Lección 2: LOS CRISOLES VENIDEROS

 

Lección 2.2-8 de julio

Los crisoles que vienen

sábado por la tarde

Lea para el estudio de esta semana: 1 Pedro 4:12-19 , 1 Pedro 5:8-11 , Romanos    1:21-32 ,  Jer. 9:7-16 , 2 Co. 12:7-10 .

Texto para memorizar: “Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese; antes bien, gozaos en cuanto sois participantes de los padecimientos de Cristo, para que también en la revelación de su gloria os gocéis con gran alegría” 1 Pedro 4:12 , 13 , NVI) .

En los laboratorios de química, a menudo se colocan varios materiales en un recipiente pequeño y se calientan a temperaturas extremas. A medida que el recipiente se calienta, los materiales se derriten, chisporrotean, escupen o se queman intensamente, según de qué estén hechos. El recipiente se llama crisol.

Un crisol se define en el diccionario como (1) un recipiente utilizado para derretir una sustancia que requiere un alto grado de calor, (2) una prueba severa, (3) un lugar o situación en la que interactúan fuerzas concentradas para causar o influir en el cambio o desarrollo.

Estas definiciones también nos dan una idea útil de lo que sucede en nuestra vida espiritual. Esta semana destacaremos algunas razones por las que de repente podemos encontrarnos bajo presión y experimentar pruebas en lugares en los que las circunstancias nos hacen cambiar, desarrollarnos y crecer en carácter. Esto ayudará a darnos una conciencia de lo que Dios está haciendo en nuestras vidas para que cuando entremos en un crisol, tengamos una idea de cómo responder.

Un vistazo a la semana: ¿Cuáles son las causas de los momentos difíciles que experimentamos a lo largo de nuestra vida?

Estudie la lección de esta semana para prepararse para el sábado 9 de julio.


Comentarios Elena GW

Aunque puedan ser muy evidentes para los demás, no siempre podemos ver los malos rasgos de nuestro carácter. Sin embargo, el tiempo y las circunstancias, con toda seguridad, sacarán a la luz el oro o descubrirán el vil metal de nuestro carácter. Los hombres no nos conocen hasta que el crisol de Dios nos pone una prueba. Cada pensamiento bajo, cada mala acción, revela algún defecto del carácter. Los rasgos ásperos deben ser desbastados por el bisel y el martillo del gran taller de Dios, y la gracia de Dios debe pulirnos antes de que podamos ocupar un lugar en el glorioso templo (Testimonios para la iglesia, t. 4, pp. 532, 533).

Hoy muchos piensan que cuando comienza su vida cristiana se encuentran libres de toda necesidad y de toda dificultad. Pero todo aquel que toma su cruz y sigue a Cristo tiene un Refidim en su camino. La vida no está hecha de verdes prados ni de aguas de reposo. El desaliento nos alcanza; llegan las privaciones; se producen incidentes que nos ponen en dificultad. A medida que avanzamos en el sendero angosto haciendo, según creemos, lo mejor, encontramos pruebas dolorosas que nos asedian… Acusados ​​por la conciencia, razonamos que si hubiéramos caminado con Dios nunca hubiésemos sufrido de este modo…

Desde antaño el Señor condujo a su pueblo a Refidim, y puede elegir conducirnos a nosotros allí con el propósito de probar nuestra fidelidad y lealtad hacia él. En su misericordia, Dios no siempre nos coloca en los lugares más fáciles; pues si lo hiciera, por nuestra autosuficiencia olvidaríamos que el Señor es nuestro ayudador en tiempo de necesidad. Desea manifestarse en medio de nuestras emergencias y revelarnos la abundante ayuda que hay a nuestra disposición, independientemente de lo que nos rodee; y él permite los desengaños y las pruebas para que percibamos nuestra impotencia y aprendamos a pedir ayuda al Señor, como un niño que cuando está hambriento y sediento se dirige a su padre terrenal (Signs of the Times, 10 de septiembre 1896; parcialmente en Cristo triunfante, pág. 114).

Hay espinas en toda senda. Todos los que siguen la dirección del Señor deben esperar sinsabores, aflicciones y privaciones. Pero un espíritu de verdadero heroísmo les ayudará a vencer todo esto. Muchos magnifican necesariamente las dificultades aparentes y luego empiezan a compadecerse de sí mismos y dar lugar al desaliento. Los tales… necesitan disciplinarse en el esfuerzo y vencer todos estos sentimientos infantiles…

Cada uno debería tener un blanco, un objetivo en la vida… Los propósitos meritorios deben mantenerse constantemente en vista y cada pensamiento y acción tender a su realización (La fe por la cual vivo, p. 318).

domingo3 de julio

Sorpresas

“ Queridos amigos, no se sorprendan de la dolorosa prueba que están pasando, como si algo extraño les sucediera” 1 Pedro 4:12, NVI ) .

Las sorpresas, las sorpresas dolorosas, pueden venir de muchas maneras. Un automóvil que se cruza en la carretera y se interpone en su camino. Una notificación repentina de que estás perdiendo tu trabajo. Una prueba médica que te da malas noticias inesperadas. Traición por parte de alguien a quien amabas y que creías que te amaba. Tan malo como puede ser el dolor, siempre empeora por el elemento sorpresa.

Esta semana veremos algunos tipos específicos de situaciones dolorosas o crisoles que no deberían tomarnos por sorpresa.

Para comenzar, regresemos a 1 Pedro 4:12 . La palabra griega para "sorprendido" en 1 Pedro 4:12 (NVI) significa ser "extranjero" o "extranjero". Pedro insta a sus lectores a no caer en la trampa de creer que las pruebas y pruebas de fuego son ajenas a la experiencia cristiana. Más bien, deben considerarse normales: pueden y deben esperarse.

