Lección 3: JESÚS, EL HIJO PROMETIDO

 

Lección 3.8-14 de enero

Jesús, el hijo prometido

sábado por la tarde

Leer para el estudio de esta semana: Isaías 2:2 , 3 ; Hebreos 1:1–4 ;   Éxodo 24:16 , 17 ; Isaías 44:24 ; Hebreos 1:10 ; Lucas 1:31 , 32 ; Hebreos. 1: 5 .

Texto para memorizar: “Pero en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien también hizo el universo. El Hijo es el resplandor de la gloria de Dios y la representación exacta de su ser” Hebreos 1:2 , 3 , NVI) .

Inmediatamente después de que Adán y Eva pecaron, Dios les prometió una “simiente”, un Hijo que los libraría del enemigo, recuperaría la herencia que habían perdido y cumpliría el propósito para el cual habían sido creados Gén. 3:15 ). . Este Hijo los representaría y los redimiría al tomar su lugar y, finalmente, al destruir a la serpiente.

“Cuando Adán y Eva escucharon por primera vez la promesa, buscaron su pronto cumplimiento. Dieron la bienvenida con alegría a su hijo primogénito, con la esperanza de que pudiera ser el Libertador. Pero tardó el cumplimiento de la promesa.” — Elena G. de White, El Deseado de Todas las Gentes , pág. 31 . La promesa fue luego confirmada a Abraham. Dios le juró que tendría una “descendencia”, un Hijo por medio del cual serían benditas todas las naciones de la tierra Gén. 22:16-18 , Gál. 3:16 ) . Y Dios hizo lo mismo con David. Le prometió a David que su descendiente sería instalado por Dios como Su propio Hijo y sería establecido como un gobernante justo sobre todos los reyes de la tierra 2 Sam. 7:12-14 , Sal. 89:27-29 ).Sin embargo, lo que ni Adán y Eva, ni Abraham ni David probablemente nunca imaginaron fue que su Hijo Redentor sería Dios mismo.

Estudie la lección de esta semana para prepararse para el sábado 15 de enero.

Comentarios Elena G.W

Los ángeles de Dios fueron comisionados para que visitaran a la pareja caída y le informaran que aunque no podían conservar su santa condición ni su hogar edénico por causa de la transgresión de la ley de Dios, su caso no era totalmente desesperado. Se les informó que el Hijo de Dios, que había conversado con ellos en el Edén, se había sentido impulsado por la piedad, en vista de su condición desesperada, y que se había ofrecido voluntariamente para soportar el castigo que les correspondía, y morir para que los seres humanos pudieran vivir por fe en la expiación que Cristo proponía hacer por ellos. Por medio de Jesús se había abierto una puerta de esperanza para que el hombre, a pesar de su gran pecado, no quedara bajo el dominio completo de Satanás. La fe en los méritos de Hijo de Dios elevaría de tal manera a este que podría resistir las artimañas de Satanás. Se le concedería un tiempo de prueba durante el cual, por medio de una vida de arrepentimiento y fe en la expiación del Hijo de Dios, podría ser redimido de su trangresión a la ley del Padre (La historia de la redención, p. 48).

Cristo había abierto en su ministerio la mente de sus discípulos a estas profecías; pues “comenzando desde Moisés, y de todos los profetas, declarábales en todas las Escrituras lo que de él decían”. Lucas 24:27. Pedro, al predicar a Cristo, había sacado del Antiguo Testamento sus evidencias. Esteban había seguido el mismo plan. Y también Pablo en su ministerio apelaba a las Escrituras que predecían el nacimiento, los sufrimientos, la muerte, resurrección y ascensión de Cristo. Por el inspirado testimonio de Moisés y los profetas, probaba claramente la identidad de Jesús de Nazaret como el Mesías, y mostraba que desde los días de Adán era la voz de Cristo la que había hablado por los patriarcas y profetas.

Se habían dado profecías sencillas y específicas concernientes a la aparición del Prometido. A Adán se le dio la seguridad de la venida del Redentor. La sentencia pronunciada contra Satanás: “Enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; esta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar” (Génesis 3:15), era para nuestros primeros padres la promesa de la redención que iba a obrarse por Cristo (Los hechos de los apóstoles, p. 180).

