LECCIÓN 9: CONTROVERSIAS EN JERUSALÉN

Lección 09 
24 de agosto - 30 de agosto

Controversias sobre Jerusalén

Imagen del título semanal

Tarde de Sábado

Leer para el estudio de esta semana:

Marcos 11:1-33 ; 1 Reyes 1:32-48 ; Zacarías 9:9-10 ; Isaías 56:7 ; Jeremías 7:11 ; Marcos 12:1-34 .

Texto de memoria:

“Y cuando estéis orando, perdonad, si tenéis algo contra alguno, para que también vuestro Padre que está en los cielos os perdone a vosotros vuestras ofensas” ( Marcos 11:25 ).

En Marcos 2:1-28 y 3 se registra una serie de cinco controversias entre Jesús y los líderes religiosos (ver lección 3). En la lección de esta semana, cuando Jesús llega a Jerusalén, tiene una serie de seis controversias con los líderes religiosos. Los dos grupos de controversias son como los dos extremos de su ministerio terrenal. Cada grupo trata de cuestiones importantes de la vida cristiana. Las instrucciones de Jesús, incluso en estas situaciones polémicas, ayudan a guiar a los creyentes tanto en cuestiones fundamentales de la fe como en cuestiones prácticas de la experiencia cotidiana.

Los líderes religiosos vienen a confrontar, confundir y derrotar a Jesús, pero nunca lo logran. Parte de la lección de esta semana incluirá analizar qué es lo que lleva a las personas a oponerse a Dios y considerar qué pueden hacer los cristianos para superar los prejuicios y hablar al corazón de quienes se resisten al llamado del Espíritu.

En Marcos 11:1-33 , el ministerio de Jesús se desarrollará en Jerusalén para la Pascua (de marzo a abril). Marcos 11:1-16:20 abarca poco más de una semana; el tiempo narrativo se ha ralentizado notablemente. Los primeros 10 capítulos abarcan aproximadamente tres años y medio. Esta ralentización señala la importancia de estas escenas finales.

*Estudie la lección de esta semana para prepararse para el sábado 31 de agosto.


Comentarios Elena G.W

El tiempo de la Pascua se estaba acercando, y de nuevo Jesús se dirigió hacia Jerusalén. Su corazón tenía la paz de la perfecta unidad con la voluntad del Padre, y con paso ansioso avanzaba hacia el lugar del sacrificio. Pero un sentimiento de misterio, de duda y temor, sobrecogía a los discípulos. El Salvador “iba delante de ellos, y se espantaban, y le seguían con miedo”.

Otra vez Jesús llamó a sí a los doce, y con mayor claridad que nunca les explicó su entrega y sufrimientos. “He aquí —dijo él— subimos a Jerusalén, y serán cumplidas todas las cosas que fueron escritas por los profetas, del Hijo del hombre. Porque será entregado a las gentes, y será escarnecido, e injuriado y escupido. Y después que le hubieren azotado, le matarán: mas al tercer día resucitará. Pero ellos nada de estas cosas entendían, y esta palabra les era encubierta, y no entendían lo que se decía” (El Deseado de todas las gentes, p. 501).

Jesús no suprimía una palabra de la verdad, pero siempre la expresaba con amor. En su trato con la gente hablaba con el mayor tacto, cuidado y misericordiosa atención. Nunca fue áspero ni pronunció innecesariamente una palabra severa, ni ocasionó a un alma sensible una pena inútil. No censuraba la debilidad humana. Decía la verdad, pero siempre con amor. Denunciaba la hipocresía, la incredulidad y la iniquidad; pero las lágrimas velaban su voz cuando profería sus penetrantes reprensiones. Lloró sobre Jerusalén, la ciudad amada, que rehusó recibirle, a él, que era el Camino, la Verdad y la Vida. Sus habitantes habían rechazado al Salvador, mas él los consideraba con piadosa ternura. Fue la suya una vida de abnegación y preocupación por los demás. Toda alma era preciosa a sus ojos. A la vez que se condujo siempre con dignidad divina, se inclinaba con la más tierna consideración sobre cada uno de los miembros de la familia de Dios. En todos los hombres veía almas caídas a quienes era su misión salvar.