La palabra usada para “prueba de fuego” (NIV, NRSV) o “prueba de fuego” (NKJV) proviene de otra palabra griega, y significa “un ardor”. En otros lugares se traduce “horno”. Esta experiencia de sufrimiento por nuestra fe podría, por tanto, considerarse un “proceso de fundición”, el proceso del crisol.

Lea 1 Pedro 4:12-19 . ¿Cuál es el mensaje de Pedro?

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Muchos de nosotros nos sorprendemos del sufrimiento porque a menudo tenemos una visión demasiado simplificada de la vida cristiana. Sabemos que hay dos lados: Dios, que es bueno; y Satanás, que es malo. Pero a menudo automáticamente ponemos todo lo que se siente bien en la caja con Dios, y todo lo que se siente mal en la caja con Satanás. Pero la vida no es tan simple. No podemos usar nuestros sentimientos para decidir qué hay en la caja de Dios o en la caja de Satanás. A veces caminar con Dios puede ser desafiante y difícil. Y seguir a Satanás puede parecer que trae grandes recompensas. Job, que es justo pero sufre, ilustra esto cuando le preguntó a Dios: "¿Por qué los impíos siguen viviendo, envejeciendo y aumentando su poder?" Job 21:7, NVI ) .

Pedro se estaba refiriendo a las pruebas que son la consecuencia de defender a Cristo. Pero también hay otras razones por las que vienen las pruebas. ¿Cómo podría 1 Pedro 4:12-19 ayudarte a explicar con tacto a un amigo por qué no sorprenderse de las pruebas dolorosas que podría enfrentar?

Comentarios Elena GW

Fue una amarga lección para Pedro, una lección que aprendió lentamente, la de que la senda de Cristo en la tierra pasó por la agonía y la humillación. El discípulo rehuía la comunión con su Señor en el sufrimiento; pero en el calor del horno, había de conocer su bendición. Mucho tiempo más tarde, cuando su cuerpo activo se inclinó bajo el peso de los años y las labores, escribió: “Carísimos, no os maravilléis cuando sois examinados por fuego, lo cual se hace para vuestra prueba, como si alguna cosa peregrina os aconteciese ; antes bien gozaos en que sois participantes de las aflicciones de Cristo; para que también en la revelación de su gloria os gocéis en triunfo”. 1 Pedro 4:12, 13 …

[Jesús dijo:] “Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz cada día, y sígame”. La cruz iba asociada con el poder de Roma. Era el instrumento del suplicio mortal más cruel y humillante. Se obligaba a los más bajos criminales a que llevasen la cruz hasta el lugar de su ejecución; y con frecuencia, cuando se la estaban por poner sobre los hombros, resistieron con violencia desesperada, hasta que quedaron dominados y se ataba sobre ellos el instrumento de tortura. Pero Jesús ordenó a sus discípulos que tomaran la cruz para llevarla en pos de él. Para los discípulos, sus palabras, aunque vagamente reconocidos, señalaban su sumisión a la más acerba humillación, una sumisión hasta la muerte por causa de Cristo. El Salvador no podría haber descrito una entrega más completa (El Deseado de todas las gentes, p. 385).

Los discípulos de Cristo saben muy poco de las tramas que Satanás y sus huestes urden contra ellos. Pero el que está sentado, en los cielos servirá todas esas maquinaciones para el cumplimiento de sus altos designios. Si el Señor permite que su pueblo pase por el fuego de la tentación, no es porque se goce en sus penas y aflicciones, sino porque esas pruebas son necesarias para su victoria final.

Hemos sido tomados de la cantera del mundo y traídos al taller del Señor para ser labrados a fin de ocupar un lugar en su templo… No os rebeléis bajo este proceso de la gracia. Puede ser que seáis una piedra tosca que requiera mucho trabajo antes de estar preparado para ocupar el lugar que Dios le ha designado. No os sorprendáis si con el martillo y el cincel de las pruebas Dios os va quitando los defectos de carácter. Solo él puede realizar esta obra. Podéis estar seguros de que no dar ni un golpe inútil (The Faith I Live By, p. 317; parcialmente en El conflicto de los siglos, p. 518, y La fe por la cual vivo, p. 319).

La fase alegre y alentadora de nuestra religión será representada por todos los que se consagran diariamente a Dios. No debemos deshonrar a Dios con un lastimero relato de las pruebas que parecen graves. Todas las pruebas que se reciben como medios de educarnos producirán gozo (Testimonios para la iglesia, t. 6 p. 366).

Lunes4 de julio

Crisoles de Satanás

“Sé sobrio, sé vigilante; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar” 1 Pedro 5:8, NVI ) .

Lea el versículo anterior. ¿Cuál es el mensaje allí para nosotros? Pregúntese: "¿Qué tan en serio tomo estas palabras?" ¿Qué cosas haces en tu vida que muestran si las tomas en serio?

¿Alguna vez has visto un león hambriento? Es increíble porque sabes que puede atrapar y comer casi cualquier cosa que quiera. Pedro dice que Satanás anda rondando de la misma manera. Cuando miramos a nuestro alrededor, podemos ver las consecuencias de su deseo de matar. La muerte, el sufrimiento y la distorsión y perversión de la moral y los valores están por todas partes. No podemos escapar de ver la obra de Satanás.

Lea 1 Pedro 5:8-11 . ¿Cómo deben reaccionar los cristianos ante el acecho de Satanás?

