Lección 8: JESÚS, EL MEDIADOR DEL NUEVO PACTO


Lección 8.12-18 de febrero

Jesús, el Mediador de la Nueva Alianza

sábado por la tarde

Lea para el estudio de esta semana: Hebreos 7:11–19 ; Hebreos 8:10–12 ;   Jeremías 31:31–34 ; Hebreos 8:1–6 ; Éxodo 24:1–8 ; Ezequiel 36:26 , 27 .

Texto para memorizar: “Pero en la actualidad, Cristo ha alcanzado un ministerio tanto más excelente que el antiguo cuanto mejor es el pacto por el que media, puesto que es establecido sobre mejores promesas” Hebreos 8:6, NVI ) .

Al vivir una vida perfecta, y luego al morir en nuestro lugar, Jesús medió en un nuevo y mejor pacto entre nosotros y Dios. A través de Su muerte, Jesús canceló la pena de muerte que exigían nuestras transgresiones e hizo posible el nuevo pacto.

Esta verdad se explica en Hebreos 10:5-10 , que identifica a Jesús como quien manifestó la perfecta obediencia requerida por el pacto. Hace referencia al Salmo 40, refiriéndose al deseo del Mesías de rendirle a Dios obediencia total: “He aquí, he venido; en el rollo del libro está escrito de mí: Me deleito en hacer tu voluntad, oh Dios mío; tu ley está dentro de mi corazón” Sal. 40:7 , 8 , NVI) . “En el contexto original, esta frase ['hacer tu voluntad'] describía la obediencia moral a la voluntad de Dios. El autor de Hebreos usa la frase para mostrar que el sacrificio de Cristo cumplió la voluntad de Dios al proporcionar una expiación aceptable, que los sacrificios de animales no habían proporcionado”. — Comentario Bíblico ASD, vol. 7, pág. 460.

Para Pablo, este salmo adquirió un significado especial con la encarnación de Jesús. Jesús encarnó la obediencia del nuevo pacto. Él es nuestro ejemplo. Hemos sido salvos, no solo por Su muerte, sino también por Su perfecta obediencia.

Estudie la lección de esta semana para prepararse para el sábado 19 de febrero.

Comentarios Elena G.W

Aun antes de asumir la humanidad, vio toda la senda que debía recorrer a fin de salvar lo que se había perdido. Cada angustia que iba a desgarrar su corazón, cada insulto que iba a amontonarse sobre su cabeza, cada privación que estaba llamado a soportar, fueron presentados a su vista antes que pusiera a un lado su corona y manto reales y bajara del trono para revestir su divinidad con la humanidad. La senda del pesebre hasta el Calvario estuvo toda delante de sus ojos. Conoció la angustia que le sobrevendría. La conoció toda, y sin embargo dijo: “He aquí yo vengo; (en el rollo del libro está escrito de mí); me complazco en hacer tu voluntad, oh Dios mío, y tu ley está en medio de mi corazón”. Salmo 40:7, 8.

Tuvo siempre presente el resultado de su misión. Su vida terrenal, tan llena de trabajo y abnegación, fue alegrada por la perspectiva de que no soportaría todas esas penurias en vano. Dando su vida por la de los hombres, haría volver el mundo a su lealtad a Dios. Aunque primero debía recibir el bautismo de sangre; aunque los pecados del mundo iban a abrumar su alma inocente; aunque la sombra de una desgracia indecible pesaba sobre él; por el gozo que le fue propuesto, decidió soportar la cruz y menospreció el oprobio (El Deseado de todas las gentes, p. 378).

Cristo vino a magnificar la ley y a honrarla; vino a exaltar los antiguos mandamientos que tenemos desde el principio. Por eso necesitamos la ley y los profetas. Necesitamos el Antiguo Testamento para que nos lleve al Nuevo, que no toma el lugar del Antiguo, sino que nos revela en forma más clara el plan de salvación, dando significado a todo el sistema de sacrificios y ofrendas, y a la palabra que tenemos desde el principio. La perfecta obediencia se impone a cada alma, y la obediencia a la voluntad expresada de Dios os hará uno con Cristo… De él está escrito: “He aquí, vengo; en el rollo del libro está escrito de mí; el hacer tu voluntad, Dios mío, me ha agradado, y tu ley está en medio de mi corazón”. Salmo 40:7, 8 (Sons and Daughters of God, p. 48; parcialmente en Hijos e hijas de Dios, p. 50).