Había sido difícil aun para los ángeles comprender el misterio de la redención, entender que el Soberano del cielo, el Hijo de Dios, debía morir por el hombre culpable. Cuando a Abraham se le mandó ofrecer a su hijo en sacrificio, se despertó el interés de todos los seres celestiales. Con intenso fervor, observaron cada paso dado en cumplimiento de ese mandato. Cuando a la pregunta de Isaac: “¿Dónde está el cordero para el holocausto?” Abraham contestó: “Dios se proveerá de cordero;” y cuando fue detenida la mano del padre en el momento mismo en que estaba por sacrificar a su hijo y el carnero que Dios había provisto fue ofrecido en lugar de Isaac, entonces se derramó luz sobre el misterio de la redención, y aun los ángeles comprendieron más claramente las medidas admirables que había tomado Dios para salvar al hombre. Véase 1 Pedro 1:12 (La historia de los patriarcas y profetas, p. 151).

domingo9 de enero

En estos postreros días

El primer párrafo de Hebreos revela que Pablo creía que estaba viviendo en “los últimos días”. La Escritura emplea dos expresiones sobre el futuro que tienen diferentes significados. Los profetas usaron la expresión “últimos días” o “últimos días” para hablar del futuro en general Deut. 4:30 , 31 ; Jer. 23:20 ) . El profeta Daniel usó una segunda expresión, “el tiempo del fin”, para hablar más específicamente sobre los últimos días de la historia de la tierra Daniel 8:17 , Dan. 12:4 ) .

Lea Números 24:14-19 e Isaías 2:2 , 3 . ¿Qué prometió Dios que haría por su pueblo en los “últimos días”?

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  Varios profetas del Antiguo Testamento anunciaron que en los “últimos días” Dios levantaría un Rey que destruiría a los enemigos de Su pueblo Núm. 24:14-19 ) y que atraería a las naciones a Israel Isa. 2:2 , 3 ) . Pablo dice que estas promesas se cumplieron en Jesús. Él derrotó a Satanás y, a través de la proclamación del Evangelio, está atrayendo a sí mismo a todas las naciones Col. 2:15 , Juan 12:32 ) . En este sentido, entonces, “los últimos días” han comenzado porque Jesús ha cumplido las promesas de Dios.

Nuestros padres espirituales murieron en la fe. Vieron y saludaron las promesas desde “lejos”, pero no las recibieron. Nosotros, en cambio, hemos visto su cumplimiento en Jesús.

Pensemos por un momento en las promesas de Dios y Jesús. El Padre prometió que resucitaría a Sus hijos 1 Tes. 4:15 , 16 ) . La noticia maravillosa es que Él inició la resurrección de Sus hijos con la resurrección de Jesús 1 Cor. 15:20 , Mat. 27:51-53 ) . El Padre también prometió una nueva creación Isaías 65:17 ) . Él ha comenzado a cumplir esa promesa al crear una nueva vida espiritual en nosotros 2 Cor. 5:17 , Gá. 6:15 ) . Él prometió que establecería Su reino final Dan. 2:44 )Él inauguró ese reino liberándonos del poder de Satanás e instalando a Jesús como nuestro gobernante Mateo 12:28-30 , Lucas 10:18-20 ) . Sin embargo, esto es solo el comienzo. Lo que el Padre comenzó a hacer en la primera venida de Jesús, Él lo completará en la segunda.

Mire todas las promesas que Dios cumplió en el pasado. ¿Cómo debería ayudarnos esto a confiar en Él por las promesas que aún no se han cumplido?



Comentarios Elena G.W

Compañeros de peregrinación, estamos todavía entre las sombras y la agitación de las actividades terrenales; pero pronto aparecerá nuestro Salvador para traer liberación y descanso. Contemplemos por la fe el bienaventurado más allá, tal como lo describió la mano de Dios. El que murió por los pecados del mundo está abriendo de par en par las puertas del Paraíso a todos los que creen en él. Pronto habrá terminado la batalla y se habrá ganado la victoria. Pronto veremos a Aquel en quien se cifran nuestras esperanzas de vida eterna. En su presencia las pruebas y los sufrimientos de esta vida resultarán insignificantes. De lo que existió antes “no habrá memoria, ni más vendrá al pensamiento”. “No perdáis pues vuestra confianza, que tiene grande remuneración de galardón: porque la paciencia os es necesaria; para que, habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. Porque aun un poquito, y el que ha de venir vendrá, y no tardará”. “Israel es salvo… con salud eterna; no os avergonzaréis, ni os afrentaréis, por todos los siglos”. Isaías 65:17; Hebreos 10:35-37; Isaías 45:17 (La historia de los profetas y reyes, pp. 540, 541).

