Lección 10: EL FUEGO DEL INFIERNO

 

Lección 10.26 de noviembre-2 de diciembre

Los fuegos del infierno

sábado por la tarde

Lea para el estudio de esta semana: Marcos 9:42-48 ; Mal. 4:1 ; Judas 7 ; 1 Tim.  2:5 ;  Hechos 2:29 , 34 , 35 ; 1 Juan 5:3-12 . 

Texto para memorizar: “Examinadlo todo; retened lo que es bueno”  1Tesalonicenses 5:21, NVI )

El poeta italiano Dante Alighieri (1265-1321) escribió su famosa obra, La Divina Comedia, sobre un viaje ficticio del alma después de la muerte. El alma fue al infierno  (infierno) dentro de la tierra; o al purgatorio, donde el espíritu humano puede purgarse y hacerse digno de subir al cielo; o al Paraíso, a la presencia del mismo Dios.

Aunque solo un poema, ficción, la palabra de Dante terminó teniendo una gran influencia en la teología cristiana, especialmente en la teología católica romana. La noción básica de que un alma inmortal va al infierno, al purgatorio o al Paraíso es fundamental para esa iglesia. Muchas denominaciones protestantes conservadoras también creen en un alma inmortal que después de la muerte asciende al Paraíso o desciende al infierno. De hecho, si el alma humana nunca muere, entonces tiene que ir a alguna parte después de que el cuerpo muera. En resumen, una falsa comprensión de la naturaleza humana ha llevado a terribles errores teológicos.

Esta semana trataremos con algunas de estas teorías no bíblicas, así como con la visión bíblica de lo que sucede después de la muerte.

Estudie la lección de esta semana para prepararse para el sábado 3 de diciembre.



Comentarios Elena G.W

¿Cómo investigaremos las Escrituras? ¿Hemos de clavar las estacas doctrinales una por una y luego procurar que la Escritura se ajuste a nuestras opiniones establecidas? ¿O tomaremos nuestras ideas y conceptos de la Escritura y mediremos nuestras teorías desde todo ángulo por la palabra de verdad? Muchos que leen y enseñan la Biblia no comprenden la preciosa verdad que están estudiando o enseñando.

Los hombres creen errores, cuando la verdad está claramente señalada. Si solo trajeran sus doctrinas hasta la Palabra de Dios en vez de leer la Biblia a la luz de sus doctrinas para demostrar que sus ideas son correctas, no andarían en tinieblas y ceguedad ni acariciarían el error. Muchos dan a la Palabra de Dios un significado que se adecua a sus propias opiniones, y se desvían a sí mismos y engañan a otros por sus falsas interpretaciones de la Palabra de Dios (El otro poder, p. 36).

¡Oh, cuán engañoso es el corazón humano! ¡Con cuánta facilidad armoniza con aquello que es malo! No hay nada más perjudicial para los intereses del alma, para su pureza, para su verdadera y santa concepción de Dios y de las cosas eternas y sagradas, que escuchar y exaltar constantemente aquello que no es de Dios. Esto envenena el corazón y degrada el entendimiento. La verdad pura puede seguirse hasta su Fuente Divina, al prestar atención a su influencia elevadora, refinadora y santificadora sobre el carácter del que la recibe…

“Mirad, pues, cómo oís” (Lucas 8:18), es la amonestación de Cristo. Debemos escuchar si queremos aprender la verdad a fin de poder andar en ella. Y de nuevo se nos dice: “Mirad lo que oís”. Marcos 4:24. “Examinadlo todo” (1 Tesalonicenses 5:21); “no creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido por el mundo”. 1 Juan 4:1. Este es el consejo de Dios; ¿le prestaremos atención? (Mensajes selectos, t. 90, pp. 89, 90).

La fe en una mentirá no ejercerá una influencia santificadora sobre la vida o el carácter. Ningún error puede ser verdad, ni puede ser convertido en verdad mediante su repetición, o teniendo fe en él. La sinceridad nunca salvará a un alma de las consecuencias de creer en un error. Sin sinceridad no puede haber verdadera religión, pero la sinceridad manifestada en relación con una religión falsa nunca salvará a una persona. Puedo actuar con perfecta sinceridad al seguir un camino equivocado, pero eso no lo convertirá en un camino correcto, ni me llevará al lugar donde quiero ir. El Señor no quiere que tengamos una credulidad ciega, y que a eso llamemos una fe que santifica. La verdad es el principio que santifica, y por lo tanto a nosotros nos corresponde saber cuál es la verdad. Debemos comparar las cosas espirituales con lo que es espiritual. Debemos probar todas las cosas y retener únicamente lo que es bueno, aquello que tiene las credenciales divinas, que pone delante de nosotros los verdaderos motivos y principios que deberían promover nuestras acciones (Mensajes selectos, t. 2, p. 64).

domingo27 de noviembre

¿Gusanos inmortales?

