformadores (¡Maranata: el Señor viene!, p. 12).

miércolesoctubre 12

“Los muertos no saben nada”

Lea Job 3:11-13 ; Salmo 115:17 ; Salmo 146:4 ; y Eclesiastés 9:5 , 10 . ¿Qué podemos aprender de estos pasajes sobre la condición de los seres humanos al morir?

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Algunos comentaristas de la Biblia argumentan que estos pasajes ( Job 3:11-13 ; Sal. 115:17 ; Sal. 146:4 ; Ecl. 9:5 , 10 ) , escritos en lenguaje poético, no pueden usarse para definir la condición del ser humano. seres en la muerte. Es cierto que a veces la poesía puede resultar ambigua y fácilmente malinterpretada, pero no es el caso de estos versos. Su lenguaje es claro y sus conceptos están en plena armonía con las enseñanzas generales del Antiguo Testamento sobre el tema.

Primero, en Job 3, el patriarca deplora su propio nacimiento, por todo el sufrimiento. (En los momentos más nefastos, ¿quién no ha deseado no haber nacido nunca?) Reconoce que si hubiera muerto al nacer, permanecería dormido y en reposo ( Job 3:11 , 13 ) .

El Salmo 115 define el lugar donde se guarda a los muertos como un lugar de silencio, porque “los muertos no alaban a Jehová” ( Sal. 115:17, NVI ) . Esto difícilmente suena como si los muertos, los muertos fieles (y agradecidos), estuvieran en el cielo adorando a Dios.

Según el Salmo 146, las actividades mentales del individuo cesan con la muerte: “Su espíritu parte, vuelve a la tierra; en ese mismo día perecen sus planes” ( Sal. 146:4, NASB ) . Esta es una descripción bíblica perfecta de lo que sucede en la muerte.

Y Eclesiastés 9 añade que “los muertos nada saben” y en el sepulcro “no hay obra ni trabajo ni ciencia ni sabiduría” ( Ecl. 9:5 , 10 , NVI) . Estas declaraciones confirman la enseñanza bíblica de que los muertos están inconscientes.

La enseñanza bíblica de la inconsciencia en la muerte no debe generar pánico en los cristianos. En primer lugar, no hay un infierno ardiente eterno ni un purgatorio temporal esperando a los que mueren sin ser salvos. En segundo lugar, hay una recompensa asombrosa esperando a los que mueren en Cristo. No es de extrañar que “para el creyente, la muerte es un asunto menor. … Para el cristiano, la muerte no es más que un sueño, un momento de silencio y oscuridad. La vida está escondida con Cristo en Dios, y 'cuando Cristo, nuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria'. Juan 8:51 , 52 ; Colosenses 3:4 ”. — Elena G. de White, El Deseado de Todas las Gentes, pág. 787 .

Piensa en los muertos en Cristo. Cierran los ojos en la muerte y, ya sea en la tumba 1500 años o 5 meses, les da lo mismo . Lo siguiente que saben es el regreso de Cristo. Entonces, ¿cómo se podría argumentar que, en cierto sentido, los muertos lo tienen mejor que nosotros los vivos?

Comentarios Elena GW

—Pero, mamá —repuse yo—, ¿de veras crees tú que las almas duermen en el sepulcro hasta la resurrección? ¿Piensas tú que cuando un cristiano muere no va inmediatamente al cielo ni el pecador al infierno?

—La Biblia no contiene prueba alguna de que haya un infierno eterno —respondió ella—. Si existiese un lugar tal, el Libro sagrado lo mencionaría”…

Hasta pasados ​​algunos meses después de esta conversación, no volví a oír nada más referente a dicha doctrina. Pero durante este tiempo reflexioné mucho sobre el asunto. De manera que cuando oí una predicación en que se expuso esto, creí que era la verdad. Desde que la luz acerca del sueño de los muertos alboreó en mi mente, se desvaneció el misterio que envolvía la resurrección, y este grandioso evento asumió una nueva y sublime importancia… Si al morir el hombre, su alma entraba en el gozo de la eterna felicidad o caía en la eterna desdicha, ¿de qué servía la resurrección del pobre cuerpo reducido a polvo?

Pero esta nueva y hermosa creencia me descubría la razón por la cual los autores inspiradores de la Biblia insistieran tanto en la resurrección del cuerpo. Era porque todo el ser dormía en el sepulcro. Entonces me di cuenta de la falacia de nuestro primitivo criterio sobre el asunto (Notas biográficas de Elena G. de White, pp. 54, 55).

Cristo llegó a ser uno con la humanidad, para que la humanidad pudiera llegar a ser una en espíritu y en vida con él. En virtud de esa unión, en obediencia a la Palabra de Dios, la vida de Cristo llega a ser la vida de la humanidad. Él dice al penitente: “Yo soy la resurrección y la vida”. Juan 11:25 . La muerte es considerada por Cristo como un sueño: silencioso y oscuro sueño. Habla de ella como si fuera de poca importancia. “Todo aquel que vive y cree en mí —dice él—, no morirá eternamente”. Juan 11:26 . “El que guarda mi palabra, nunca sufrirá la muerte”. Juan 8:52 . “Nunca verás la muerte”. Juan 8:51. Y para el creyente la muerte reviste poca importancia. Para él morir no es sino dormir. “También traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él”. 1 Tesalonicenses 4:14 (Mensajes selectos, t. 1, pp. 355, 356).