Cuando el pecador, atraído por el poder de Cristo, se acerca a la cruz levantada y se postra delante de ella, se realiza una nueva creación. Se le da un nuevo corazón; llega a ser una nueva criatura en Cristo Jesús. La santidad encuentra que no hay nada más que requerir. Dios mismo es “el que justifica al que es de la fe de Jesús”. Y “a los que justificó, a estos también glorificó”.25 Si bien es cierto que son grandes la vergüenza y la degradación producidas por el pecado, aún mayores serán el honor y la exaltación mediante el amor redentor. A los seres humanos que se esfuerzan por estar en conformidad con la imagen divina, se les imparte algo del tesoro celestial, una excelencia de poder que los colocará aun por encima de los ángeles que nunca han caído (Palabras de vida del gran Maestro, p. 127).

En sus promesas y amonestaciones, Jesús se dirige a mí. Dios amó de tal manera al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que, creyendo en él, yo no perezca, sino tenga vida eterna. Lo experimentado según se relata en la Palabra de Dios ha de ser lo que yo experimente. La oración y la promesa, el precepto y la amonestación, son para mí… A medida que la fe recibe y se asimila así los principios de la verdad, vienen a ser parte del ser y la fuerza motriz de la vida. La Palabra de Dios, recibida en el alma, amolda los pensamientos y entra en el desarrollo del carácter.

Mirando constantemente a Jesús con el ojo de la fe, seremos fortalecidos. Dios hará las revelaciones más preciosas a sus hijos hambrientos y sedientos. Hallarán que Cristo es un Salvador personal. A medida que se alimenten de su Palabra, hallarán que es espíritu y vida. La Palabra destruye la naturaleza terrenal y natural e imparte nueva vida en Cristo Jesús. El Espíritu Santo viene al alma como Consolador. Por el factor transformador de su gracia, la imagen de Dios se reproduce en el discípulo; viene a ser una nueva criatura (El Deseado de todas las gentes, p. 355).

Lunes10 de enero

Dios nos ha hablado por medio de su Hijo

Lea Hebreos 1:1-4 . ¿Cuál es la idea central de estos versículos?

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  En el griego original, Hebreos 1:1-4 es solo una oración, y se ha argumentado que es la más hermosa de todo el Nuevo Testamento desde el punto de vista de su arte retórico. Su afirmación principal es que Dios nos ha hablado a través de Su Hijo, Jesús.

Para los judíos del siglo I d. C., la palabra de Dios no se había escuchado durante mucho tiempo. La última revelación que se expresó en la Palabra Escrita de Dios vino a través del profeta Malaquías y los ministerios de Esdras y Nehemías cuatro siglos antes. Pero ahora, a través de Jesús, Dios les estaba hablando de nuevo.

La revelación de Dios a través de Jesús, sin embargo, fue superior a la revelación que Dios había hecho a través de los profetas porque Jesús es un medio mayor de revelación. Él es Dios mismo, quien creó el cielo y la tierra y gobierna el universo. Para Pablo, la deidad de Cristo nunca está en duda. Es casi asumido.

Además, para Pablo, el Antiguo Testamento era la Palabra de Dios. El mismo Dios que habló en el pasado continúa hablando en el presente. El Antiguo Testamento comunicaba un verdadero conocimiento de la voluntad de Dios.

Sin embargo, fue posible comprender su significado más completo solo cuando el Hijo llegó a la tierra. En la mente del autor, la revelación del Padre en el Hijo proporcionó la clave para comprender la verdadera amplitud del Antiguo Testamento, al igual que la imagen en la caja de un rompecabezas brinda la clave para encontrar el lugar correcto para cada una de sus piezas. Jesús sacó a la luz gran parte del Antiguo Testamento.

Mientras tanto, Jesús vino para ser nuestro Representante y nuestro Salvador. Él tomaría nuestro lugar en la lucha y derrotaría a la serpiente. De manera similar, en Hebreos, Jesús es el "pionero" o "capitán" y "precursor" de los creyentes Heb. 2:10 , Heb. 6:20 ) . Él lucha por nosotros y nos representa. Esto también significa que lo que Dios hizo por Jesús, nuestro Representante, el Padre también lo quiere hacer por nosotros. El que exaltó a Jesús a su diestra quiere también que nos sentemos con Jesús en su trono Ap. 3:21 ) . El mensaje de Dios para nosotros en Jesús incluye no solo lo que Jesús dijo, sino también lo que el Padre hizo a través de Él y para Él, todo para nuestro beneficio temporal y eterno.