Tal fue el carácter que Cristo reveló en su vida. Tal es el carácter de Dios. Del corazón del Padre es de donde manan para todos los hijos de los hombres los ríos de la compasión divina, demostrada por Cristo. Jesús, el tierno y piadoso Salvador, era Dios “manifestado en la carne”. 1 Timoteo 3:16 (El camino a Cristo, p. 12).

Durante su ministerio, persiguiéronle siempre hombres astutos e hipócritas que procuraban su muerte. Seguíanle espías que acechaban sus palabras, para encontrar algo contra él. Los intelectos más sutiles e ilustrados de la nación procuraban derrotarle en controversias. Pero nunca pudieron aventajarle. Tuvieron que dejar la lid, confundidos y avergonzados por el humilde Maestro de Galilea. La enseñanza de Cristo tenía una lozanía y un poder como nunca hasta entonces conocieron los hombres. Hasta sus mismos enemigos hubieron de confesar: “Nunca ha hablado hombre así como este hombre”. Juan 7:46 (El ministerio de curación, pp. 33, 34).
Domingo
25 de agosto

La entrada triunfal

Lee Marcos 11:1-11 y Zacarías 9:9-10 . ¿Qué está pasando aquí?
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La mitad de esta historia trata de Jesús enviando a dos discípulos a un pueblo cercano para que le trajeran un burro para montarlo en él y entrar en Jerusalén. ¿Por qué se dedica tanto tiempo a este relato?

La respuesta es doble. En primer lugar, demuestra los poderes proféticos de Jesús, realzando la dignidad de su llegada y vinculándola a la voluntad de Dios. En segundo lugar, este aspecto de la historia se vincula con Zacarías 9:9-10 , que habla del rey entrando en Jerusalén montado en un burro. Es una reminiscencia de la entrada de Salomón en Jerusalén montado en un burro ( 1 Reyes 1:32-48 ), cuando Adonías intentó usurpar el trono y David ordenó que Salomón fuera coronado inmediatamente.

“Quinientos años antes del nacimiento de Cristo, el profeta Zacarías predijo así la venida del Rey a Israel. Esta profecía está por cumplirse ahora. El que por tanto tiempo ha rechazado los honores reales ahora viene a Jerusalén como el heredero prometido al trono de David.”—Elena G. de White, El Deseado de todas las gentes , pág. 569.

Jerusalén está situada en una región montañosa a una altitud de unos 740 metros. En los días de Jesús, su población rondaba los 40.000-50.000 habitantes, pero esta cifra aumentaba en la Pascua. La ciudad sólo ocupaba unas 250 hectáreas, pero el monte del templo ocupaba unas 37 de ellas. El hermoso complejo del templo dominaba la ciudad.

Jesús entró por el este, descendiendo del Monte de los Olivos y probablemente entrando por la Puerta Dorada hacia el Monte del Templo (una puerta que ahora está cerrada con ladrillos). La ciudad entera se conmovió con su entrada, y todos reconocieron el significado de su acción simbólica. La multitud que acompañaba a Jesús gritó “hosanna”, un término que originalmente significaba “salva ahora”, pero que con el tiempo llegó a significar “alabanza a Dios”.

El tiempo de secreto, en el que Jesús había insistido durante la mayor parte del relato de Marcos, ha pasado. Ahora Jesús entra abiertamente en Jerusalén utilizando un gesto simbólico real bien conocido. Entra en el templo, pero como ya es tarde, simplemente mira a su alrededor y luego se retira con los doce discípulos a Betania. Lo que podría haberse convertido en un motín o una revuelta termina con Él retirándose en silencio. Pero el día siguiente será diferente.