El Señor tenía un amor tan grande por el mundo que dio “a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Juan 3:16. Cristo vino para darle al hombre vigor moral, para elevarlo, ennoblecerlo y fortalecerlo, capacitándolo para ser participante de la naturaleza divina habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia. Él probó a los habitantes de los mundos no caídos y a los seres humanos que puede guardarse la ley. Mientras poseía la naturaleza del hombre, él obedeció a la ley de Dios, vindicando la justicia de Dios que exigía su obediencia. En el juicio su vida será un argumento incontestable en favor de la ley de Dios (En los lugares celestiales, p. 40).

domingo13 de febrero

La necesidad de un nuevo pacto

Lea Hebreos 7:11-19 . ¿Por qué se necesitaba un nuevo pacto?

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Según Hebreos, el hecho de que Jesús fuera nombrado sacerdote según el orden de Melquisedec implicaba que se había inaugurado una nueva alianza. El antiguo pacto había sido dado sobre la base del sacerdocio levítico Heb. 7:11, NASB ) . Los sacerdotes levitas actuaban como mediadores entre Dios e Israel, y la ley excluía a todos los demás del sacerdocio. El autor concluye, entonces, que un cambio de sacerdocio implica un cambio de la ley del sacerdocio, así como el cambio del pacto Heb. 7:12 , 18 , 19 ) .

El problema con el antiguo pacto era que no podía proporcionar perfección Hebreos 7:11 ) . Pablo está hablando del sacerdocio levítico y su ministerio (sacrificios, fiestas, etc.). Los sacrificios de animales ofrecidos a través de ellos no podían proporcionar una verdadera y total limpieza del pecado, ni acceso a Dios Heb. 10:1-4 ; Heb. 9:13 , 14 ; Heb. 10:19-23 ) .

El hecho de que fuera necesario un nuevo pacto no significa que Dios fuera injusto con Israel cuando les dio el antiguo pacto. El ministerio levítico y los servicios del tabernáculo fueron diseñados para protegerlos de la idolatría y también para señalarles el futuro ministerio de Jesús. Hebreos enfatiza que los sacrificios eran “una sombra de los bienes venideros” Heb. 10:1, NKJV ) .

Al señalarles a Jesús, los sacrificios deberían haber ayudado a la gente a poner su esperanza y fe en “el cordero de Dios que quita el pecado del mundo” Juan 1:29, NVI ; comparar con Isaías 53) . Este es el mismo punto que hace Pablo cuando dice que la ley era “nuestro ayo para llevarnos a Cristo, a fin de que seamos justificados por la fe” Gálatas 3:24, NVI ) o que “Cristo es la culminación de la ley para que haya justicia para todo aquel que cree” Rom. 10:4, NVI ) .

En otras palabras, incluso los Diez Mandamientos, tan buenos y perfectos como son, no pueden proveer salvación Rom. 3:20-28 , Rom. 7:12-14 ) . Proporcionan un estándar perfecto de justicia, pero no proporcionan justicia más de lo que mirarse en un espejo puede borrar las arrugas de la edad. Para una justicia perfecta, necesitamos a Jesús como nuestro Sustituto.

¿Por qué la ley no puede salvarnos? Después de todo, si guardamos todos los mandamientos y los guardamos bien, incluso sin fallas, ¿por qué no debería eso salvarnos?


Comentarios Elena G.W

Los pecados de la gente eran transferidos simbólicamente al sacerdote oficiante, que era mediador del pueblo. El sacerdote no podía por sí mismo convertirse en ofrenda por el pecado y hacer expiación con su vida, porque también era pecador. Por lo tanto, en vez de sufrir él mismo la muerte, sacrificaba un cordero sin defecto. El castigo del pecado era transferido al animal inocente, que así llegaba a ser su sustituto inmediato y simbolizaba la perfecta ofrenda de Jesucristo. Mediante la sangre de esta víctima, el hombre veía por fe en el porvenir la sangre de Cristo que expiaría los pecados del mundo (Mensajes selectos t. 1, p. 270).

Pablo trató de dirigir los pensamientos de sus oyentes hacia el gran sacrificio hecho por el pecado. Señaló los sacrificios que eran sombra de los bienes venideros, y presentó entonces a Cristo como la realidad prefigurada por todas esas ceremonias: el objeto al cual todas señalaban como la única fuente de vida y esperanza para el hombre caído. Los santos hombres de la antigüedad se salvaron por la fe en la sangre de Cristo. Mientras miraban las agonías de muerte de las víctimas sacrificadas, contemplaban a través del abismo de los siglos al Cordero de Dios que habría de quitar el pecado del mundo.