Compare Marcos 9:42-48 con Isaías 66:24 . ¿Cómo entiendes la expresión “su gusano no muere” Marcos 9:48, NVI ) ?

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Algunos interpretan el sustantivo singular “gusano” Marcos 9:48 ) como una alusión a la supuesta alma o espíritu incorpóreo del malvado que, después de la muerte, vuela al infierno, donde nunca muere y sufre el tormento eterno.

Pero esta interpretación no refleja la noción bíblica de muerte inconsciente; también ignora el trasfondo del Antiguo Testamento de este pasaje. En realidad, “el singular 'el gusano' se usa genéricamente para 'los gusanos' — no significa un solo gusano. La referencia es a gusanos que se alimentan de cuerpos en descomposición”. — Robert G. Bratcher y Eugene A. Nida, Manual del traductor sobre el Evangelio de Marcos (Londres: Sociedades Bíblicas Unidas, 1961), pág. 304.

En Marcos 9:48 , Jesús está citando a Isaías 66:24 , que dice: “Y saliendo, verán los cadáveres de los que se rebelaron contra mí; los gusanos que los devoran no morirán, el fuego que los quema no se apagará y serán abominables para toda la humanidad” (NVI).

Esta aterradora escena metafórica retrata un campo de batalla con los enemigos de Dios muertos en el suelo y siendo destruidos. Los cuerpos no consumidos por el fuego son descompuestos por los gusanos, o quizás primero por los gusanos y luego por el fuego. De cualquier manera, no hay ninguna referencia a ninguna supuesta alma que escape de la destrucción del cuerpo y vuele al infierno.

Pero, ¿qué pasa con los “gusanos” que nunca mueren? El lenguaje metafórico de Isaías 66:24 (citado en Marcos 9:48 ) no implica que esos gusanos sean inmortales. (¿Gusanos inmortales?) El énfasis es que los gusanos no dejan incompleta su tarea destructiva. En otras palabras, continúan devorando los cuerpos de los impíos hasta que estos cuerpos son destruidos. Por el contrario, los hijos fieles de Dios morarán gozosamente en “los nuevos cielos y la nueva tierra” y adorarán a Dios en Su misma presencia Isaías 66:22 , 23 , NVI)Con destinos tan contrastantes en mente, no es de extrañar que Jesús dijera que sería mucho mejor para alguien entrar en el reino de Dios sin una parte crucial de su cuerpo —sin una mano, un pie o incluso un ojo— que tener un cuerpo perfecto que será destruido por gusanos y fuego Marcos 9:42-48 ) .

Al final, somos totalmente salvos o totalmente perdidos. No hay término medio. Podemos tener vida eterna o enfrentaremos destrucción eterna. ¿Qué elecciones tienes que hacer hoy? ¿Cómo debería esta realidad, la vida eterna o la destrucción eterna, impactar esas elecciones?

Comentarios Elena G.W

Se pusieron en marcha acaudillados por Satanás seguido de inmediato por los reyes y guerreros, y más atrás la multitud organizada en compañías, cada una de ellas al mando de un capitán. Marchaban en orden por la resquebrajada superficie de la tierra en dirección a la santa ciudad. Cerró Jesús las puertas de ella y el ejército enemigo se asentó en orden de batalla para asediar la ciudad en espera de un tremendo conflicto…

Satanás se precipitó en medio de sus secuaces e intentó incitar a la multitud a la acción. Pero llovió sobre ellos fuego de Dios desde el cielo, y consumió conjuntamente al magnate, al noble, al poderoso, al pobre y al miserable. Vi que unos quedaban pronto aniquilados mientras que otros sufrían por más tiempo. A cada cual se le castigaba según las obras que había hecho con su cuerpo. Algunos tardaban muchos días en consumirse, y aunque una parte de su cuerpo estaba ya consumida, el resto conservaba plena sensibilidad para el sufrimiento. Dijo el ángel: “El gusano de la vida no morirá ni su fuego se apagará mientras haya una partícula que consumir” (Primeros escritos, pp. 293, 294).

Las naciones de los salvos no conocerán otra ley que la del cielo. Todos constituirán una familia feliz y unida, ataviada con las vestiduras de alabanza y agradecimiento. Al presenciar la escena, las estrellas de la mañana cantarán juntas, y los hijos de Dios clamarán de gozo.