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¿Qué promete Dios hacer por aquellos que están sufriendo? 1 Pedro 5:10 

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Pedro escribe estas palabras en el contexto de responder a los ataques de Satanás a la fe cristiana. Pero como hemos mencionado, Satanás está obrando de muchas maneras diferentes. Y aunque debemos ser conscientes de la realidad y el poder de nuestro enemigo, nunca debemos desanimarnos, porque siempre debemos recordar que Jesús ha vencido a Satanás, que Satanás es un enemigo derrotado, y que mientras permanezcamos conectados con Jesús , mientras nos aferremos a Él en la fe, tampoco podremos ser derrotados. Debido a la cruz, la victoria de Cristo es nuestra victoria.

Piensa en las otras formas en que Satanás causa dolor. ¿Cómo podría ayudarnos la lectura de 1 Pedro 5:8-11 a lidiar con la angustia que experimentamos debido a nuestro destino de vivir en un mundo pecaminoso en el que Satanás causa estragos?


Martes5 de julio

Crisoles del pecado

“Porque la ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres que detienen con injusticia la verdad” Rom. 1:18, NVI ) .

Todo lo que hacemos tiene una consecuencia. Si te paras bajo el sol caliente con helado, ciertamente se derretirá. Causa y efecto siempre van juntos. Y no importa cuán desesperadamente deseemos que las cosas sean diferentes, lo mismo sucede con el pecado. Siempre cosecha consecuencias. No es que Dios se siente en el cielo preguntándose qué cosas terribles podría hacer a las personas que pecan; no, el pecado mismo viene con sus propias consecuencias incorporadas.

El problema es que muchas veces pensamos que de alguna manera podemos burlar a Dios y pecar sin experimentar las consecuencias. nunca sucede Pablo deja muy claro que pecar tiene consecuencias no solo para la eternidad sino también dolorosas y angustiosas hoy.

En Romanos 1:21-32 , Pablo describe el proceso de las personas que caen en pecado y las consecuencias de esos pecados. Lea estos versículos con oración y cuidado y resuma la esencia de lo que Pablo está diciendo, enfocándose específicamente en las etapas del pecado y las consecuencias.

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Un par de versículos antes, Pablo describe estas consecuencias como la “ira de Dios” Rom. 1:18 ) . La ira de Dios en este pasaje es simplemente que Dios permite que los seres humanos cosechen lo que siembran. Incluso para los cristianos, Dios no siempre interviene de inmediato para eliminar el dolor que resulta de nuestras propias acciones. Muchas veces Él nos permite experimentar las consecuencias de nuestras acciones para que entendamos cuán profundamente dañino y ofensivo es nuestro pecado.

Hemos estado considerando las consecuencias de quebrantar las leyes morales de Dios. Pero ¿qué hay de romper las leyes de salud de Dios? Nuestros cuerpos son el hogar de Dios. Si abusamos de nuestro cuerpo al no comer saludablemente o al no hacer ejercicio, o si trabajamos demasiado con regularidad, esto también es pecado contra Dios. Y esto tiene consecuencias que pueden crear las condiciones de un crisol.

En tu propia vida, ¿cómo has cosechado las consecuencias inmediatas de tus propios pecados? ¿Qué lecciones has aprendido? ¿Qué cambios debes hacer para no volver a pasar por algo similar?

miércoles6 de julio

Crisoles de Purificación

“Por tanto, así dice el SEÑOR de los ejércitos: 'He aquí, los purificaré y los probaré; porque ¿cómo haré con la hija de mi pueblo?'” Jeremías 9:7, NVI ) .

“Si el Espíritu de Dios trae a tu mente una palabra del Señor que te hiere, puedes estar seguro de que hay algo en ti que Él quiere herir hasta el punto de su muerte”. — Swald Chambers, Mi máximo por lo más alto (Uhrichsville, OH: Barbour & Company, Inc., 1963), pág. 271.

¿Cómo entiendes la cita y el versículo bíblico de arriba? ¿Cuál ha sido su propia experiencia con los dolores involucrados en el proceso de purificación?

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Lea Jeremías 9:7-16 . Dios dice que “refinará y probará” (NRSV), o “fundirá” (KJV), Judá y Jerusalén Jeremías 9:7, NVI ) . ¿Qué dos razones da Dios para esto? Jeremías 9:13 , 14 ) . ¿Cómo ocurrirá la refinación? Jeremías 9:15 , 16 ) .

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El refinamiento y la prueba de Dios involucraron una acción drástica. Quizás hay tres razones por las que refinar y probar pueden sentirse como un crisol. Primero, experimentamos dolor cuando Dios permite que las circunstancias llamen nuestra atención sobre nuestro pecado. Un poco antes, Jeremías escribe con tristeza: “El fuelle sopla con fuerza para quemar el plomo con fuego, pero el refinado continúa en vano; los impíos no son limpiados” Jeremías 6:29, NVI ) . Por lo tanto, a veces se necesita una acción drástica para llamar nuestra atención. Segundo, experimentamos angustia al sentir dolor por el pecado que ahora vemos claramente. Tercero, experimentamos frustración cuando tratamos de vivir de manera diferente. Puede ser bastante incómodo y difícil seguir eligiendo renunciar a las cosas que han sido una parte tan importante de nosotros.

Piensa en los pecados con los que luchas. Si Dios fuera a refinarte y probarte hoy, ¿cómo podría hacerlo? ¿Qué acción podrías tomar ahora para lidiar con esto antes de que Dios quiera tomar medidas drásticas contigo, como lo hizo con Israel?

jueves 07 de julio

Crisoles de madurez

“Y para que la abundancia de las revelaciones no me exalte sobremanera, me fue dado un aguijón en la carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me exalte sobremanera” 2 Corintios 12:7, NVI) ) .