Dios reclama con derecho el amor y la obediencia de todas sus criaturas. Les ha dado en su ley una norma perfecta de justicia. Pero muchos olvidan a su Hacedor, y en oposición a su voluntad eligen seguir sus propios caminos. Retribuyen con enemistad el amor que es tan alto como el cielo, tan ancho como el universo. Dios no puede rebajar los requerimientos de su ley para satisfacer la norma de los impíos; ni pueden los hombres, por su propio poder, satisfacer las demandas de la ley. Solamente por la fe en Cristo puede el pecador ser limpiado de sus culpas y capacitado para prestar obediencia a la ley de su Hacedor (Los hechos de los apóstoles, p. 339).

Ha sido tan grande la ceguera espiritual de los hombres, que han procurado hacer ineficaz la Palabra de Dios. Con sus tradiciones han declarado que el gran plan de salvación se preparó para abolir la ley de Dios y terminar con su vigencia. En cambio, el Calvario es el poderoso argumento que prueba la inmutabilidad de los preceptos de Jehová…

La condición del carácter debe compararse con la gran norma moral de justicia. Debe haber una búsqueda de los pecados peculiares que han sido ofensivos para Dios, que han deshonrado su nombre y apagado la luz del espíritu, y matado el primer amor del alma.

Se asegura la victoria mediante la fe y la obediencia… La tarea de vencer no ha quedado restringida a los días de los mártires. Nosotros debemos luchar en estos tiempos de sutil tentación y mundanalidad. El conflicto es para nosotros en estos días de sutiles tentaciones a la mundanalidad, la seguridad propia, a la indulgencia del orgullo, a la codicia, a las falsas doctrinas, a la inmoralidad de la vida. ¿Permaneceremos en pie ante la prueba de Dios? (That I May Know Him, p. 256; parcialmente en A fin de conocerle, p. 255)

Lunes14 de febrero

Nuevo y renovado

Compare Hebreos 8:10-12 con Deuteronomio 6:4-6 , Deuteronomio 30:11-14 y Jeremías 31:31-34 . ¿Qué nos enseña esto acerca de la naturaleza del nuevo pacto?

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La promesa de un nuevo pacto en Hebreos se refiere a Jeremías. Según Jeremías, la promesa de Dios de un nuevo pacto era, de hecho, una renovación del pacto que había hecho primero con Israel por medio de Moisés Jeremías 31:31-34 ) . Podría argumentarse, entonces, que Jeremías 31 no hablaba estrictamente de un “nuevo” pacto sino de una “renovación” del pacto original con Israel. De hecho, la palabra hebrea para nuevo, hadashah , puede tener tanto el sentido de “renovar” como el de “nuevo”.

El problema con el antiguo pacto fue que el pueblo lo rompió Hebreos 8:8 , 9 ) . El pacto no fue defectuoso; La gente estaba. Si Israel hubiera visto a través de los símbolos del Mesías venidero y hubiera puesto su fe en Él, el pacto no se habría roto. Sin embargo, para ser justos, hubo muchos creyentes a lo largo de la historia de Israel en quienes se cumplieron los propósitos del pacto y quienes tenían la ley en sus corazones Sal. 37:31 , Sal. 40:8 , Sal. 119:11 , Isa . 51:7 ) .

Si bien el nuevo pacto es una renovación del antiguo pacto, hay un sentido en el que es, de hecho, nuevo. La promesa de Jeremías de un “nuevo pacto” no preveía simplemente una renovación de las condiciones que existían antes del exilio, que habían sido rotas y renovadas varias veces porque la nación había caído varias veces en la apostasía. Y eso se debe a que el pueblo simplemente no estaba dispuesto a cumplir con su parte del pacto con Dios Jeremías 13:23 ) .

Así, Dios prometió hacer una “cosa nueva” Jeremías 31:22 ) . El pacto no sería como el pacto que Dios había hecho “con sus padres” Jeremías 31:32 ) . Debido a la infidelidad del pueblo, las promesas que Dios hizo bajo el pacto mosaico nunca se cumplieron. Ahora bien, en virtud de la garantía dada por el Hijo Heb. 7:22 ) , Dios cumpliría los propósitos de su pacto. Dios no cambió Su ley ni bajó Sus estándares; en cambio, envió a Su Hijo como garantía de las promesas del pacto Heb. 7:22 , Heb. 6:18-20 )Es por eso que este pacto no tiene maldiciones. Sólo tiene bendiciones porque Jesús la cumplió perfectamente, haciéndose maldición por nosotros Gálatas 3:13 ) .