“Y de mes en mes, y de día de reposo en día de reposo [sábado], vendrán todos a adorar delante de mí, dijo Jehová”. “Y se manifestará la gloria de Jehová, y toda carne juntamente la verá”. “Jehová el Señor hará brotar justicia y alabanza delante de todas las naciones”. “En aquel día Jehová de los ejércitos será por corona de gloria y diadema de hermosura al remanente de su pueblo”. Isaías 66:23; 40:5; 61:11; 28:5 (¡Maranata: el Señor viene!, p. 369).

Dios ha asignado un lugar en su gran plan a toda nación y a todo individuo de la actualidad. Hoy los hombres y las naciones son medidos por la plomada que sostiene Aquel que no se equivoca. Todos deciden su destino por su propia resolución, y Dios dirige todo para que se cumplan sus propósitos.

La historia que el gran Yo Soy ha trazado en su Palabra, al unir los eslabones de la cadena profética desde la eternidad pasada hasta la eternidad futura, nos dice dónde estamos hoy en el transcurso de los siglos, y qué es lo que se puede esperar del futuro. Todo lo que la profecía anunció que sucedería hasta el presente, ha sido registrado en las páginas de la historia, y podemos estar seguros de que todo lo que falta se cumplirá en su orden (La educación, p. 161).

Lunes28 de noviembre

Los fuegos del infierno

En su folleto para niños titulado The Sight of Hell (Dublín: James Duffy, [1874], p. 24), el sacerdote católico romano inglés John Furniss (1809-1865) ilustra el tormento eterno por medio de una gran bola de hierro macizo. , más grande que los cielos y la tierra. “Un pájaro viene una vez cada cien millones [sic] de años y simplemente toca la gran bola de hierro con una pluma de su ala”. ¡El autor argumenta que la quema de los pecadores en el infierno continúa incluso después de que esa bola de hierro se desgasta con esos toques ocasionales de plumas!

Lo triste es que muchos protestantes aún hoy creen en algo similar para los perdidos.

Lea Malaquías 4:1 y Judas 7 . ¿Cómo pueden ayudarnos estos pasajes a comprender mejor la noción de “fuego eterno” o la idea, como lo expresó Jesús, de que los perdidos estarán en el “fuego eterno” Mat. 18:8 ) o en un “fuego que nunca ser apagado”? Marcos 9:43 , NVI ) .

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La palabra “eterno” (heb. 'olam; griego aion, aionios ) tiene diferentes significados, dependiendo del contexto inmediato. Por ejemplo, cuando se asocia con Dios Deuteronomio 33:27 , "eterno") , la palabra expresa Su eternidad. Cuando se relaciona con los seres humanos Éxodo 21:6 , “para siempre”) , la palabra está limitada por la duración de su vida. Al calificar el fuego Mateo 18:8 , Mateo 25:41 , “eterno”) ,implica que el fuego no se apagará hasta que consuma completamente lo que se está quemando. Esto significa que el “fuego eterno” será eterno en el sentido de que consumirá a los impíos de manera completa e irreversible, sin dejarles “ni raíz ni rama” Mal. 4:1, NVI ) .

La teoría de un castigo eterno para los impíos tiene serias implicaciones. Si los malvados son castigados para siempre, entonces el mal nunca será erradicado. Además, toda vida humana deriva de Dios Deuteronomio 32:39 , Salmo 36:9 ) , quien “no se complace en la muerte del impío” Ezequiel 33:11, NVI ) . ¿Por qué entonces Él continuaría dando vida a los impíos para que sufrieran en un tormento sin fin? ¿No sería mucho más razonable que Él acabase con su existencia? Si los impíos serán castigados “según sus obras” Apoc. 20:12, NKJV ) , ¿por qué entonces una corta vida humana debería ser castigada eternamente?

Todas las referencias bíblicas al “fuego eterno” deben verse como alusiones al “lago de fuego” posterior al milenio de Apocalipsis 20 (ver lección 13). Por lo tanto, no es bíblico hablar de un infierno siempre presente y siempre ardiente.

Tan desafortunados como son los fuegos del infierno, ¿qué nos revela la verdad sobre el infierno sobre el amor de Dios, especialmente en contraste con la idea del tormento eterno?

Comentarios Elena G.W

La guerra contra la ley de Dios, que empezó en el cielo, continuará hasta el fin del tiempo. Cada hombre será probado. El mundo entero ha de decidir si quiere obedecer o desobedecer. Todos serán llamados a elegir entre la ley de Dios y las leyes de los hombres. En esto se trazará la línea divisoria. Habrá solamente dos clases. Todo carácter quedará plenamente definido; y todos demostrarán si han elegido el lado de la lealtad o el de la rebelión.