Hay una gran diferencia entre talar y podar. Cortamos plantas que ya no queremos;   podamos las plantas que queremos que desarrollen una mayor fecundidad. Ambos procesos, sin embargo, implican un cuchillo afilado. De hecho, la poda requiere cortar partes de la planta que podrían parecerle a un jardinero novato como destruirla. En un contexto espiritual, Bruce Wilkinson escribe: “¿Estás orando por las bendiciones sobreabundantes de Dios y suplicando que Él te haga más como Su Hijo?

“Si su respuesta es sí, entonces está pidiendo las tijeras”. — ruce Wilkinson, Secrets of the Vine (Sisters, OR: Multnomah Publishers, Inc., 2001), pág. 60

La gente se ha preguntado qué quiso decir Pablo realmente con un “aguijón en mi carne” 2 Corintios 12:7, NVI ) . Las ideas van desde que Paul tenga ataques constantes de los enemigos hasta que tenga dificultad para hablar. Parece que esto era en realidad un problema con su vista (ver Comentarios de Ellen G. White, The SDA Bible Commentary, vol. 6, p. 1107 ). Sorprendentemente, Pablo creía que su “aguijón” me había sido “dado”.

¿ Qué crees que quiso decir Pablo con “dado a mí”? ¿Quién se lo dio? ¿Cómo pudo Dios usarlo para el beneficio de Pablo?

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Note que el “aguijón” de Pablo tenía un propósito definido: “para evitar que me envanezca” 2 Corintios 12:7, NVI ) . No fue por ningún pecado específico que hubiera cometido, sino para evitar que pecara en el futuro. Pablo reconoció que por naturaleza tenía una debilidad para el pecado, y que este “aguijón” podría protegerlo.

Lea 2 Corintios 12:7-10 . ¿Cómo lidia Pablo con su “aguijón”? ¿Crees que la debilidad de Pablo tuvo otros beneficios espirituales para él? ¿Cómo puede ayudarte la forma en que Pablo responde a lidiar con las “espinas” que tal vez tengas que cargar?

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¿De qué manera las ideas de Dios para tu desarrollo espiritual pueden ser muy diferentes a las tuyas? Piensa en las áreas de tu vida en las que necesitas ser más fructífero en justicia. ¿Qué cualidades espirituales le gustaría pedirle a Dios que desarrolle en usted a través de Su “poda”?



viernes8 de julio

REFLEXIÓN ADICIONAL : Lea Ellen G. White, “Effectual Prayer”, en Signs of the Times, 18 de noviembre de 1903 ; Comentarios de Elena de White, pág. 1182, en Comentario bíblico adventista del séptimo día , vol. 4 ; “Dios permite la prueba y la aflicción para purificarme”, pág. 92, en Mi vida hoy .

“El que lee los corazones de los hombres conoce su carácter mejor que ellos mismos. Él ve que algunos tienen poderes y susceptibilidades que, correctamente dirigidos, podrían usarse en el avance de Su obra. En Su providencia, Él pone a estas personas en diferentes posiciones y variadas circunstancias para que puedan descubrir en su carácter los defectos que han estado ocultos a su propio conocimiento. Él les da la oportunidad de corregir estos defectos y de prepararse para su servicio. A menudo Él permite que los fuegos de la aflicción los asalten para que puedan ser purificados.” — Elena G. de White, El Ministerio de Curación, p. 471 .

Preguntas de discusión:

  1. Realmente puede ser difícil mientras cosechamos las consecuencias de nuestro pecado. “¿Seré capaz de estar bien con Dios otra vez?” le pedimos. ¿Qué promesas hace Dios que pueden animarnos a perseverar en esos momentos y no darnos por vencidos? (Vea lo que Pablo escribe más adelante en Romanos 5:1-11 ). ¿Qué puede decirle a alguien que está haciendo esta misma pregunta?
  2. ¿Qué quiere decir Elena de White con “Su providencia”? ¿Como funciona esto? ¿Cómo sabes cuando algo sucede por la providencia de Dios? ¿Qué actos de la “providencia” de Dios han llevado a pruebas en su propia vida? Como clase, discuta lo que ha aprendido en este momento. ¿Cómo podrías ayudar a alguien más que se pregunta si algún evento es realmente “Su providencia”?
  3. Si conoce a alguien que está pasando por una experiencia de crisol en este momento, ¿importa, o debería importar, qué lo provocó? Es decir, ¿cómo deberías reaccionar ante esta persona y su sufrimiento, independientemente de lo que lo haya causado?
  4. Un joven cristiano que vivía en América del Sur pasó por una prueba amarga. Después de que terminó, se mudó a Europa y luego le comentó a alguien: “Dejé mi cadáver en Sudamérica”. ¿Qué significa eso? ¿Por qué todos, en cierto sentido, debemos dejar nuestro cadáver en alguna parte? ¿Qué papel tienen los juicios en ese proceso?
  5. Como clase, planifiquen una salida a un hospital o algún lugar donde puedan ser de ayuda, consuelo y ánimo para aquellos que, por cualquier motivo, se encuentran en un crisol.




Capítulo 2

Los crisoles venideros

"Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese" (1 Ped. 4:12).

En el primer capítulo, le dimos una mirada al cuadro general de nuestro viaje hacia la casa del Pastor. A lo largo de esta senda de justicia, vimos que las ovejas pasaban por algunas experiencias muy buenas, y por otras muy difíciles. Ahora enfocaremos mejor el cuadro para ver en más detalle los tiempos y las ocasiones del viaje cuando pasamos por momentos difíciles que nos hacen sufrir.