La idea de montar en el burro evoca la idea de humildad. ¿Por qué es un rasgo tan importante, especialmente para los cristianos? ¿De qué podemos enorgullecernos a la luz de la Cruz?
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Comentarios Elena G.W

Fue en el primer día de la semana cuando Cristo hizo su entrada triunfal en Jerusalén. Las multitudes que se habían congregado para verle en Betania le acompañaban ansiosas de presenciar su recepción. Mucha gente que iba en camino a la ciudad para observar la Pascua se unió a la multitud que acompañaba a Jesús. Toda la naturaleza parecía regocijarse. Los árboles estaban vestidos de verdor y sus flores comunicaban delicada fragancia al aire. Nueva vida y gozo animaban al pueblo. La esperanza del nuevo reino estaba resurgiendo.

Como quería entrar cabalgando en Jerusalén, Jesús había enviado a dos de sus discípulos para que le trajesen una asna y su pollino… Jesús escogió para su uso un pollino sobre el cual nunca se había sentado nadie. Con alegre entusiasmo, los discípulos extendieron sus vestidos sobre la bestia y sentaron encima a su Maestro. En ocasiones anteriores, Jesús había viajado siempre a pie, y los discípulos se extrañaban al principio de que decidiese ahora ir cabalgando. Pero la esperanza nació en sus corazones al pensar gozosos que estaba por entrar en la capital para proclamarse rey y hacer valer su autoridad real. Mientras cumplían su diligencia, comunicaron sus brillantes esperanzas a los amigos de Jesús y, despertando hasta lo sumo la expectativa del pueblo, la excitación se extendió lejos y cerca (El Deseado de todas las gentes, pp. 523, 524).

Cristo seguía la costumbre de los judíos en cuanto a una entrada real. El animal en el cual cabalgaba era el que montaban los reyes de Israel, y la profecía había predicho que así vendría el Mesías a su reino. No bien se hubo sentado sobre el pollino cuando una algazara de triunfo hendió el aire. La multitud le aclamó como Mesías, como su Rey. Jesús aceptaba ahora el homenaje que nunca antes había permitido que se le rindiera, y los discípulos recibieron esto como una prueba de que se realizarían sus gozosas esperanzas y le verían establecerse en el trono. La multitud estaba convencida de que la hora de su emancipación estaba cerca. En su imaginación, veía a los ejércitos romanos expulsados de Jerusalén, y a Israel convertido una vez más en nación independiente. Todos estaban felices y alborozados; competían unos con otros por rendirle homenaje… Eran incapaces de presentarle dones costosos, pero extendían sus mantos como alfombra en su camino… No podían encabezar la procesión triunfal con estandartes reales, pero esparcían palmas, emblema natural de victoria, y las agitaban en alto con sonoras aclamaciones y hosannas (El Deseado de todas las gentes, p. 524).

El universo entero se maravilló al ver que Cristo debía humillarse a sí mismo para salvar al hombre caído. El hecho de que Aquel que había pasado de una estrella a otra, de un mundo a otro, dirigiéndolo todo, satisfaciendo, mediante su providencia, las necesidades de todo orden de seres de su enorme creación, consintiese en dejar su gloria para tomar sobre sí la naturaleza humana, era un misterio que todas las inmaculadas inteligencias de los otros mundos deseaban entender (Historia de los patriarcas y profetas, p. 56).
Lunes
26 de agosto

Un árbol maldito y un templo purificado

Lee Marcos 11:12-26 . ¿Cuál es el significado de los acontecimientos que se describen aquí?
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Por la mañana, viniendo de Betania, a sólo dos millas (un poco más de tres kilómetros) de Jerusalén, Jesús tenía hambre. Al ver una higuera con hojas, se acercó a ella para buscar quizás algún fruto temprano. Esta acción no se consideraría un robo, ya que según la ley del Antiguo Testamento, uno podía comer alimentos del campo o huerto de un vecino para calmar el hambre ( Levítico 19:9 ; Levítico 23:22 ; Deuteronomio 23:25 ). Pero no encontró fruto y le dijo al árbol: “Nunca jamás coma nadie fruto de ti” ( Marcos 11:14 ). Fue una acción muy extraña y atípica para Jesús, pero lo que sigue a continuación resulta aún más sorprendente.