Piense en lo que significa que Jesús, Dios, vino a esta tierra. ¿Por qué esta verdad debería traernos tanta esperanza?



Comentarios Elena G.W

Las Escrituras indican con claridad la relación entre Dios y Cristo, y manifiestan con no menos claridad la personalidad y la individualidad de cada uno de ellos…

La personalidad del Padre y del Hijo, como también la unidad que existe entre ambos, aparecen en el capítulo décimo-séptimo de Juan en la oración de Cristo por sus discípulos:

“Mas no ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos. Para que todos sean una cosa; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean en nosotros una cosa: para que el mundo crea que tú me enviaste”. Juan 17:20, 21.

La unidad que existe entre Cristo y sus discípulos no destruye la personalidad de uno ni de otros. Son uno en propósito, en espíritu, en carácter, pero no en persona. Así es como Dios y Cristo son uno (El ministerio de curación, p. 329).

Satanás está determinado a que los hombres no vean el amor de Dios que lo indujo a dar a su Unigénito para salvar a la raza perdida, pues es la bondad de Dios la que guía a los hombres al arrepentimiento. ¿Cómo tendremos éxito en presentar delante del mundo el profundo y precioso amor de Dios? En ninguna otra forma podremos abarcarlo, a menos que exclamemos: “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, que seamos llamados hijos de Dios”. 1 Juan 3:1. Digamos a los pecadores: “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”. Juan 1:29. Presentando a Jesús como el representante del Padre, podremos despejar la sombra que Satanás ha proyectado sobre nuestro sendero a fin de que no veamos la misericordia y el inexpresable amor de Dios como se manifiestan en Jesucristo. Mirad a la luz del Calvario. Es una promesa permanente del ilimitado amor, de la infinita misericordia del Padre celestial (Mensajes selectos, t. 1, p. 183).

En el reino de Dios no se obtiene un puesto por medio del favoritismo. No se gana, ni es otorgado por medio de una gracia arbitraria. Es el resultado del carácter. La cruz y el trono son los símbolos de una condición alcanzada, los símbolos de la conquista propia por medio de la gracia de nuestro Señor Jesucristo.

Mucho después, cuando Juan había llegado a armonizar con Cristo por haberle seguido en sus sufrimientos, el Señor Jesús le reveló cuál es la condición que nos acerca a su reino. “Al que venciere —dijo Cristo—, yo le daré que se siente conmigo en mi trono; así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono”. Apocalipsis 3:21. Aquel que ocupe el lugar más cerca de Cristo, será el que haya bebido más profundamente de su espíritu de amor abnegado… amor que induce al discípulo, así como indujo a nuestro Señor, a darlo todo, a vivir y trabajar y sacrificarse aun hasta la muerte para la salvación de la humanidad (Los hechos de los apóstoles, p. 433).

Martes11 de enero

Él es el Resplandor de la Gloria de Dios

Lea Hebreos 1:2-4 . ¿Cuáles son algunas de las cosas que este pasaje nos enseña acerca de Jesús?

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  En esta sección, nos enfocaremos en la porción que dice: “Él es el resplandor de la gloria de Dios y la huella exacta de su naturaleza” Heb. 1:3, NVI ) .

Lea Éxodo 24:16 , 17 ; Salmo 4:6 ; Salmo 36:9 ; Salmo 89:15 . ¿Cómo nos ayudan estos textos a comprender qué es la gloria de Dios?

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  En el Antiguo Testamento, la gloria de Dios se refiere a Su presencia visible entre Su pueblo Éxodo 16:7 ; Éxodo 24:16 , 17 ; Lev. 9:23 ; Números 14:10 ) . Esta presencia se asocia a menudo con la luz o el resplandor.

Las Escrituras nos informan que Jesús es la luz que vino a este mundo para revelar la gloria de Dios Heb. 1:3 ; Juan 1:6-9 , 14-18 ; 2 Cor. 4:6 ) . Piense, por ejemplo, en cómo apareció Jesús en la transfiguración. “Y se transfiguró delante de ellos. Su rostro resplandeció como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la luz” Mateo 17:2, NVI ) .

Así como el sol no puede ser percibido sino por el resplandor de su luz, Dios es conocido a través de Jesús. Desde nuestra perspectiva, los dos son uno. Debido a que la gloria de Dios es la luz misma, no hay diferencia, en el ser y el carácter reales, entre Dios y Jesús, así como no hay diferencia entre la luz y su resplandor.