¿Recuerdas haber usado un crisol en la escuela? Era un pequeño plato de metal, que yo'recuerdo que se balanceaba sobre un trípode de metal negro. Debajo le poníamos un mechero Bunsen con su fuerte llama dirigida al fondo del plato. En el plato poníamos varios materiales que muy pronto comenzaban a tomar temperatura, y todos los alumnos nos dividíamos en pequeños grupos, con anteojos especiales, bien colocados sobre los ojos, para poder ver lo que ocurriría. A medida que el plato se calentaba, los materiales que estaban dentro del plato comenzaban a fundirse o a quemarse, y despedían una luz brillante.

El diccionario Merrian-Webster's Collegiate define crisol de la siguiente manera:

    1. Recipiente de un material muy refractario (como la porcelana) que se utiliza para fundir y calcinar     una sustancia que requiere un alto grado de calor.

    2. Una prueba severa.

    3. Un lugar o situación en los que fuerzas concentradas interactúan para causar o influir en el cambio     o el desarrollo".

Cuando pasamos por duras pruebas, podría decirse que estamos dentro del crisol. También es posible pasar por un crisol espiritual en nuestro peregrinaje con Dios. En el viaje estamos expuestos a fuertes presiones, cuando las pruebas que él permite que suframos sgn difíciles de soportar y no sabemos cómo responder porque, con mucha frecuencia, nos toman completamente por sorpresa.

No se extrañen del fuego de la prueba

El apóstol Pedro nos insta a todos: "Amigos míos, no se extrañen del fuego que ha prendido ahí para ponerlos a prueba, como si les ocurriera algo extraño" (1 Ped. 4:12, NBE). Pedro les escribía a quienes estaban padeciendo persecución por ser cristianos, pero creo que lo que dice se aplica a todo tipo de sufrimiento. Ningún sufrimiento debería sorprendernos.

La palabra griega que se traduce como "extrañarse" significa ser "extraño" o "extranjero". Pedro insta a sus lectores a no caer en la trampa de creer que las grandes pruebas son cosas extrañas en la experiencia cristiana. No son aberraciones de la vida cristiana; deben ser consideradas normales. Deben esperarse. La palabra que se tradujo como "fuego que ha prendido ahí para ponerlos a prueba" (NBE), o "fuego de prueba" (RVR 60), viene de otra palabra griega que significa "una quemadura". En otros lugares se ha traducido como "horno". La experiencia de sufrir por nuestra fe podría, por lo tanto, considerarse como un "proceso de fundición",1 la experiencia del crisol.

Jesús enfatizó lo mismo cuando sus discípulos se reunieron alrededor de él para escuchar la explicación acerca del fin del mundo: "Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin" (Mat. 24:6).

Así que, no debemos sorprendernos. Pero, consideremos ahora con más detalles por qué no deberíamos sorprendernos. Aquí les presento cuatro razones bíblicas de por qué deberíamos esperar dolores y sufrimientos, aunque lo que más deseamos es vivir una vida que agrade a Dios.

    1. No se sorprendan del sufrimiento, porque Satanás está obrando en este mundo. "Regocíjense por         eso, cielos y los que en ellos habitan. ¡Ay de la tierra y del mar! El diablo bajó contra ustedes                 rebosante de furor, pues sabe que le queda poco tiempo" (Apoc. 12: 12, NVI).

    Ayer fue otro día normal. Como todos los otros habitantes del pueblo donde vivo, abordé mi                    automóvil y me dirigí al trabajo. Pero, cuando encendí la radio y comencé a escuchar las noticias, no     podía creer lo que el periodista de la BBC estaba diciendo. Muy lejos de nosotros, en el norte de            Uganda, demasiado lejos para que pudiera tener algo que ver conmigo, escuché acerca de la obra de     ciertos médicos que estaban tratando de restaurar los rostros de algunas señoritas, cuyas narres y            orejas habían sido cortadas por los soldados rebeldes, soldados que, con suerte, habían entrado en la     adolescencia.

   Me sentí enfermo. A pesar del éxito que habían tenido las operaciones, todo parecía tan irrelevante.       Solitario, dentro de mi automóvil, clamé, como Habacuc: "¿Hasta cuándo, oh Jehová? ¿Hasta cuándo    verás esto y no intervendrás?" (Hab. 1:2).

   Eso fue ayer. Como dije, fue un día ordinario. Quizá no haya sido tan ordinario como el día en que las    dos grandes Torres fueron destruidas o cuando el tsunami asiático mató a más de trescientas mil           personas en varios países.

   Pero, no necesito escuchar acerca de Uganda, de Asia o de los Estados Unidos, que están a miles de       kilómetros de distancia de donde estoy sentado en este momento. A seis kilómetros de donde vivo, un    muchacho de trece años, en una tranquila aldea, entró en la casa de una anciana de ochenta años y la       violó.

   Satanás está obrando en el mundo físico; pero obra, quizá con más poder y con más dolor, por medio    de las personas. Si le es posible, Satanás utilizará el chisme y la crítica para causar tensión, para herir,    para causar fricción y desalentar. Pero, por supuesto, el problema no son las personas. Es Satanás,       que obra mediante las personas.

   Y ¿cómo respondemos nosotros? Pedro nos insta: "S,ed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el    diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar; al cual resistid firmes en la fe,       sabiendo que los mismos padecimientos se van cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo"     (1 Ped. 5:8, 9).

    Este texto nos señala cuatro características que deberíamos practicar.