Entonces vendrá el fin. Dios vindicará su ley y librará a su pueblo. Satanás y todos los que se han unido con él en la rebelión serán cortados. El pecado y los pecadores perecerán, raíz y rama, Malaquías 4:1. —Satanás la raíz, y sus seguidores las ramas…

Este no es un acto de fuerza arbitraria de parte de Dios. Los que rechazaron su misericordia siegan lo que sembraron. Dios es la fuente de la vida; y cuando uno elige el servicio del pecado, se separa de Dios, y se separa así de la vida… Por una vida de rebelión, Satanás y todos los que se unen con él se colocan de tal manera en desarmonía con Dios que la misma presencia de él es para ellos un fuego consumidor. La gloria de Aquel que es amor los destruye (El Deseado de todas las gentes, pp. 712, 713).

Dios no desea la destrucción de nadie. “Vivo yo, dice el Señor Jehová, que no quiero la muerte del impío, sino que se torne el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos: ¿y por qué moriréis?” Ezequiel 33:11. Durante el tiempo de gracia, su Espíritu está induciendo a los hombres a que acepten el don de vida. Son únicamente aquellos que rechazan sus ruegos los que serán dejados para perecer. Dios ha declarado que el pecado debe ser destruido por ser un mal ruinoso para el universo. Los que se adhieren al pecado perecerán cuando este sea destruido (Palabras de vida del gran maestro, p. 94).

Dios es abundante en amor y misericordia; pero de ninguna manera disculpará a aquellos que descuidan la gran salvación que él ha provisto. Los antediluvianos de larga vida fueron borrados de la tierra porque se desentendieron de la ley divina. Dios no volverá a traer aguas de los cielos y de abajo de la tierra como sus armas para ser usadas en la destrucción del mundo, pero cuando dentro de poco su venganza se derrame sobre aquellos que desprecian su autoridad, serán destruidos por el fuego que está oculto en las entrañas de la tierra, puesto en intensa actividad por los fuegos del cielo. Entonces de la tierra purificada surgirá un canto de alabanza: “Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la bendición, y la honra, y la gloria, y el poder, para siempre jamás”. Apocalipsis 5:13. “Grandes y maravillosas son tus obras, Señor Dios Todopoderoso; justos y verdaderos son tus caminos, Rey de los santos”. Y todo aquel que haya hecho de los tesoros celestiales su primera consideración, … se unirá a los acordes gozosos y triunfantes (Nuestra elevada vocación, p. 254).

Martes29 de noviembre

Los Santos en el Purgatorio

La Iglesia Católica Romana sostiene que los muertos que no merecen el infierno pero que aún no están listos para el Paraíso pueden ser purgados de sus pecados en el purgatorio y luego ascender desde allí al Paraíso. Sus sufrimientos en el purgatorio pueden ser reducidos por las oraciones y penitencias de sus seres queridos.

El Catecismo de la Iglesia Católica es explícito sobre el purgatorio: “Todos los que mueren en la gracia y la amistad de Dios, pero todavía imperfectamente purificados, tienen ciertamente asegurada su salvación eterna; pero después de la muerte pasan por la purificación, a fin de alcanzar la santidad necesaria para entrar en el gozo del cielo.” — Catecismo de la Iglesia Católica (Nueva York: Doubleday, 1995), p. 291. Afirma también que sus sufrimientos pueden aliviarse con las oraciones de sus seres queridos, así como con otros actos en favor de los muertos. “La Iglesia también recomienda las limosnas, las indulgencias y las obras de penitencia realizadas en favor de los muertos”. — Catecismo de la Iglesia Católica , p. 291.

Lea Eclesiastés 9:10 , Ezequiel 18:20-22 y Hebreos 9:27 . ¿Cómo refutan estos pasajes la teoría del purgatorio?

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El dogma del purgatorio combina la noción pagana de un infierno ardiente con la práctica pagana de orar por los muertos. Este dogma es inaceptable para aquellos que creen en las enseñanzas bíblicas 1. que los muertos permanecen inconscientes descansando en sus tumbas Eclesiastés 9:10 ) ; 2. que la justicia de un ser humano caído no puede ser transferida a otro ser humano caído Ezequiel 18:20-22 ) ; 3. que nuestro único Mediador es Jesucristo 1 Tim. 2:5 ) ; 4. que la muerte es seguida por el juicio final, sin ninguna segunda oportunidad de arrepentirse de las trampas de esta vida (heb. 9:27 ) .