El hombre estaba dotado originalmente de facultades nobles y de un entendimiento bien equilibrado. Era perfecto y estaba en armonía con Dios. Sus pensamientos eran puros, sus designios santos. Pero por la desobediencia, sus facultades se pervirtieron y el egoísmo reemplazó el amor. Su naturaleza quedó tan debilitada por la transgresión que ya no pudo, por su propia fuerza, resistir el poder del mal. Fue hecho cautivo por Satanás, y hubiera permanecido así para siempre si Dios no hubiera venido de una manera especial. El tentador quería desbaratar el propósito que Dios había tenido cuando creó al hombre. Así llenaría la tierra de sufrimiento y desolación y luego señalaría todo ese mal como resultado de la obra de Dios al crear al hombre (El camino a Cristo, p. 17).

jueves13 de octubre

Descansando con los antepasados

Lea Génesis 25:8 , 2 Samuel 7:12 , 1 Reyes 2:10 y 1 Reyes 22:40 . ¿Qué añaden estos textos a tu comprensión de la muerte?

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El Antiguo Testamento expresa de diferentes maneras las ideas de muerte y sepultura. Uno es la noción de estar reunido con su propio pueblo. Por ejemplo, acerca de Abraham, se nos dice que “expiró y murió en buena vejez, anciano y lleno de años, y fue reunido con su pueblo” ( Gén. 25:8, NVI ) . Aarón y Moisés también fueron reunidos con sus respectivos pueblos ( Deut. 32:50 ) .

¿Qué nos enseña sobre la naturaleza de la muerte el hecho de que tanto los reyes buenos como los malos fueran al mismo lugar al morir? ( 2 Reyes 24:6 , 2 Crónicas 32:33 ) .

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Otra forma de describir la muerte es afirmar que alguien descansó con los antepasados. Acerca de la muerte del rey David, la Biblia dice que “descansó con sus padres y fue sepultado en la ciudad de David” ( 1 Reyes 2:10, NVI ) . La misma expresión se usa también acerca de varios otros reyes hebreos, tanto reyes fieles como reyes infieles.

Podemos identificar al menos tres aspectos significativos de descansar con los antepasados. Una es la idea de que tarde o temprano llegará el momento en que necesitemos descansar de nuestros propios trabajos y sufrimientos agotadores. Otra idea es que no seamos los primeros y únicos en seguir ese rastro indeseable, porque nuestros antepasados ​​ya se nos adelantaron. Una tercera idea es que, al ser enterrados cerca de ellos, no estamos solos sino que permanecemos juntos incluso durante la inconsciencia de la muerte. Puede que esto no tenga mucho sentido para algunas culturas individualistas modernas, pero fue muy significativo en la antigüedad.

Los que mueren en Cristo pueden ser enterrados cerca de sus seres queridos, pero aun así no hay comunicación entre ellos. Permanecerán inconscientes hasta ese glorioso día en que serán despertados de su profundo sueño para reunirse con sus seres queridos que murieron en Cristo.

Imagínese cómo sería si los muertos estuvieran realmente conscientes y pudieran ver cómo es la vida aquí abajo, especialmente para sus seres queridos, que a menudo sufren terriblemente después de su muerte. ¿Por qué, entonces, la verdad de que los muertos duermen debe ser tan reconfortante para los vivos?

Comentarios Elena GW

“Y este es el testimonio: Que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo. El que tiene al Hijo, tiene la vida”. 1 Juan 5:11, 12 . Y Jesús dijo: “Yo lea resucitaré en el día postrero”. Cristo se hizo carne con nosotros, a fin de que pudiésemos ser espíritu con él. En virtud de esta unión hemos de salir de la tumba, no simplemente como manifestación del poder de Cristo, sino porque, por la fe, su vida ha llegado a ser nuestra. Los que ven a Cristo en su verdadero carácter, y le reciben en el corazón, tienen vida eterna. Por el Espíritu es como Cristo mora en nosotros; y el Espíritu de Dios, recibido en el corazón por la fe, es el principio de la vida eterna (El Deseado de todas las gentes, p. 352).

No le tocó a Eliseo seguir a su maestro en un carro de fuego. Dios permitió que le aquejase una enfermedad prolongada. Durante las horas largas de debilidad y sufrimiento humano, su fe se aferró a las promesas de Dios, y contemplaba constantemente en derredor suyo a los mensajeros celestiales de consuelo y paz. Así como en las alturas de Dotán se había visto rodeado por las huestes del cielo, con los carros y los jinetes de fuego de Israel, estaba ahora consciente de la presencia de los ángeles que simpatizaban con él; y esto le sostenía. Durante toda su vida había ejercitado una fe fuerte; y mientras progresaba en el conocimiento de las providencias y la bondad misericordiosa del Señor, su fe había madurado en una confianza permanente en su Dios; y cuando la muerte le llamo, estaba listo para entrar a descansar de sus labores…

Con el salmista, Eliseo pudo decir con toda confianza: … “Yo en justicia veré tu rostro: seré saciado cuando despertare a tu semejanza”. Salmo 17:15 (Profetas y reyes, p. 197).