Hebreos también dice que Jesús es la “representación exacta” de la sustancia del Padre Heb. 1:3, NASB ) . El punto de la metáfora es que hay una perfecta correspondencia en el ser —o esencia— entre el Padre y el Hijo. Nótese que los seres humanos portan la imagen de Dios pero no Su esencia Gén. 1:26 ) . El Hijo, sin embargo, comparte la misma esencia con el Padre. Con razón Jesús dijo: “El que me ha visto a mí, ha visto al Padre” Juan 14:9, NVI ) .

¿Por qué es una gran noticia que Jesús nos revele el carácter y la gloria del Padre? ¿Qué nos dice Jesús acerca de cómo es el Padre?


Comentarios Elena G.W

El Señor Jesucristo, el divino Hijo de Dios, existió desde la eternidad como una persona distinta, y sin embargo era uno con el Padre. Era la excelsa gloria del cielo. Era el Comandante de las inteligencias celestiales, y el homenaje de adoración de los ángeles era recibido por él con todo derecho. Esto no era robar a Dios. Declara: “Jehová me poseía en el principio, ya de antiguo, antes de sus obras. Eternamente tuve el principado, desde el principio, antes de la tierra. Antes de los abismos fui engendrada; antes que fuesen las fuentes de las muchas aguas. Antes que los montes fuesen formados, antes de los collados, ya había sido yo engendrada; no había aún hecho la tierra, ni los campos, ni el principio del polvo del mundo. Cuando formaba los cielos, allí estaba yo; cuando trazaba el círculo sobre la faz del abismo”. Proverbios 8:22-27

Hay luz y gloria en la verdad de que Cristo fue uno con el Padre antes de que se estableciera el fundamento del mundo. Esta es la luz que brilla en un lugar oscuro haciéndolo resplandecer con gloria divina y original. Esta verdad, infinitamente misteriosa en sí misma, explica otras verdades misteriosas que de otra manera serían inexplicables, al paso que está encerrada como algo sagrado en luz, inaccesible e incomprensible (Mensajes selectos, t. 1, p. 291).

El Salvador comparó las bendiciones del amor redentor con una preciosa perla. Ilustró su lección con la parábola del comerciante que busca buenas perlas, “que hallando una preciosa perla, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró”. Cristo mismo es la perla de gran precio. En él se reúne toda la gloria del Padre, la plenitud de la Divinidad. Es el resplandor de la gloria del Padre, y la misma imagen de su persona. La gloria de los atributos de Dios se expresa en su carácter. Cada página de las Santas Escrituras brilla con su luz. La justicia de Cristo, cual pura y blanca perla, no tiene defecto ni mancha. Ninguna obra humana puede mejorar el grande y precioso don de Dios. Es perfecto. En Cristo “están escondidos todos los tesoros de sabiduría y conocimiento” ”(Colosenses 2:3. Él “nos ha sido hecho por Dios sabiduría, y justificación, y santificación, y redención (1 Corintios, 1:30)Todo lo que puede satisfacer las necesidades y los anhelos del alma humana, para este mundo y para el mundo venidero, se halla en Cristo. Nuestro Redentor es una perla tan preciosa que en comparación con ella todas las demás cosas pueden reputarse como pérdida (Palabras de vida del gran Maestro, p. 87).

miércoles12 de enero

Por quien hizo el universo

Hebreos afirma que Dios creó el mundo “a través” o “por” Jesús y que Jesús sostiene al mundo con Su poderosa palabra.

Lea Isaías 44:24 , Isaías 45:18 y Nehemías 9:6 . Porque en el Antiguo Testamento el Señor afirmó que Él creó el mundo “solo” y que Él es el “único Dios”, ¿cómo podemos conciliar esta afirmación con las afirmaciones en el Nuevo Testamento de que Dios creó el universo “a través” de Jesús Heb. 1:2 , 3 ) ?

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  Algunos piensan que Jesús fue simplemente el instrumento a través del cual Dios creó. Esto no es posible. Primero, para Pablo, Jesús es el Señor que creó el mundo; Él no era un ayudante. Hebreos 1:10 dice que Jesús es el Señor que creó la tierra y los cielos, y Pablo también le aplica lo que dice el Salmo 102:25-27 acerca del Señor (Yahweh) como Creador. Segundo, Hebreos 2:10 dice que el universo fue creado “por” o “a través” del Padre. (Exactamente las mismas expresiones que se aplican a Jesús en Hebreos 1:2 ). El Padre creó y Jesús creó Heb. 1:2 , 10 ; Heb. 2:10 ).Hay un acuerdo perfecto entre Padre e Hijo en propósito y actividad. Esto es parte del misterio de la Trinidad. Jesús creó y Dios creó, pero solo hay un Creador, Dios, lo que implica que Jesús es Dios.