Una implicación aún más seria es cómo la teoría antibíblica del purgatorio distorsiona el propio carácter de Dios. De hecho, “la obra de Satanás desde su caída es malinterpretar a nuestro Padre celestial. Sugirió el dogma de la inmortalidad del alma. … La idea de un infierno eternamente ardiente fue producto de Satanás; el purgatorio es su invención. Estas enseñanzas falsifican el carácter de Dios, que debe ser considerado como severo, vengativo, arbitrario y que no ejercita el perdón”. — Elena G. de White, Manuscrito 51 (10 de diciembre), 1890 . En lugar de los muertos dormidos, esperando el regreso de Cristo, esta visión dice que están en el purgatorio, sufriendo allí hasta que alguien logra sacarlos.

¿Qué nos enseñan errores como el purgatorio o el tormento eterno sobre la importancia de la doctrina? ¿Por qué es importante lo que creemos, y no solo en quién creemos?

Comentarios Elena G.W

Los siglos subsiguientes fueron testigos de un constante aumento del error en las doctrinas enseñadas por Roma. Aun antes del establecimiento del papado las enseñanzas de los filósofos paganos habían recibido la atención de la iglesia y habían ejercido influencia sobre ella. Muchos que profesaban estar convertidos seguían aferrados a sus dogmas paganos, y no solo continuaban estudiándolos ellos mismos, sino que instaban a otros a hacerlo como un medio de ejercer más influencia sobre los paganos. De ese modo se introdujeron graves errores en la fe cristiana. Entre ellos sobresale la creencia en la inmortalidad natural del hombre y en el estado consciente de los muertos. Esta doctrina constituye el fundamento sobre el cual Roma estableció la invocación de los santos y la adoración de la Virgen María. De ella surgió también la doctrina errónea del tormento eterno para los que finalmente resulten impenitentes, que fue incorporada bien al principio de la fe católica.

Después se preparó el camino para la introducción de otra invención pagana, que Roma denominó purgatorio, y que se empleó para aterrorizar a las multitudes crédulas y supersticiosas. Mediante ese error se afirma la existencia de un lugar de tormento en el cual las almas de los que no han merecido la condenación eterna sufrirán un castigo por sus pecados, después del cual, una vez librados de toda impureza, serán admitidos en el cielo (La historia de la redención, pp. 349, 350).

Se llega a Dios por medio de Jesucristo, el Mediador, el único camino por el cual él perdona los pecados. Dios no puede perdonar pecados a expensas de su justicia, su santidad y su verdad. Pero es seguro que perdona pecados, y los perdona plenamente. No hay pecados que no perdone en el Señor Jesucristo y por medio de él. Esta es la única esperanza del pecador y si depende de ella con fe sincera, estará seguro del perdón pleno y gratuito. Hay solo un camino que es accesible a todo, y mediante ese camino un perdón rico y abundante aguarda el alma arrepentida y contrita, y los pecados más tenebrosos son perdonados…

El incienso que ahora es ofrecido por los hombres, las misas que ahora se dicen para la liberación de las almas del purgatorio, no tienen el menor valor delante de Dios. Todos los altares y sacrificios, las tradiciones e invenciones mediante las cuales los hombres esperan ganar la salvación, son falacias. No se deben ofrecer sacrificios fuera del lugar santo, pues el gran Sumo Sacerdote está realizando allí su obra. No se atreva ningún príncipe ni monarca a aventurarse dentro del santo recinto (Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista, t. 7, pp. 924, 925).

No hay excusa para que alguno tome la posición de que no hay más verdades para ser reveladas, y que todas nuestras exposiciones de las Escrituras carecen de errores. Que ciertas doctrinas hayan sido sostenidas como verdades durante muchos años no es una prueba de que nuestras ideas son infalibles. El paso del tiempo no convertirá el error en verdad, y la verdad tiene la capacidad de ser imparcial. Ninguna doctrina verdadera perderá algo por una investigación cuidadosa (El otro poder, p. 35).

miércoles30 de noviembre

Un paraíso con almas desencarnadas

Aunque los protestantes no aceptan el purgatorio, muchos creen, sin embargo, que las almas de los justos muertos ya están disfrutando del Paraíso en la misma presencia de Dios. Algunos argumentan que esas “almas” son solo espíritus incorpóreos; otros creen que son espíritus desencarnados pero cubiertos por un cuerpo espiritual de gloria.

Cualquiera que sea el supuesto estado metafísico de los muertos vivientes, estas teorías socavan la doctrina bíblica de la resurrección final y el juicio de los muertos. ¿Por qué hay una resurrección y un juicio Apoc. 20:12-14 ) si las almas de los justos ya están disfrutando del Paraíso?