        Primero, desarrolla dominio propio. No permitas que las presiones que Satanás crea alrededor de ti         influyan en tus pensamientos, sentimientos y acciones. Segundo, mantente alerta. Ten los ojos                abiertos y observa atentamente para que nunca olvides quién está obrando en realidad. Tercero,            resiste. No te des por vencido ni te dejes abrumar por las presiones de Satanás. Dios todavía está            de nuestro lado. Finalmente, mantente firme en la fe. Esto construye sobre la actitud de resistir,            pero agrega que el hecho de mantenerse firme se funda en nuestra fe. La fe es lo que nos mantiene         sin caídas y nos ayuda a resistir los ataques de Satanás.

    Pedro les asegura a los creyentes que, aunque tengan que luchar por un tiempo, Dios les ha hecho la     promesa: "Mas el Diosde toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que            hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca" (1 Ped.     5:10). Y esta es una promesa también para nosotros.

    2. No te sorprendas por el sufrimiento que se produce como consecuencia de tus propios pecados,         "porque la paga del pecado es muerte" (Rom. 6: 23).

    También experimentamos dolor y sufrimientos porque hacemos cosas necias y pecaminosas. Como        dice Pablo: "La paga del pecado es muerte". Nacidos como seres pecaminosos, en un mundo                pecaminoso, estamos en un proceso inevitable de muerte literal. Pero, nuestras decisiones de pecar        contra Dios traen con ellas la muerte espiritual. Y no existe ninguna duda de que sufriremos hoy por     causa de esas decisiones.

    SI soy descortés con las personas, ellas comenzarán a evitarme. Si ando en malos caminos, corro el        riesgo de contraer alguna enfermedad de transmisión sexual, y la angustia espiritual que conlleva. Si       decido ignorar la dirección del Espíritu Santo, andaré por esta vida solitario y sin poder.

    En Romanos 1:18 al 32, Pablo describe que este tipo de sufrimientos es resultado de la ira de Dios.        En este contexto, la ira de Dios es sencillamente las consecuencias que experimentamos por el hecho     de rechazarlo. Pablo establece primero que, a causa de lo que Dios ha creado, ningún ser humano            tiene excusa para ignorar que Dios existe y qué tipo de Dios es. Dice que ignorar esto frente a los            hechos es pecar voluntariamente, lo que trae terribles consecuencias. Porque, después de cada paso        de rechazo a Dios, nos hallaremos más y más hundidos en el pecado y, por lo tanto, en el sufrimiento     por causa del pecado.

    El primer paso en el alejamiento de Dios se da cuando deliberadamente nos negamos a honrarlo. La        consecuencia de haberse alejado voluntariamente de Dios es que "su necio corazón fue                            entenebrecido" (Rom. 1:21).

    El segundo paso en el alejamiento de Dios se da cuando comenzamos a hacer sustitutos de él,                principalmente en forma de ídolos. "Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las            concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos" (vers. 24).

    El tercer paso incluye hacer sustitutos de todas las verdades de Dios y adorar de todo corazón lo que     hemos creado. "Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el     uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo también los hombres, dejando el uso            natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos        hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío" (vers. 26, 27).

    El cuarto y último paso en el alejamiento de Dios se da cuando el conocimiento de Dios es                    completamente rechazado. Las consecuencias son que Dios "los entregó a una mente reprobada, para     hacer cosas que no convienen [...] llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades;     murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de            males, desobedientes a los padres" (vers. 28-30).

    Nota que mientras más interrumpimos nuestra relación vertical con Dios más problemas tenemos en     nuestras relaciones horizontales con nuestro prójimo. Más importante aún son los problemas sexuales     que Pablo destaca, donde primero llegamos a ser impuros (paso 2), luego pervertidos (paso 3) hasta        que nuestra mente, el lugar donde reside nuestro dominio propio, se vuelve ingobernable: "Dios los        entregó a una mente reprobada". Las luchas y las perversiones sexuales de nuestra cultura actual son     el síntoma por excelencia de que nos hemos alejado de Dios.

    ¿Cómo podemos revertir esta tendencia descendente hacia la muerte? La respuesta no es complicada.     Debemos elegir a Dios de nuevo y permitir que los principios de su Reino modelen nuestros valores     y nuestras creencias. Al luchar contra sentimientos seductores y turbulentos, debemos pedirle a Dios     que nos dé un corazón y una mente dispuestos a que su poder nos dote de una nueva vida.

    "Y si el Espíritu de aquel que levantó de los muertos a Jesús mora en vosotros, el que levantó de los         muertos a Cristo Jesús vivificará también vuestros cuerpos mortales por su Espíritu que mora en             nosotros" (Rom. 8:11). A partir del crisol del sufrimiento que nuestros mismos pecados nos                     producen, Dios siempre puede obtener una nueva vida.

El sufrimiento en la vida de los cristianos

Solamente hemos cubierto las dos primeras razones de por qué no deberíamos sentirnos sorprendidos por el sufrimiento. Desde el punto de vista del cristiano, estas razones pueden parecer obvias. Pero hay otras razones para el sufrimiento que nos sorprenden a los cristianos y que, incluso, se nos hace muy difícil reconocer.

Una amiga expresó esta sorpresa mientras caminábamos alrededor de su casa. El aire tropical era cálido y placentero, pero la conversación era tensa.

-Pero ¿por qué? -preguntó asombrada-, ¿Por qué nos están ocurriendo todas estas cosas?

Ella buscaba razones lógicas, pero nada le parecía satisfactorio.

¿Por qué ella y su familia estaban sufriendo tanto odio y murmuración, cuando todo lo que deseaban era servir a Dios? Después de muchos meses de angustia, tuvo que convencerse de que todas sus buenas intenciones habían sido malinterpretadas y sacadas de contexto. Su reputación estaba siendo pisoteada.