Lee 2 Timoteo 2:13 . ¿Qué podemos aprender de la fidelidad de Dios a Su pueblo ya Sus planes al considerar nuestras relaciones con los demás y nuestros planes?


Comentarios Elena G.W

El ceremonial de los sacrificios que había señalado a Cristo pasó: pero los ojos de los hombres fueron dirigidos al verdadero sacrificio por los pecados del mundo. Cesó el sacerdocio terrenal, pero miramos a Jesús, mediador del nuevo pacto, y “a la sangre del esparcimiento que habla mejor que la de Abel”. “Aun no estaba descubierto el camino para el santuario, entre tanto que el primer tabernáculo estuviese en pie… Mas estando ya presente Cristo, pontífice de los bienes que habían de venir, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos… por su propia sangre, entró una sola vez en el santuario, habiendo obtenido eterna redención. Hebreos 12:24; 9:8-12.

“Por lo cual puede también salvar eternamente a los que por él se allegan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos”. Hebreos 7:25 Aunque el ministerio había de ser trasladado del templo terrenal al celestial, aunque el Santuario y nuestro gran Sumo Sacerdote fuesen invisibles para los ojos humanos, los discípulos no habían de sufrir pérdida por ello. No sufrirían interrupción en su comunión, ni disminución de poder por causa de la ausencia del Salvador. Mientras Jesús ministra en el Santuario celestial, es siempre por su Espíritu el ministro de la iglesia en la tierra. Está oculto a la vista, pero se cumple la promesa que hiciera al partir: “He aquí, yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo”. Mateo 28:20. Aunque delega su poder a ministros inferiores, su presencia vivificadora está todavía con su iglesia (El Deseado de todas las gentes, p. 138).

El apóstol [Pablo] deseaba que aquellos a quienes estaba escribiendo recordaran que debían revelar en sus vidas el glorioso cambio producido en ellos por la gracia transformadora de Cristo. Debían ser luces en el mundo, ejerciendo una influencia contraria a la de los instrumentos satánicos por medio de sus caracteres purificados y santificados. Siempre debían recordar las palabras: “No de vosotros”. Ellos no podían cambiar su propio corazón. Y cuando mediante sus esfuerzos las almas fueran conducidas de las filas de Satanás para decidirse por Cristo, no debían pretender ninguna participación en la transformación producida…

El gran cambio que se observa en la vida del pecador después de la conversión no es producido por ninguna bondad humana.

El que es rico en misericordia nos ha impartido su gracia. Que la alabanza y la acción de gracias asciendan entonces hacia él, porque ha llegado a ser nuestro Salvador. Que su amor, al llenar nuestros corazones y mentes, fluya de nuestras vidas en ricas corrientes de gracia. Cuando estábamos muertos en delitos y pecados, nos vivificó para vida espiritual. Trajo gracia y perdón, y llenó el alma de vida nueva (La maravillosa gracia de Dios, p. 319).


Martes 15 de febrero

El nuevo pacto tiene un mejor mediador

Lea Hebreos 8:1-6 . ¿Por qué Jesús es un mejor Mediador del pacto?

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El término griego mesites (mediador) deriva de mesos ("medio") y denota al que camina o se para en el medio. Era un término técnico que se refería a una persona que cumplía una o más de las siguientes funciones: (1) árbitro entre dos o más partes, (2) negociador o corredor de negocios, (3) testigo en el sentido legal de la palabra, o (4) el que se erige como fiador y, por tanto, garantiza la ejecución de un contrato.

El término inglés “mediador” es una traducción demasiado estrecha para mesites en hebreo porque se enfoca solo en los primeros dos o tres usos del término griego. Hebreos, sin embargo, enfatiza la cuarta función. Jesús no es concebido como “mediador” en el sentido de que resuelve una disputa entre el Padre y los humanos, ni como pacificador que reconcilia a las partes en desacuerdo, ni como testigo que certifica la existencia de un contrato o su satisfacción. En cambio, como explica Hebreos, Jesús es el garante (o fiador ) del nuevo pacto Hebreos 7:22 ) . En Hebreos, el término “mediador” es equivalente a “garante”. Él garantiza que las promesas del pacto se cumplirán.

La muerte de Cristo hace posible la institución del nuevo pacto porque satisface las pretensiones del primer pacto con Israel (e incluso con los primeros humanos en el Edén), que había sido quebrantado Heb. 9:15-22 ) . En este sentido, Jesús es el garante que asumió todas las obligaciones legales de la alianza que se había roto. En otro sentido, la exaltación de Jesús en el cielo garantiza que se cumplirán las promesas de Dios a los seres humanos Heb. 6:19 , 20 ) . Jesús garantiza el pacto porque ha demostrado que las promesas de Dios son verdaderas. Al resucitar a Jesús y sentarlo a Su diestra, el Padre ha mostrado que Él nos resucitará y también nos traerá a Él.