Lea Hechos 2:29 , 34 , 35 y 1 Corintios 15:16-18 . ¿Cómo arrojan luz estos pasajes sobre el estado de los muertos y los que esperan la resurrección?

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La Biblia enseña que todos los seres humanos que ya están en el cielo fueron trasladados vivos, como en el caso de Enoc Gén. 5:24 ) y Elías 2 Reyes 2:9-11 ) , o resucitaron de entre los muertos, como Moisés. ( Judas 9 ) y los resucitados con Cristo Mateo 27:51-53 ) .

Como ya hemos visto, la alusión a las almas “debajo del altar” clamando a Dios por venganza Ap. 6:9-11 ) es solo una metáfora de la justicia y no prueba la teoría de la inmortalidad natural del alma. De lo contrario, estas personas difícilmente suenan como si estuvieran disfrutando de su recompensa eterna. En realidad, la tumba es un lugar de descanso para los muertos, que inconscientemente esperan la resurrección final, cuando su existencia consciente será restaurada. Los muertos, incluso los muertos justos, no son almas desencarnadas que vagan por el cielo esperando pacientemente a que se reúnan con sus cuerpos en la resurrección final.

Además, ¿de qué podría estar hablando Pablo en 1 Corintios 15:18, NVI , cuando dice que si no hubiera resurrección de los muertos, entonces “los que durmieron en Cristo perecieron”? ¿Cómo podrían haber perecido si ya están en la dicha del cielo y han estado allí por mucho tiempo desde que murieron? Una doctrina central y clave del Nuevo Testamento, la resurrección de los muertos cuando Cristo regrese, es anulada y sin valor por la falsa enseñanza de que los muertos justos se elevan hacia su recompensa eterna justo después de morir. Sin embargo, lo escuchamos todo el tiempo, especialmente en los funerales.

¿De qué maneras podría ayudar a las personas a comprender que la idea de que los muertos están dormidos en el suelo es realmente una “buena noticia”, en el sentido de que realmente descansan y no conocen el dolor ni el sufrimiento?

Comentarios Elena G.W

En el error fundamental de la inmortalidad natural, descansa la doctrina del estado consciente de los muertos, doctrina que, como la de los tormentos eternos, está en pugna con las enseñanzas de las Sagradas Escrituras, con los dictados de la razón y con nuestros sentimientos de humanidad. Según la creencia popular, los redimidos en el cielo están al cabo de todo lo que pasa en la tierra, y especialmente de lo que les pasa a los amigos que dejaron atrás. ¿Pero cómo podría ser fuente de dicha para los muertos el tener conocimiento de las aflicciones y congojas de los vivos, el ver los pecados cometidos por aquellos a quienes aman y verlos sufrir todas las penas, desilusiones y angustias de la vida? ¿Cuánto podrían gozar de la bienaventuranza del cielo los que revolotean alrededor de sus amigos en la tierra? ¡Y cuán repulsiva es la creencia de que, apenas exhalado el último suspiro, el alma del impenitente es arrojada a las llamas del infierno! ¡En qué abismos de dolor no deben sumirse los que ven a sus amigos bajar a la tumba sin preparación para entrar en una eternidad de pecado y de dolor! Muchos han sido arrastrados a la locura por este horrible pensamiento que los atormentara. ¿Qué dicen las Sagradas Escrituras a este respecto? David declara que el hombre no es consciente en la muerte: “Sale su espíritu, y él se torna en su tierra: en ese mismo día perecen sus pensamientos”. Salmo 146:4 (VM). Salomón da el mismo testimonio: “Porque los que viven saben que han de morir: mas los muertos nada saben”. “También su amor, y su odio y su envidia, feneció ya: ni tiene ya más parte en el siglo, en todo lo que se hace debajo del sol”. “Adonde tú vas no hay obra, ni industria, ni ciencia, ni sabiduría”. Eclesiastés 9:5, 6, 10 (El conflicto de los siglos, p. 533).

“Porque David dice de él: Veía al Señor siempre delante de mí; porque está a mi diestra, no seré conmovido. Por lo cual mi corazón se alegró, y se gozó mi lengua, y aún mi carne descansará en esperanza; porque no dejarás mi alma en el Hades, ni permitirás que tu santo vea corrupción”.

Pedro demostró que aquí David no se estaba refiriendo a sí mismo, sino definidamente a Jesucristo… David, como rey de Israel, y también como profeta, había sido especialmente honrado por Dios. Se le mostró en visión profética la vida y el ministerio futuros de Cristo. Vio su rechazamiento, su juicio, su crucifixión, su sepultura, su resurrección y su ascensión.