Mientras tanto, Hebreos 4:13 muestra que Jesús también es Juez. Su autoridad para gobernar y juzgar se deriva del hecho de que Dios creó todas las cosas y sostiene el universo Isaías 44:24-28 ) .

Hebreos 1:3 y Colosenses 1:17 afirman que Jesús también sostiene el universo. Esta acción de sostén probablemente incluye la idea de orientación o gobierno. La palabra griega pheron (sustentar, transportar) se usa para describir el viento que impulsa una barca Hechos 27:15 , 17 ) o Dios guiando a los profetas 2 Pedro 1:21 ) . Por lo tanto, en un sentido real, Jesús no solo nos creó sino que también nos sostiene. Cada respiro, cada latido del corazón, cada momento de nuestra existencia se encuentra en Él, Jesús, el fundamento de toda la existencia creada.

Busque Hechos 17:28 . ¿Qué nos dice acerca de Jesús y su poder? Luego piense en las implicaciones de que este mismo Jesús muera en la cruz por nuestros pecados. ¿Qué nos enseña esta verdad acerca del carácter abnegado de nuestro Señor?


Comentarios Elena G.W

[A]l paso que la Palabra de Dios habla de la humanidad de Cristo cuando estuvo en esta tierra, también habla decididamente de su preexistencia. El Verbo existía como un ser divino, como el eterno Hijo de Dios, en unión y unidad con su Padre. Desde la eternidad era el Mediador del pacto, Aquel en quien todas las naciones de la tierra, tanto judíos como gentiles, habían de ser benditas si lo aceptaban. “El Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios”. Juan 1:1. Antes de que fueran creados los hombres o los ángeles, el Verbo era con Dios y el Verbo era Dios.

El mundo fue hecho por él, “y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho”. Juan 1:3. Si Cristo hizo todas las cosas, existió antes de todas las cosas. Las palabras pronunciadas acerca de esto son tan decisivas, que nadie debe quedar en la duda. Cristo era esencialmente Dios y en el sentido más elevado. Era con Dios desde toda la eternidad, Dios sobre todo, bendito para siempre (Mensajes selectos, t. 1, p. 290).

La divinidad y la humanidad se reunieron en Cristo: el Creador y la criatura. La naturaleza de Dios, cuya ley había sido transgredida, y la de Adán, el transgresor, se conjugaron en Jesús: el Hijo de Dios e Hijo del Hombre. Después de pagar el precio de la redención con su propia sangre, después de pasar por la experiencia humana, habiéndose enfrentado con la tentación y habiéndola vencido en beneficio del hombre, y después de haber sufrido la vergüenza y la culpabilidad y la carga del pecado —a pesar de que él nunca cometió pecado alguno—, llegó a ser el Abogado y el Intercesor de los seres humanos. ¡Qué seguridad es esta para el alma tentada y esforzada! ¡Qué seguridad para el universo que observa, saber que Cristo será un Sumo Sacerdote fiel y misericordioso! (Exaltad a Jesús, p. 339).

El mecanismo del cuerpo humano no puede ser comprendido por completo; presenta misterios que confunden a los más inteligentes. No es por efecto de un mecanismo que, una vez puesto en movimiento, prosigue su acción, como late el pulso y una respiración sigue a la otra. En Dios vivimos, nos movemos y somos. El corazón que palpita, el pulso que late, cada nervio y músculo del organismo vivo se mantienen en orden y actividad por el poder de un Dios siempre presente.

La Biblia nos muestra a Dios en su alto y santo puesto, no en estado de inacción, no en el silencio y la soledad, sino rodeado de millares de millares y millones de millones de seres santos, siempre a la espera de sus órdenes. Por medio de estos mensajeros permanece Dios en comunicación activa con todas las partes de su dominio. Por medio de su Espíritu está presente en todas partes. Mediante su Espíritu y sus ángeles atiende y cuida a los hijos de los hombres.

Por encima de las confusiones de la tierra Dios está en su trono; todas las cosas están abiertas a su divina mirada; y desde su grande y serena eternidad ordena lo que su providencia considera major (El ministerio de curación, pp. 324, 325).

jueves13 de enero

Yo te he engendrado hoy

Hebreos 1:5 informa las siguientes palabras del Padre a Jesús: “Mi Hijo eres tú, yo te he engendrado hoy” . ¿Qué significa que Jesús fue “engendrado”, y cuándo sucedió esto? ¿No muestra esto que Jesús fue creado de alguna manera por Dios en algún momento del pasado, como muchos creen?