Jesús es un mediador mayor que Moisés porque ministra en el santuario celestial y se ha ofrecido a sí mismo como sacrificio perfecto por nosotros Heb. 8:1-5 , Heb. 10:5-10 ) . El rostro de Moisés reflejó la gloria de Dios Exod. 34:29-35 ) , pero Jesús es la gloria de Dios Heb. 1:3 , Juan 1:14 ) . Moisés habló con Dios cara a cara Exod. 33:11 ) , pero Jesús es la Palabra de Dios personificada Heb. 4:12 , 13 ; Juan 1:1-3 , 14 ) .

Sí, Cristo ha satisfecho las exigencias del pacto de obediencia. A la luz de esto, ¿cuál es el papel de la obediencia en nuestra vida y por qué sigue siendo tan importante?


Comentarios Elena G.W

La ley del gobierno de Dios había de ser magnificada por la muerte del unigénito Hijo de Dios. Cristo llevó la culpa de los pecados del mundo. Nuestra suficiencia se encuentra únimente en la encarnación y la muerte del Hijo de Dios. Pudo sufrir, porque estaba sostenido por la Divinidad. Pudo vencer, porque no tenía la menor mancha de deslealtad o pecado. Cristo triunfó en lugar del hombre al soportar de este modo la justicia del castigo. Aseguró vida eterna para el hombre, al mismo tiempo que exaltó la ley de Dios y la honró.

Cada alma está bajo la obligación de seguir las pisadas de Cristo, el gran Ejemplo de la familia humana. Dijo: “He guardado los mandamientos de mi Padre”. Los fariseos pensaban que había venido a debilitar los requerimientos de la ley de Dios, pero su voz resonó en sus oídos diciendo: “No penséis que he venido para abrogar la ley o los profetas; no he venido para abrogar, sino a cumplir. Porque de cierto os digo, que hasta que perezca el cielo y la tierra, ni una jota ni un tilde perecerá de la ley, hasta que todas las cosas sean hechas” (Hijos e hijas de Dios, p. 50).

Al apóstol Juan se le revelaron en la isla de Patmos las enseñanzas que Dios deseaba que él impartiera al pueblo. Estudiad estas revelaciones. Hay aquí temas que merecen nuestra contemplación, extensas y abarcantes lecciones que todas las huestes angélicas están ahora procurando comunicar. Contemplad la vida y el carácter de Cristo, estudiad su obra intercesora. Allí hay sabiduría, amor, justicia y misericordia infinitas. Allí hay profundidad y altura, largura y anchura, para nuestra consideración. Innumerables escritores se han utilizado para presentar al mundo la vida, el carácter y la obra mediadora de Cristo, y todavía, en cada mente mediante la cual el Espíritu Santo ha trabajado, se han presentado estos temas bajo una luz original y novedosa.

Deseamos inducir a la gente a comprender qué es Cristo para ellos y cuáles son las responsabilidades que se espera que acepten en él. Como sus representantes y testigos, necesitamos llegar personalmente a un pleno entendimiento de las verdades salvadoras adquiridas a través de un conocimiento experimental (Testimonios para la iglesia, t. 6, p. 66)

miércoles  16 de febrero

El Nuevo Pacto Tiene Mejores Promesas

Podemos estar tentados a pensar que el nuevo pacto tiene “mejores promesas” en el sentido de que tiene mayores recompensas que las que tenía el antiguo pacto (una patria celestial, vida eterna, etc.). La verdad es que Dios ofreció las mismas recompensas a los creyentes del Antiguo Testamento que nos ha ofrecido a nosotros (lea Heb. 11:10 , 13-16 ) . En Hebreos 8:6 , las “mejores promesas” se refieren a diferentes tipos de promesas.

El pacto entre Dios e Israel fue un intercambio formal de promesas entre Dios e Israel. Dios tomó la iniciativa y liberó a Israel de Egipto y prometió llevarlos a la Tierra Prometida.

Compare Éxodo 24:1-8 y Hebreos 10:5-10 . ¿Cuáles son las similitudes y diferencias entre estas dos promesas?

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El pacto entre Dios e Israel fue ratificado con sangre. Esta sangre fue rociada sobre y debajo del altar. El pueblo de Israel prometió obedecer todo lo que el Señor había dicho.