David dio testimonio de que el alma de Cristo no quedaría en el Hades (la tumba), y que su carne no vería corrupción. Pedro comprobó que esta profecía se cumplió en Jesús de Nazaret. Efectivamente Dios lo levantó de la tumba antes que su cuerpo viera corrupción. Era entonces el Exaltado en el cielo de los cielos (La historia de la redención, pp. 254, 255).

juevesDiciembre 1

La perspectiva bíblica

Lea 1 Juan 5:3-12 . ¿Por qué el apóstol Juan limita la “vida eterna” solo a aquellos que están en Cristo?

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La doctrina bíblica de la inmortalidad condicional del ser humano, en contraste con la teoría no bíblica de la inmortalidad natural del alma, se hace explícita en 1 Juan 5:11 , 12 . Para captar el significado de este significativo pasaje, debemos recordar que solo la Deidad “tiene inmortalidad” 1 Tim. 6:15 , 16 , NKJV) y es la única Fuente de vida Sal. 36:9 , Col. 1 :15-17 , Hebreos 1:2 ) .

Cuando el pecado entró en el mundo a través de la caída de Adán y Eva (Génesis 3), ellos y todos sus descendientes (incluidos nosotros) cayeron bajo la maldición de la muerte física y perdieron el regalo de la vida eterna. Pero nuestro amoroso Dios implementó el plan de salvación para que los seres humanos recuperaran la vida eterna, la vida que debía haber sido suya desde el principio. Como escribió Pablo: “según nos escogió en Él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de Él en amor” Efesios 1:4, NVI ) .

El apóstol Pablo explica que “así como el pecado entró en el mundo por un hombre [Adán], y por el pecado la muerte”, así también por “un solo Hombre, Jesucristo”, el don de la gracia de la vida eterna se hizo disponible para todos los seres humanos Rom . 5:12-21, NVI ) . Pablo aquí está haciendo una referencia inequívoca a un Adán literal que trajo el pecado y la muerte a este mundo. Uno no puede dar sentido a nada en la Biblia sin un Adán literal que, a través de la transgresión, trajo el pecado y la muerte a nuestro mundo.

Así, añade el apóstol Juan, “Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida está en su Hijo. Quien tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida” 1 Juan 5:11 , 12 , NVI) .

El cuadro completo se vuelve más claro a la luz de las declaraciones de Jesús: “Todo el que mira al Hijo y cree en él tendrá vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día” Juan 6:40, NVI ) , y “ Yo soy la resurrección y la vida. los que creen en mí, aunque mueran, vivirán” Juan 11:25 , NVI) .

Esto significa que la vida eterna es un don de Dios por medio de Cristo, que se asegura en el presente pero se disfruta plenamente solo después de la resurrección final de los justos. La conclusión es muy sencilla: si la vida eterna se concede sólo a los que están en Cristo, entonces los que no están en Él no tienen vida eterna 1 Juan 5:11 , 12 ) . En cambio, la teoría de la inmortalidad natural del alma concede la vida eterna —ya sea en el paraíso o en el infierno— a todos los seres humanos, incluso a los que no están en Cristo. Por muy popular que sea esta enseñanza, no es bíblica.

Comentarios Elena G.W

Jesús ha amado a los hombres y ha hecho toda provisión para que el alma comprada con sangre tenga un nuevo nacimiento, una nueva vida derivada de su propia vida… “El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida”. Los que creen en Cristo derivan su fuerza motivadora y los rasgos de su carácter de Aquel en quien han creído (Sons and Daughters of God, p. 299).

Jesús declaró: ‘Yo soy la resurrección y la vida.’ En Cristo hay vida original, que no proviene ni deriva de otra… La divinidad de Cristo es la garantía que el creyente tiene de la vida eterna. El que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. Juan 11:25, 26.

“Para el creyente, la muerte es asunto trivial. Cristo habla de ella como si fuera de poca importancia. ‘El que guardare mi palabra, no verá muerte para siempre,’ ‘no gustará muerte para siempre.’ Para el cristiano, la muerte es tan solo un sueño, un momento de silencio y tinieblas. La vida está oculta con Cristo en Dios y ‘cuando Cristo, vuestra vida, se manifestare, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria.’” Colosenses 3:4…

Cristo se hizo carne con nosotros, a fin de que pudiésemos ser espíritu con él. En virtud de esta unión hemos de salir de la tumba, no simplemente como manifestación del poder de Cristo, sino que por la fe, su vida ha llegado a ser nuestra. Los que ven a Cristo en su verdadero carácter y le reciben en el corazón tienen vida eterna. Por el Espíritu es como Cristo mora en nosotros; y el Espíritu de Dios, recibido en el corazón por la fe es el principio de la vida eterna” (La fe por la cual vivo, p. 189).