Lo que sucede a continuación probablemente ocurre en el Atrio de los Gentiles, donde se vendían los sacrificios (recientemente iniciados por Caifás). Jesús echa a los vendedores del atrio para que pueda volver el culto tranquilo. Su acción es una afrenta directa a los encargados del sistema del templo.

Jesús vincula dos pasajes del Antiguo Testamento como una dura reprimenda al tráfico impío. Insiste en que el templo debe ser una casa de oración para todas las personas ( Isaías 56:7 ), incluidos enfáticamente los gentiles. Luego dice que los líderes han hecho del templo una cueva de ladrones ( Jeremías 7:11 ). Luego, al final de este día asombroso, Jesús sale de la ciudad con sus discípulos ( Marcos 11:19 ).

A la mañana siguiente, al volver a la ciudad (cf. Mc 11,20-26 ), los discípulos se quedan atónitos al ver que la higuera se ha secado desde las raíces. Jesús da una lección sobre la oración y el perdón al explicar lo sucedido. ¿Qué significa todo esto?

Estas dos historias forman la cuarta historia de sándwich en Marcos (ver lección 3). En tales historias, la ironía dramatizada ocurre con personajes paralelos que realizan acciones opuestas o personajes opuestos que realizan acciones paralelas. En esta historia, la higuera y el templo están en paralelo. Jesús maldice el árbol pero limpia el templo, acciones opuestas. Pero la ironía es que los líderes religiosos ahora conspirarán para matar a Jesús, y esa acción significará el fin de la importancia de los servicios del templo, que se cumplieron en Jesús.

¿Qué cosas de tu vida necesitas que Jesús limpie? ¿Cómo lo hace?
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Comentarios Elena G.W

Al final de su misión, [Cristo] vino de nuevo al templo y lo halló tan profanado como antes… Los mismos dignatarios del templo se ocupaban en comprar y vender y en cambiar dinero. Estaban tan completamente dominados por su afán de lucrar, que a la vista de Dios no eran mejores que los ladrones…

De nuevo la mirada penetrante de Jesús recorrió los profanados atrios del templo. Todos los ojos se fijaron en él. Los sacerdotes y gobernantes, los fariseos y gentiles, miraron con asombro y temor reverente al que estaba delante de ellos con la majestad del Rey del Cielo… Cristo habló con un poder que influyó en el pueblo como una poderosa tempestad: “Escrito está: Mi casa, casa de oración será llamada, mas vosotros cueva de ladrones la habéis hecho”…

No había nadie que osara discutir su autoridad. Los sacerdotes y traficantes huyeron de su presencia arreando su ganado (El Deseado de todas las gentes, pp. 540-542).

Es natural en la higuera que aparezcan los frutos antes que se abran las hojas. Por lo tanto, este árbol cubierto de hojas prometía frutos bien desarrollados. Pero su apariencia era engañosa. Al revisar sus ramas, desde la más baja hasta la más alta, Jesús no “halló sino hojas”. No era sino engañoso follaje, nada más.

Cristo pronunció una maldición agostadora… A la mañana siguiente, mientras el Salvador y sus discípulos volvían otra vez a la ciudad, las ramas agostadas y las hojas marchitas llamaron su atención. “Maestro —dijo Pedro— he aquí la higuera que maldijiste, se ha secado”.