“La condición de la vida eterna es ahora exactamente lo que siempre ha sido, exactamente lo que era en el Paraíso antes de la caída de nuestros primeros padres, perfecta obediencia a la ley de Dios, perfecta justicia. Si se concediera la vida eterna bajo cualquier condición que no sea esta, entonces la felicidad de todo el universo estaría en peligro. El camino estaría abierto para que el pecado, con toda su serie de aflicción y miseria, sea inmortalizado”. — Elena G. de White, El Camino a Cristo , pág. 62 .

Dios satisface las demandas absolutas del nuevo pacto para nosotros porque dio a Su propio Hijo para que viniera y viviera una vida perfecta para que las promesas del pacto pudieran cumplirse en Él, y luego ofrecerse a nosotros, por la fe en Jesús. La obediencia de Jesús garantiza las promesas del pacto Heb. 7:22 ) . Requiere que Dios le dé las bendiciones del pacto, las cuales luego nos son dadas a nosotros. De hecho, aquellos que están “en Cristo” disfrutarán esas promesas con Él. En segundo lugar, Dios nos da Su Espíritu Santo para capacitarnos para cumplir Su ley.

Cristo ha satisfecho las exigencias del pacto; por lo tanto, el cumplimiento de las promesas de Dios para nosotros no está en duda. ¿Cómo te ayuda esto a entender el significado de 2 Corintios 1:20-22 ? ¿Qué maravillosa esperanza se encuentra aquí para nosotros?



Comentarios Elena G.W

Para la iglesia de Dios, que custodia su viña en la tierra hoy, resultan de un valor especial los mensajes de consejo y admonición dados por los profetas que presentaron claramente el propósito eterno del Señor en favor de la humanidad. En las enseñanzas de los profetas, el amor de Dios hacia la raza perdida y el plan que trazó para salvarla quedan claramente revelados. El tema de los mensajeros que Dios envió a su iglesia a través de los siglos transcurridos fue la historia del llamamiento dirigido a Israel, sus éxitos y fracasos, cómo recobró el favor divino, cómo rechazó al Señor de la viña y cómo el plan secular será realizado por un remanente piadoso en favor del cual se cumplirán todas las promesas del pacto. Y hoy el mensaje de Dios a su iglesia, a aquellos que se ocupan en su viña como fieles labradores, no es otro que el dado por el profeta antiguo…

Espere Israel en Dios. El Señor de la viña está ahora mismo juntando de entre los hombres de todas las naciones y todos los pueblos los preciosos frutos que ha estado aguardando desde hace mucho. Pronto vendrá a los suyos; y en aquel alegre día se habrá cumplido finalmente su eterno propósito para la casa de Israel (Profetas y reyes, pp. 15, 16).

La preciosa Biblia es un jardín de Dios, y sus promesas son los lirios y las rosas y los claveles.

Cuánto desearía que todos creyéramos en las promesas de Dios… No tenemos que buscar en nuestros corazones esperando sentir una emoción de gozo como evidencia de nuestra aceptación ante el cielo, pero debemos tomar las promesas de Dios y decir “Son mías. El Señor está permitiendo que su Santo Espíritu descanse sobre mí. Estoy recibiendo la luz, porque la promesa es: Creed que lo recibiréis, y os vendrá”. Por fe extiendo mi mano dentro del velo y me aferro a Cristo, quien es mi fortaleza. Agradezco a Dios porque tengo un Salvador…

Y así es con todas las promesas de la Palabra de Dios. En ellas él nos habla a cada uno en particular, y de un modo tan directo como si pudiéramos oír su voz. Por medio de estas promesas Cristo nos comunica su gracia y su poder. Son hojas de aquel árbol que son “para la sanidad de las naciones”. Apocalipsis 22:2. Recibidas, asimiladas, han de ser la fuerza del carácter, la inspiración y el mantenimiento de la vida” (The Faith I Live By, p. 9; parcialemente en La fe por la cual vivo, p. 11).

Cristo vino a la tierra, y se presentó ante los hijos de los hombres con el atesorado amor de la eternidad, y tal es el caudal que, por medio de nuestra unión con él, hemos de recibir para manifestarlo y distribuirlo.

La eficacia del esfuerzo humano en la obra de Dios corresponderá a la consagración del obrero al revelar el poder de la gracia de Dios para transformar la vida. Hemos de distinguirnos del mundo porque Dios imprimió su sello en nosotros y porque manifiesta en nosotros su carácter de amor. Nuestro Redentor nos ampara con su justiciar (El ministerio de curación, p. 24).

jueves 17 de febrero

El nuevo pacto ha resuelto el problema del corazón

Compare las promesas del nuevo pacto de Jeremías 31:33 y Ezequiel 36:26 , 27 . ¿Como están relacionados?