Lea Hebreos 1:5 ; 2 Samuel 7:12-14 ; Salmo 2:7 ; Lucas 1:31 , 32 . ¿Qué promesa a David aplicó Pablo en Hebreos a Jesús?

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  Jesús fue engendrado en el sentido de que fue instalado o “adoptado” por Dios como el gobernante prometido , el hijo de David. El concepto de la adopción divina del gobernante era común en el mundo grecorromano y en el este. Le dio al gobernante legitimidad y poder sobre la tierra.

Sin embargo, Dios le prometió a David que su Hijo sería el verdadero gobernante legítimo de las naciones. Él “adoptaría” al hijo de David como Su propio Hijo. A través de este proceso, el Rey Davídico se convertiría en el protegido de Dios y Su heredero. El pacto se cumple en Jesús como Hijo de David. Dios derrotaría a Sus enemigos y le daría las naciones como Su herencia Sal. 89:27 ; Sal. 2:7 , 8 ) .

Como podemos leer en Romanos 1:3 , 4 y Hechos 13:32 , 33 , Jesús fue revelado públicamente como el Hijo de Dios. El bautismo y la transfiguración de Jesús fueron momentos en los que Dios identificó y anunció a Jesús como Su Hijo Mateo 3:17 , Mateo 17:5 ) .

Sin embargo, según el Nuevo Testamento, Jesús se convirtió en el “Hijo de Dios con poder” cuando resucitó y se sentó a la diestra de Dios. Fue en ese momento que Dios cumplió Su promesa a David de que su hijo sería adoptado como Hijo de Dios y Su trono sobre las naciones sería establecido para siempre 2 Sam. 7:12-14 ) .

Así, César (símbolo de Roma) no era el legítimo “hijo de dios”, gobernante de las naciones. En cambio, Jesucristo lo fue. El “engendramiento” de Jesús se refiere al comienzo del gobierno de Jesús sobre las naciones, y no al comienzo de Su existencia, porque Jesús siempre había existido. Nunca hubo un tiempo en que Jesús no existió, porque Él es Dios.

De hecho, Hebreos 7:3 dice que Jesús no tiene “principio de días ni fin de vida” (cf. Hebreos 13:8 ) porque Él es eterno. Por lo tanto, la idea de Jesús como el “hijo unigénito” de Dios no se relaciona con la naturaleza de Cristo como deidad, sino con su papel en el plan de salvación. A través de la encarnación, Cristo cumplió todas las promesas del pacto.

Comentarios Elena G.W

Cuando Cristo se arrodilló en las riberas del Jordán después de su bautismo, los cielos se abrieron, y el Espíritu descendió en forma de paloma, y como oro bruñido lo circundó con su gloria; y se oyó la voz de Dios que decía desde el cielo: “Este es mi hijo amado, en el cual tengo contentamiento”. Mateo 3:17. La oración de Cristo en favor del hombre abrió los portales del cielo, y el Padre respondió, aceptando la petición elevada en beneficio de la raza caída. Jesús oró como sustituto y garantía nuestros, y ahora la raza humana tiene acceso al Padre por los méritos de su amado Hijo…

Las palabras dichas a Jesús a orillas del Jordán… Abarcan a toda la humanidad. Dios habló a Jesús como a nuestro representante. No obstante todos nuestros pecados y debilidades, no somos desechados como inútiles… La gloria que descansó sobre Jesús es una prenda del amor de Dios hacia nosotros. Nos habla del poder de la oración, de cómo la voz humana puede llegar al oído de Dios, y ser aceptadas nuestras peticiones en los atrios celestiales… La luz que cayó por los portales abiertos sobre la cabeza de nuestro Salvador, caerá sobre nosotros mientras oremos para pedir ayuda con que resistir la tentación. La voz que habló a Jesús dice a toda alma creyente: “Este es mi Hijo amado, en el cual tengo contentamiento”… Nuestro Redentor ha abierto el camino para que el más pecaminoso, el más necesitado, pueda hallar acceso al Padre (God’s Amazing Grace, p. 83; La maravillosa gracia de Dios, p. 83).