Ella continuó:

-¿Cómo puede Dios permitir esto? ¿No puede ver que simplemente estoy haciendo lo mejor que puedo?

Después de varios meses en los que no hallaron descanso, ella dejó su empleo y, con su familia, regresaron a su país.

Recuerdo mi retorno del aeropuerto, después de mi última visita. Apenas podía hablar. Una búena familia cristiana que, en mi opinión, estaba realizando un excelente trabajo, estaba siendo demolida por lo que parecía una presión abrumadora. Incluso ahora, mientras escribo y recuerdo las esperanzas destrozadas y la desilusión de tantas personas, no puedo evitar sentir una profunda tristeza.

Pero, como cristianos, ¿deberíamos sentirnos sorprendidos por el sufrimiento? Como ya hemos notado, Satanás está obrando en el mundo, y él, normalmente, trabaja por medio de personas que causan mucho dolor. Así que, pasemos a examinar las razones por las cuales Dios permite que el sufrimiento persista, particularmente

en la vida de los cristianos, ya que estas razones serán el foco principal de este libro.

    3. No te sorprendas por el sufrimiento, si Dios está en el proceso de purificar tu vida del pecado. "Por     tanto, así ha dicho

    Jehová de los ejércitos: He aquí que yo los refinaré y los probaré; porque ¿qué más he de hacer por la     hija de mi pueblo?" (Jer. 9:7).

    Aunque hayamos pecado deliberadamente, seguimos siendo preciosos a la vista de Dios. Por tanto,        dado que Dios está obrando para hacernos puros e inmaculados como él es (Apoc. 14:5), se arriesga a     que nos sintamos heridos cuando toma su bisturí y, como un cirujano, comienza a extirpar el pecado     que está entramado en las mismas entrañas de nuestro ser. Y, cuando esto ocurre, raramente usa            anestesia. Dios quiere que comprendamos las terribles consecuencias de nuestras acciones.

    En Jeremías 9, el profeta continúa anunciando los planes de Dios para el refinamiento de su pueblo:        "Por tanto, así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel: He aquí que a este pueblo yo les daré     a comer ajenjo, y les daré a beber aguas de hiél. Y los esparciré entre naciones que ni ellos ni sus            padres conocieron" (Jer. 9:15,16). Cuando leemos comentarios como estos, podemos sentirnos                tentados a mal interpretar a Dios. Pero, tal como continuaremos viendo en los capítulos que siguen,        Dios usa estos métodos, no porque se deleite en nuestro dolor, sino porque aprecia y anhela                    profundamente nuestra santificación.

    Oswald Chambers describe esta obra en forma casi ruda y llana: "Jesucristo no tuvo ninguna lástima     con respecto a aquello que finalmente arruinaría a una persona en su servicio para Dios. Sus                    respuestas no se basaban en un capricho ni en un pensamiento impulsivo, sino., en el conocimiento        de lo que hay en el hombre. Si el Espíritu de Dios trae a tu mente una palabra del Señor que te hiere,     con seguridad hay algo en ti que él quiere herir de muerte".2

    Y es posible que Dios persevere en ese proceso de purificación durante un largo tiempo. "Dios me ha     mostrado que él ha dado a su pueblo una copa amarga para beber, con el fin de purificarlo y                    limpiarlo. Es un trago muy amargo, pero ellos pueden hacerlo aún más amargo con sus                            murmuraciones, quejas y descontentos. Quienes reciban ese trago de esta manera deberán beber otro     trago, porque el primero no tuvo sobre su corazón el efecto deseado. Y, si el segundo tampoco hace        efecto, entonces deberán beber otro, y otro, hasta que tenga el efecto deseado, o serán dejados                inmundos, impuros de corazón. Vi que esta amarga copa puede ser endulzada por medio de la                paciencia, el soportar y la oración, y que tendrá su efecto deseado en el corazón de quienes así lo            reciban, con lo cual Dios será honrado y glorificado".3

    Dios anhela que seamos puros. Malaquías reflexiona en este elevado propósito. "Y se sentará para        afinar y limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de Leví, los afinará como a oro y como a plata, y     traerán a Jehová ofrenda con justicia" (Mal. 3:3).

    Por tanto, no te sorprendas por el dolor que sufres al pasar por el crisol, ni te desanimes. Dios todavía     tiene planes para ti. Recuerda que el propósito del crisol es que reflejemos la justicia de nuestro            Padre.

    4. No te sorprendas por el sufrimiento, si Dios está podándote para que lleves mucho más fruto.            "Toda rama que en mí no da fruto, la corta; pero toda rama que da fruto la poda para que dé más fruto     todavía" (Juan 15:2, NVI).

    El doloroso proceso de poda que se ilustra en Juan 15:1 al 5 es extremadamente importante para la        maduración del carácter cristiano. Es posible que no hayamos pecado en una forma específica de la        que seamos totalmente conscientes, pero, como pecadores, sabemos que seguimos siendo débiles en     la fe y la confianza que debemos tener en Dios. Y esto hace que todas las otras gracias espirituales        que Dios anhela darnos nos lleguen en calidad y fortaleza limitadas.

    En su excelente libro, Secrets of the Vine [Secretos de la vid], Bruce Wilkinson identificó una extraña     paradoja cuando escribió: "¿Estás pidiendo las superabundantes bendiciones de Dios y suplicándole        que te haga más semejante a su Hijo? Si es así, entonces estás pidiendo las tijeras podadoras"4

    Una vez, estaba explicando la idea de que a veces Dios mismo nos guía por caminos difíciles y nos        lleva a situaciones dolorosas, a una dama que me visitaba. Ella me miró horrorizada: -No puedo creer     que Dios haga algo así -exclamó. Estaba completamente convencida de que yo estaba atribuyéndole     algo terrible al carácter de Dios. ¿Así que Dios nos causa dolor?