Nadie menos santo que el Unigénito del Padre podría haber ofrecido un sacrificio que fuera eficaz para limpiar a todos los que acepten al Salvador como a su expiación —aun a los más pecadores y degradados— y se hagan obedientes a la ley del Cielo. Nada menos que eso podía haber restaurado al hombre al favor de Dios.

Cristo dio su vida para hacer posible que el hombre fuese restaurado a la imagen de Dios. Es el poder de su gracia el que une a los hombres en obediencia a la verdad…

Para el corazón que llega a purificarse, todo cambia… Al sujetar los pensamientos y deseos a la voluntad de Cristo, el Espíritu de Dios produce nueva vida en el hombre y el hombre interior queda renovado a la imagen de Dios. Hombres y mujeres débiles y errantes demuestran al mundo que el poder redentor de la gracia puede desarrollar el carácter deficiente en forma simétrica, para hacerle llevar abundantes frutos (God’s Amazing Grace, p. 103; parcialmente en La maravillosa gracia de Dios, p. 103).

viernes2 de diciembre

REFLEXIÓN ADICIONAL : Lea Ellen G. White, “El primer gran engaño”, págs. 531-550 ; “¿Pueden hablarnos nuestros muertos?” págs. 551-562, en El conflicto de los siglos .

“Sobre el error fundamental de la inmortalidad natural descansa la doctrina de la conciencia en la muerte, una doctrina, como el tormento eterno, opuesta a las enseñanzas de las Escrituras, a los dictados de la razón y a nuestros sentimientos de humanidad. Según la creencia popular, los redimidos en el cielo conocen todo lo que sucede en la tierra y especialmente la vida de los amigos que han dejado atrás. Pero, ¿cómo podría ser una fuente de felicidad para los muertos conocer los problemas de los vivos, ser testigos de los pecados cometidos por sus propios seres queridos y verlos soportar todas las penas, decepciones, y la angustia de la vida? ¿Cuánto de la dicha del cielo sería disfrutado por aquellos que se cernían sobre sus amigos en la tierra? ¡Y qué repugnante es la creencia de que tan pronto como el aliento deja el cuerpo, el alma del impenitente es consignada a las llamas del infierno! ¡A qué profundidades de angustia deben ser sumergidos aquellos que ven a sus amigos pasar a la tumba sin estar preparados, para entrar en una eternidad de aflicción y pecado!” — Elena de White,El conflicto de los siglos, pág. 545 .

Preguntas de discusión:

  1. Aquellos que han hablado con otros cristianos sobre el estado de los muertos y la naturaleza del infierno, muy probablemente han descubierto cuán inflexibles y firmes son las personas en su creencia, no solo en la idea de que los salvos van inmediatamente al cielo, sino incluso en que los perdidos están en el tormento eterno del infierno. ¿Por qué crees que es? Una cosa es, algo comprensible, que quieran creer que sus seres queridos fallecidos están “con el Señor” (aunque, como hemos visto, aún queda la duda de cuán molesto sería para ellos ver el desorden de las cosas). aquí abajo). Pero, ¿por qué existe un apego tan fuerte a la horrible idea de que los perdidos están siendo atormentados eternamente en el infierno? ¿Qué nos enseña este hecho acerca de cuán poderosa puede ser la tradición? Discutir en clase.
  2. La mayoría de las denominaciones cristianas están proclamando la teoría no bíblica de la inmortalidad natural del alma con todas sus teorías relacionadas. ¿Qué más debemos hacer como iglesia (además de lo que ya estamos haciendo) para proclamar al mundo la visión bíblica de la muerte y el más allá?
  3. Aunque el poema de Dante, La Divina Comedia , era mera ficción, llegó a ser muy influyente para ayudar a cimentar en la mente de las personas falsas enseñanzas sobre lo que le sucede al “alma” después de la muerte. ¿Qué lecciones podemos aprender de la facilidad con que la teología cristiana puede ser influenciada por enseñanzas externas? ¿Qué otras ideas no cristianas influyen en el pensamiento cristiano incluso hoy, y cómo podemos protegernos de ellas?

Comentarios Elena G.W

Cada día con Dios, 23 de mayo, “Aseguremos nuestra herencia”, p. 150;

El conflicto de los siglos, “¿Pueden hablarnos nuestros muertos?”, pp. 539–549.

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