Dios adoptó la naturaleza humana en la persona de su Hijo, y la llevó al más alto cielo. Es “el Hijo del hombre” quien comparte el trono del universo. Es “el Hijo del hombre” cuyo nombre será llamado: “Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz”. Isaías 9:6. El YO SOY es el Mediador entre Dios y la humanidad, que pone su mano sobre ambos. El que es “santo, inocente, limpio, apartado de los pecadores”, no se avergüenza de llamarnos hermanos. Hebreos 7:26, 2:11. En Cristo, la familia de la tierra y la familia del cielo están ligadas. Cristo glorificado es nuestro hermano. El cielo está incorporado en la humanidad, y la humanidad, envuelta en el seno del Amor Infinito (El Deseado de todas las gentes, p. 17).

El Hijo de Dios murió por los que no buscaban su amor. Sufrió por nosotros todo aquello con que lo acosó Satanás.

El sacrificio del Salvador por nosotros es maravilloso, casi demasiado maravilloso para que lo comprenda el hombre… Cuando comprendemos que el sufrimiento de Cristo fue necesario a fin de conseguir nuestro bienestar eterno, nuestros corazones son conmovidos y subyugados. Él se dio en fianza a sí mismo para realizar nuestra salvación plena en una forma satisfactoria para las demandas de la justicia de Dios, y de acuerdo con la excelsa santidad de su ley.

Nadie menos santo que el Unigénito del Padre podría haber ofrecido un sacrificio que fuera eficaz para limpiar a todos los que acepten al Salvador como a su expiación —aun a los más pecadores y degradados— y se hagan obedientes a la ley del Cielo. Nada menos que eso podía haber restaurado al hombre al favor de Dios (Mensajes selectos, t. 1, p. 363).

viernes14 de enero

REFLEXIÓN ADICIONAL : La venida de Jesús a esta tierra como el Hijo de Dios cumplió varias funciones al mismo tiempo. En primer lugar, como Divino Hijo de Dios, Jesús vino a revelarnos al Padre. A través de Sus acciones y palabras, Jesús nos mostró cómo es realmente el Padre y por qué podemos confiar en Él y obedecerle.

Jesús también vino como el Hijo prometido de David, Abraham y Adán, a través de los cuales Dios había prometido que vencería al enemigo y gobernaría el mundo. Así, Jesús vino a tomar el lugar de Adán a la cabeza de la humanidad y cumplir el propósito original que Dios tenía para ellos Gén. 1:26-28 , Sal. 8:3-8 ) . Jesús vino para ser el gobernante justo que Dios siempre quiso que este mundo tuviera.

“La palabra que se dijo a Jesús en el Jordán: 'Este es mi Hijo amado, en quien tengo complacencia', abarca a la humanidad. Dios habló a Jesús como nuestro representante. Con todos nuestros pecados y debilidades, no somos desechados como inútiles. 'Él nos ha hecho aceptos en el Amado'. Efesios 1:6 . La gloria que descansó sobre Cristo es prenda del amor de Dios por nosotros. … La luz que cayó de los portales abiertos sobre la cabeza de nuestro Salvador caerá sobre nosotros mientras oramos pidiendo ayuda para resistir la tentación. La voz que habló a Jesús le dice a cada alma creyente: Este es mi hijo amado, en quien tengo complacencia” — Elena G. de White, El Deseado de Todas las Gentes , p. 113 .

Preguntas de discusión:

  1. Hemos aprendido que una mejor comprensión de las palabras y acciones de Jesús nos ayuda a comprender mejor a Dios, el Padre. ¿De qué maneras prácticas una mejor comprensión de Jesús debería enriquecer su relación con Dios, el Padre?
  2. Aprendimos que la forma en que Dios habló y trató a Jesús es la forma en que Él quiere hablarnos y tratarnos. ¿Qué debería decirnos eso acerca de cómo debemos tratar a los demás?
  3. Medita en la importancia de la deidad eterna de Cristo. ¿Qué se pierde si creemos que Jesús fue de alguna manera, de alguna manera, un ser creado, como nosotros, pero que fue a la cruz? Contrasta ese pensamiento con la realidad de que Cristo era el Dios eterno, y Él mismo fue a la cruz. ¿Cuál es la gran diferencia entre las dos ideas?
  4. En clase, hable acerca de dar gloria a Dios. Lea Apocalipsis 14:7 . ¿De qué manera el dar gloria a Dios es parte de la verdad presente y de los mensajes de los tres ángeles?

Comentarios Elena G.W

En los lugares celestiales, 7 de febrero, “Rompiendo el poder de la muerte”, p. 46;

La fe por la cual vivo, 3 de febrero, “Un Dios personal”, p. 42.

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