El acto de Cristo, al maldecir la higuera, había asombrado a los discípulos. Les pareció muy diferente de su proceder y sus obras. Con frecuencia le habían oído declarar que no había venido para condenar al mundo, sino para que el mundo pudiese ser salvo por él. Recordaban sus palabras: “El Hijo del hombre no ha venido para perder las almas de los hombres, sino para salvarlas”. Lucas 9:56. Había realizado sus obras maravillosas para restaurar, nunca para destruir. Los discípulos le habían conocido solamente como el Restaurador, el Sanador. Este acto era único. ¿Cuál era su propósito? se preguntaban (El Deseado de todas las gentes, pp. 534-535).

La razón por la cual nuestro pueblo ha perdido facultades es que profesa la verdad pero no la práctica. Tiene poca fe y confianza en Dios… Si la mente estuviera puesta en Dios y la verdad ejerciera una influencia santificadora sobre el corazón, el yo se escondería en Cristo… [Muchos tenéis] la teoría de la verdad, pero no sentís su poder en el alma. La higuera estéril extendía sus pretenciosas ramas ante el cielo; pero cuando el Redentor buscó el fruto, he aquí no había nada más que hojas. A menos que se opere una profunda obra en vosotros, como individuos y como iglesia, la maldición de Dios caerá ciertamente sobre vosotros como cayó sobre el árbol sin fruto (Testimonios para la iglesia, t. 4, p. 607).
Martes
27 de agosto

¿Quién dijo que podías hacer eso?

Lee Marcos 11:27-33 . ¿Qué desafío le plantearon los líderes religiosos a Jesús y cómo respondió Él?
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Al día siguiente de que Jesús purificara el templo, los líderes religiosos lo confrontaron en el atrio del templo y le preguntaron con qué autoridad había actuado el día anterior. No buscaban la verdad, sino tenderle una trampa. Si Él decía que su autoridad provenía de Dios, negarían que un simple carpintero de pueblo pudiera tener tal autoridad. Si admitía que su autoridad era humana, lo descartarían como un tonto.

Pero Jesús ve a través de la trampa y dice que responderá a su pregunta si responden a una pregunta que Él les hace. Lo que Él pregunta es si el bautismo de Juan el Bautista era de Dios o de los hombres. Al instante, los líderes ven que ellos son los que están atrapados. Si dicen que de Dios, Jesús les dirá: "¿Por qué no le creísteis?". Si dicen que de los hombres, temen a la gente. Así que mienten y dicen que no saben. Esto le da a Jesús la oportunidad de negarse a responder a su pregunta.

Lee Marcos 12:1-12 . ¿Cómo respondió Jesús a su negativa a responder, y qué efecto tuvo?
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Jesús cuenta una parábola sobre una viña, un propietario y unos labradores a quienes se la alquila. La historia que cuenta Jesús tiene grandes similitudes con la parábola de la viña que se encuentra en Isaías 5:1-30 , donde Dios presenta una acusación contra el infiel Israel. Todo el mundo reconocería el paralelo, especialmente los líderes religiosos.

La historia se desarrolla de una manera muy inusual, ya que los labradores se niegan a dar ninguno de los frutos del campo al dueño. En lugar de eso, maltratan y matan a sus sirvientes. Finalmente, el dueño envía a su amado hijo, a quien espera que respeten. Pero no es así. Extrañamente, razonan que si matan al hijo, la viña será suya. Su falta de lógica es sorprendente y el juicio que se les impondrá está justificado.

En esta historia, Jesús da a los líderes religiosos una advertencia solemne sobre el rumbo que están tomando sus pasos. Vista desde esta perspectiva, su parábola es una advertencia amorosa. No es demasiado tarde para que cambien y eviten un juicio seguro. Algunos se arrepentirán, cambiarán y aceptarán a Jesús. Otros no lo harán.

Comentarios Elena G.W

Los sacerdotes vieron que estaban en un dilema del cual ningún sofisma los podía sacar… Si los sacerdotes creían el testimonio de Juan, ¿cómo podían negar que Cristo fuese el Mesías? Si declaraban su verdadera creencia, que el ministerio de Juan era de los hombres, iban a provocar una tormenta de indignación, porque el pueblo creía que Juan era profeta.