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El primer documento del pacto fue escrito por Dios en tablas de piedra y fue depositado en el arca del pacto como un testimonio importante del pacto de Dios con su pueblo Éxodo 31:18 , Deuteronomio 10:1-4 ) . Sin embargo, los documentos escritos en piedra podían romperse; y los rollos, como lo había experimentado Jeremías, podían ser cortados y quemados Jeremías 36:23 ) .

Pero en el nuevo pacto Dios ahora escribirá Su ley en el corazón del pueblo. El corazón se refiere a la mente, el órgano de la memoria y el entendimiento Jeremías 3:15 , Deut. 29:4 ) , y especialmente donde se toman decisiones conscientes Jeremías 3:10 , Jeremías 29:13 ) .

Esta promesa no aseguraba simplemente el acceso y el conocimiento de la ley por parte de todos. También, y más importante, iba a provocar un cambio en el corazón de la nación. El problema de Israel fue que su pecado fue grabado “con cincel de hierro”, “con punta de diamante… en la tabla de su corazón” Jeremías 17:1, NVI ) . Tenían un corazón obstinado Jeremías 13:10 , Jeremías 23:17 ) ; por lo tanto, les era imposible hacer lo correcto Jeremías 13:23 ) .

Jeremías no anunció un cambio de la ley, porque el problema de Israel no era la ley sino el corazón. Dios quería que la fidelidad de Israel fuera una respuesta agradecida a lo que había hecho por ellos; por lo tanto, Él les dio los Diez Mandamientos con un prólogo histórico que expresa Su amor y cuidado por ellos Exod. 20:1 , 2 ) . Dios quería que Israel obedeciera Sus leyes como reconocimiento de que Él quería lo mejor para ellos, una verdad revelada en su gran liberación de Egipto. Su obediencia debía ser una expresión de gratitud, una manifestación de la realidad de su relación.

Lo mismo es cierto hoy para nosotros. El amor y cuidado de Jesús al morir por nosotros es el prólogo del nuevo pacto Lucas 22:20 ) . La verdadera obediencia viene del corazón como una expresión de amor Mateo 22:34-40 ) . Este amor es la marca distintiva de la presencia del Espíritu Santo en la vida del creyente. Dios derrama Su amor sobre nosotros a través de Su Espíritu Rom. 5:5 ) , el cual se expresa en amor Gál. 5:22 ) .

Si el antiguo Israel iba a amar a Dios, incluso sin comprender la muerte de Cristo, ¿por qué no deberíamos amar a Dios aún más que ellos? ¿Cómo manifiesta la obediencia la realidad de ese amor?


Comentarios Elena G.W

En la Biblia se revela la voluntad de Dios. Las verdades de la Palabra de Dios son la expresión del Altísimo. El que convierte esas verdades en parte de su vida llega a ser en todo sentido una nueva criatura. No recibe nuevas facultades mentales; en cambio, desaparecen las tinieblas que debido a la ignorancia y el pecado entenebrecían su entendimiento. “Te daré un corazón nuevo” quiere decir: “Te daré una mente nueva”. Al cambio de corazón lo acompaña siempre una clara convicción del deber cristiano, y la comprensión de la verdad. El que con oración da atención estricta a las Escrituras tendrá conceptos claros y juicios sanos, como si al volverse hacia Dios hubiera alcanzado un plano superior de inteligencia (Mente, carácter, y personalidad, t. 2, p. 464).

[Jesus] vino a dar nuevos corazones a los hombres. Él dijo: “Os daré corazón nuevo”. Pero los que tenían justicia propia en aquellos días y los de estos días, no sentían ni sienten la necesidad de tener un corazón nuevo. Jesús pasó por alto a los escribas y fariseos porque no sentían la necesidad de un Salvador. Estaban adheridos a formas y ceremonias. Esos servicios habían sido instituidos por Cristo; habían estado llenos de vitalidad y belleza espiritual, pero los judíos habían perdido la vida espiritual de sus ceremonias y se aferraban a las formas muertas después de que la vida espiritual se había extinguido entre ellos. Cuando se apartaron de los requerimientos y mandamientos de Dios, procuraron reemplazar el lugar de lo que habían perdido multiplicando sus propios requisitos y haciendo demandas más rigurosas que las que había hecho Dios. Y mientras se hacían más rígidos, menos manifestaban el amor y el Espíritu de Dios (Mensajes selectos t. 1, p. 453).