La Biblia enseña a las claras que los muertos no van inmediatamente al cielo. Se les representa como si estuvieran durmiendo hasta el día de la resurrección. 1 Tesalonicenses 4:14; Trabajo 14:10-12 . El día mismo en que se corta el cordón de plata y se quiebra el daño de oro ( Eclesiastés 12:6 ), perecen los pensamientos de los hombres. Los que bajan a la tumba permanecerán en el silencio. Nada saben de lo que se hace bajo el sol. Trabajo 14:21. ¡Descanso bendito para los exhaustos justos! Largo o corto, el tiempo no les parecerá más que un momento. Duermen hasta que la trompeta de Dios los despierte para entrar en una gloriosa inmortalidad. “Porque sonará la trompeta, y resucitarán los muertos incorruptibles […]. Porque es necesario que este cuerpo corruptible se revista de incorrupción, y que este cuerpo mortal se revista de inmortalidad. Y cuando este cuerpo corruptible se haya revestido de incorrupción, y este cuerpo mortal se haya revestido de inmortalidad, entonces será verificado el dicho que está escrito: ¡Tragada ha sido la muerte victoriosamente!” 1 Corintios 15:52-54 .

En el momento en que sean despertados de su profundo sueño, reanudarán el curso de sus pensamientos interrumpidos por la muerte. La última sensación fue la angustia de la muerte. El último pensamiento era el de que caían bajo el poder del sepulcro. Cuando se levanten de la tumba, su primer pensamiento alegre se expresará en el hermoso grito de triunfo: “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿dónde está, oh sepulcro, tu victoria?” verso 55 (El conflicto de los siglos, págs. 537, 538).

viernes14 de octubre

REFLEXIÓN ADICIONAL : Lea Ellen G. White, “El primer gran engaño”, págs. 531-550, en El conflicto de los siglos .

Si alguna vez estuvo en una cirugía y lo sacaron con anestesia general, es posible que tenga una vaga idea de cómo debe ser para los muertos. Pero incluso entonces, cuando está bajo anestesia, su cerebro aún funciona. Imagina cómo sería para los muertos, cuando toda la función cerebral, todo, se haya detenido por completo. Su experiencia en la muerte, entonces, es cerrar los ojos y, en lo que respecta a cada persona muerta que haya vivido, lo siguiente que sabrán es la segunda venida de Jesús o Su regreso después del milenio (ver Apoc. 20 ). :7-15 ). Hasta entonces, todos los muertos, los justos y los impíos, descansan, por lo que les parecerá un instante. Para aquellos de nosotros que permanecemos vivos, la muerte parece durar mucho tiempo. Para vivir lo hace; pero para los muertos parece durar sólo un instante.

“Si fuera cierto que las almas de todos los hombres pasaron directamente al cielo en la hora de la disolución, entonces bien podríamos codiciar la muerte en lugar de la vida. Muchos han sido llevados por esta creencia a poner fin a su existencia. Cuando se siente abrumado por los problemas, la perplejidad y la desilusión, parece fácil romper el frágil hilo de la vida y remontarse hacia la dicha del mundo eterno”. — Elena G. de White, El conflicto de los siglos, pág. 539 .

“En ninguna parte de las Sagradas Escrituras se encuentra la declaración de que los justos van a su recompensa o los malvados a su castigo en la muerte. Los patriarcas y profetas no han dejado tal seguridad. Cristo y sus apóstoles no han dado ninguna pista al respecto. La Biblia enseña claramente que los muertos no van inmediatamente al cielo. Se les representa durmiendo hasta la resurrección”. — págs. 549, 550 .

Preguntas de discusión:

1. ¿Cómo nos ayuda a comprender mejor la naturaleza de la muerte la noción bíblica del ser humano como un todo, que permanece consciente sólo como una persona indivisa?
2. El mundo ha sido tomado por la teoría de la inmortalidad natural del alma, con todas sus incontables ramificaciones. ¿Por qué entonces es tan crucial nuestro mensaje sobre el estado de los muertos? ¿Por qué, también, aun entre los cristianos, encontramos una oposición tan fuerte a lo que realmente es una enseñanza maravillosa?
3. ¿Cómo debería una comprensión del estado de los muertos protegernos de lo que podría “aparecer” ante nuestros ojos? Es decir, ¿por qué no siempre podemos confiar en lo que vemos, especialmente si lo que vemos, o creemos que vemos, es el espíritu de un pariente muerto, como algunos han informado haber visto?

Comentarios Elena GW

El conflicto de los siglos, “Las asechanzas del enemigo”, pp. 509–520;

Mi vida hoy, “Imagen y gloria de Dios”, pág. 130.