    Charles Stanley contesta: "La cómoda, pero teológicamente incorrecta, respuesta es no. Te                    encontrarás con muchas personas que predican y enseñan que Dios nunca envía tormentas a la vida        de una persona, pero esa posición no puede justificarse con las Escrituras. La Biblia enseña que Dios     envía adversidades, pero dentro de ciertos parámetros, y siempre por una razón que tiene que ver con     nuestro crecimiento, perfeccionamiento y bien eterno".5

    Considera el aguijón de Pablo. "Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase                    desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee            para que no me enaltezca sobremanera; respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite     de mí" (2 Cor. 12:7, 8). Nota que Pablo dice que el doloroso "aguijón" le "fue dado". Él lo considera     "un mensajero de Satanás"; y, sin embargo, considera que debía cumplir un propósito santo, pues            Dios permitió el aguijón para mantenerlo humilde.

    Pero ¿qué era este aguijón? Elena de White hace notar que era su problema de la vista. "[Pablo]            llevaría por siempre consigo en el cuerpo* las marcas de la gloria de Cristo, en sus ojos, que habían        sido cegados por la luz celestial".2 Si es así, encuentro muy tentador especular que, quizá, este                problema de la vista le haya sobrevenido cuando quedó ciego temporalmente por haber visto a Jesús     en el camino a Damasco. En la misma forma en que Jacob luchó con Jesús durante la noche y recibió     su bendición y, no obstante, siguió soportando una cojera después de la lucha (Gén. 32: 31), podría        ser que, para incrementar el impacto de su testimonio, Pablo llevara un constante recordatorio dentro     de sí mismo de que, a menos que pudiera ver a Cristo claramente, él y todos aquellos a quienes            ministraba permanecerían en tinieblas espirituales. Por supuesto, esto no es más que una                        especulación. Lo que sabemos con seguridad es que, en su providencia, Dios permitió que Pablo            soportara un problema físico para su bendición espiritual.

    En lo que a mí respecta, esa ha sido mi experiencia. Desde los 27 años, he tenido que usar un                marcapasos, porque mi corazón está débil. Durante los años transcurridos desde entonces, la lección     abrumadora que Dios me ha estado enseñando es la total dependencia de su poder en mi trabajo para     él. Personalmente, estoy convencido de que, si bien Dios podría haberme sanado permanentemente,        ha permitido que este problema físico permanezca para enfatizar esta lección espiritual. Porque, sin        mi Fuente de energía externa, no soy nada.

    De modo que, cuando Dios permite que pasemos por el crisol de la maduración, es bueno recordar la     promesa que Dios le hizo a Pablo: "Bástate mi'gracia; porque mi poder se perfecciona en la                    debilidad" (2 Cor. 12:7).

Estas extrañas providencias de Dios para nuestra maduración se describen con más claridad en la siguiente cita: "El que lee los corazones de los hombres conoce sus caracteres mejor que ellos mismos. Él ve que algunos tienen facultades y aptitudes que, bien dirigidas, pueden ser aprovechadas en el adelanto de la obra de Dios. En su providencia, los coloca en diferentes situaciones y variadas circunstancias para que descubran en su carácter los defectos que permanecían ocultos a su conocimiento. Les da oportunidad para enmendar esos defectos y prepararse para servirlo. Muchas veces permite que los fuegos de la aflicción los asalten para que puedan ser purificados".7

Así que, no es porque hayamos hecho algo malo que el Padre permite que pasemos por el crisol, sino porque somos débiles, y Dios quiere que florezcamos y maduremos más allá de nuestros más descabellados sueños.

Conclusión

Como hemos visto, podemos pasar por el crisol por diferentes razones. No podemos extendernos en todas ellas, pero cuando avancemos nos enfocaremos en algunos crisoles particulares que Dios usa para hacernos más útiles para él y para su Reino. Para el cristiano, la vida, por necesidad, tendrá que pasar por el crisol. Charles Swindoll no nos deja ninguna duda: "Alguien lo dijo de esta manera: 'Quienquiera que desee caminar con Dios camina derecho hacia el crisol'. Todo aquel que elige la vida piadosa vive en un crisol. La prueba sobrevendrá".(3)

Nuestro desafío es que, cuando lleguen estas pruebas, no seamos tentados a desanimarnos y a perder la esperanza. Cómo podemos aprender a lograr esto es el tema del resto de este libro.


Padre:

Me siento temeroso con el pensamiento de que el dolor es parte de tu santo propósito.

Parece ser una contradicción de todo. Abre mis ojos para que yo pueda entender tus propósitos y tus métodos. Y concédeme el valor para seguirte, sin importarme el costo.

En el nombre de Jesús, amén.


(1) Kenneth S. Wuest, Wuest's Word Studies From the Greek New Testament (Grand Rapids: Eerdmans, 1997).

Oswald Chambers, En pos de lo supremo, lectura del 27 de septiembre.

Elena de White, Primeros escritos, p. 77.

Bruce Wilkinson, Secrets of the Vine (Sisters, Oreg.: Multnomah Publishers, 2001), p. 60.

(2) Elena de White, Conflicto y valor, p. 340.

Elena de White, El ministerio de curación, p. 373.

(3) Charles Swindoll, Moses, Great Livesfrom Cod's Word(Nashville: Word Publishing Company, 1999), p. 285.

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