Una de las oraciones más sinceras registradas en la Palabra de Dios, es la de David cuando pidió: “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio”. Salmo 51:10. La respuesta de Dios a esta oración es: Yo te daré un nuevo corazón. Esta es una obra que ningún hombre finito puede hacer. Los hombres y las mujeres deben comenzar por el principio, buscando a Dios más fervientemente para obtener una verdadera experiencia cristiana. Han de sentir el poder creador del Espíritu Santo. Han de recibir un nuevo corazón, que se mantenga enternecido por la gracia del cielo. El espíritu egoísta debe ser desalojado del alma. Deben trabajar con sinceridad y con humildad de corazón. Cada uno contemplando a Jesús en busca de dirección y ánimo. Entonces el edificio, debidamente ensamblado, crecerá hasta llegar a ser un templo santo en el Señor (Nuestra elevada vocación, p. 161).

¿Cómo hemos de salvarnos entonces? “Como Moisés levantó la serpiente en el desierto”, así también el Hijo del hombre ha sido levantado, y todos los que han sido engañados y mordidos por la serpiente pueden mirar y vivir. “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”.8 La luz que resplandece de la cruz revela el amor de Dios. Su amor nos atrae a él. Si no resistimos esta atracción, seremos conducidos al pie de la cruz arrepentidos por los pecados que crucificaron al Salvador. Entonces el Espíritu de Dios produce por medio de la fe una nueva vida en el alma. Los pensamientos y los deseos se sujetan en obediencia a la voluntad de Cristo. El corazón y la mente son creados de nuevo a la imagen de Aquel que obra en nosotros para someter todas las cosas a sí. Entonces la ley de Dios queda escrita en la mente y el corazón, y podemos decir con Cristo: “El hacer tu voluntad, Dios mío, hame agradado. Salmo 40:8 (El Deseado de todas las gentes, pp. 147, 148).

viernes18 de febrero

Reflexión adicional : “Si nuestros corazones se renuevan a semejanza de Dios, si el amor divino se implanta en el alma, ¿no se cumplirá la ley de Dios en la vida? Cuando el principio del amor se implanta en el corazón, cuando el hombre se renueva a la imagen de Aquel que lo creó, se cumple la promesa del nuevo pacto: "Pondré mis leyes en sus corazones, y en sus mentes las escribiré". .' Hebreos 10:16 . Y si la ley está escrita en el corazón, ¿no dará forma a la vida? La obediencia, el servicio y la lealtad del amor, es el verdadero signo del discipulado. Así dice la Escritura: 'Este es el amor de Dios, que guardemos sus mandamientos.' 'El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, es mentiroso, y la verdad no está en él.' 1 Juan 5:3 ; 2:4En lugar de librar al hombre de la obediencia, es la fe, y sólo la fe, la que nos hace partícipes de la gracia de Cristo, la que nos capacita para obedecer. 

Cuanto más te acerques a Jesús, más defectuoso aparecerás ante tus propios ojos; porque su visión será más clara, y sus imperfecciones se verán en amplio y claro contraste con Su naturaleza perfecta. Esta es evidencia de que los engaños de Satanás han perdido su poder; que la influencia vivificante del Espíritu de Dios os está despertando.

Ningún amor profundamente arraigado por Jesús puede morar en el corazón que no se da cuenta de su propia pecaminosidad. El alma que es transformada por la gracia de Cristo admirará su carácter divino; pero si no vemos nuestra propia deformidad moral, es una evidencia inequívoca de que no hemos tenido una visión de la belleza y excelencia de Cristo.” — Elena G. de White, El Camino a Cristo , págs. 60, 64, 65 .

Preguntas de discusión:

  1. Piense en las declaraciones de Elena de White arriba. ¿Qué nos dice el hecho de que cuanto más nos acerquemos a Cristo, más pecaminosos seremos ante nuestros propios ojos acerca de cómo no debemos permitir que el darnos cuenta de nuestros propios defectos nos lleve a abandonar la fe en la desesperación?
  2. Medita más en la idea de que la ley está siendo escrita en nuestros corazones. ¿Qué significa eso para la vida espiritual de un cristiano? ¿Cómo podría el entender y experimentar esta verdad ayudarnos a evitar el tipo de “obediencia” que en realidad es solo legalismo, obediencia que ha sido llamada “obras muertas” Heb. 9:14 ) ?

Comentarios Elena G.W

Cada día con Dios, 16 de marzo, “Seguros gracias a nuestro sustituto”, p. 82;

Nuestra elevada Vocación, 24 de abril, “El sentimiento y la fe son diferentes”, p. 122.

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