Complementario: EXCUSAS PARA ELUDIR LA MISIÓN
Excusas para evitar la misión Una niña hablaba con su maestra sobre las ballenas. Le contó que en la Escuela Sabática había oído que un gran pez se había tragado a Jonás. El maestro sonrió ante la ingenuidad de la niña. Le explicó con delicadeza que era imposible que un pez grande -incluso una ballena- se tragara a un ser humano. Una ballena podría ser grande, pero su garganta sería demasiado pequeña. La chica no estaba convencida. Insistió en que si la Biblia decía que un pez grande se había tragado a Jonás, entonces un pez grande se había tragado a Jonás. De nuevo, su profesor le explicó que era una imposibilidad científica. "Bueno", dijo la n i ñ a , " n o sé cómo ocurrió, pero cuando llegue al cielo se lo preguntaré a Jonás". "¿Y si Jonás no está en el cielo?", respondió el profesor con suficiencia. "¿Y s i v a a l i n f i e r n o ?" Sin pensárselo dos veces, la niña respondió: "Pues pregúntaselo tú". A lo largo de los años, l