La multitud esperaba la decisión con intenso interés. Sabían que los sacerdotes habían profesado aceptar el ministerio de Juan, y esperaban que reconocieran sin reservas que era enviado de Dios. Pero después de consultarse secretamente, los sacerdotes decidieron no comprometerse. Simulando ignorancia, dijeron hipócritamente: “No sabemos”. “Ni yo os digo con qué autoridad hago esto”, dijo Jesús (El Deseado de todas las gentes, p. 544).

Desconcertados y chasqueados, [los escribas, sacerdotes y gobernantes] permanecieron cabizbajos, sin atreverse a dirigir más preguntas a Jesús. Por su cobardía e indecisión habían perdido en gran medida el respeto del pueblo, que observaba y se divertía al ver derrotados a esos hombres orgullosos y henchidos de justicia propia…

Muchos de los que habían aguardado ansiosamente el resultado de las preguntas de Jesús, serían finalmente sus discípulos, atraídos a él por sus palabras de aquel día lleno de acontecimientos. Nunca se desvanecería de sus mentes la escena ocurrida en el atrio del templo. El contraste entre Jesús y el sumo sacerdote mientras hablaron juntos era notable. El orgulloso dignatario del templo estaba vestido con ricas y costosas vestimentas… Ante este augusto personaje estaba la Majestad del cielo, sin adornos ni ostentación. En sus vestiduras había manchas del viaje; su rostro estaba pálido y expresaba una paciente tristeza; pero se notaban allí una dignidad y benevolencia que contrastaban extrañamente con el orgullo, la confianza propia y el semblante airado del sumo sacerdote. Muchos de los que oyeron las palabras y vieron los hechos de Jesús en el templo, le tuvieron desde entonces por profeta de Dios (El Deseado de todas las gentes, pp. 544, 545).

[En la parábola,] el señor de la viña había hecho todo lo necesario para su prosperidad. “¿Qué más se había de hacer a mi viña, que yo no haya hecho en ella?” Isaías 5:4… Pero como los labradores habían matado a los siervos que el señor les envió en busca de fruto, así los judíos habían dado muerte a los profetas a quienes Dios les enviara para llamarlos al arrepentimiento… [Ahora] en el amado hijo a quien el señor de la viña envió finalmente a sus desobedientes siervos, a quien ellos habían prendido y matado, los sacerdotes y gobernantes vieron un cuadro claro de Jesús y su suerte inminente. Ya estaban ellos maquinando la muerte de Aquel a quien el Padre les había enviado como último llamamiento. En la retribución infligida a los ingratos labradores, estaba pintada la sentencia de los que matarían a Cristo (El Deseado de todas las gentes, pp. 547, 548).
Miércoles
28 de agosto

Deberes terrenales y resultados celestiales

Lee Marcos 12:13-27 . ¿Qué sucede aquí y qué verdades enseña Jesús?
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Los líderes religiosos querían atrapar a Jesús en algo que pudieran usar para condenarlo, ya sea ante el gobernador romano o ante el pueblo. En esta controversia, se trataba de la cuestión del pago de impuestos. En ese tiempo y lugar, negarse a pagar impuestos podía considerarse una rebelión contra el gobierno romano, una ofensa grave.

La respuesta de Jesús de dar al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios lo evitó de caer en una trampa y también le proporcionó una profunda instrucción sobre la responsabilidad del creyente para con el gobierno. “Declaró que, puesto que vivían bajo la protección del poder romano, debían rendir a ese poder el apoyo que reclamaba, siempre que esto no entrara en conflicto con un deber superior. Pero mientras se sometieran pacíficamente a las leyes del país, en todo momento debían dar su primera lealtad a Dios”. —Elena G. de White, El Deseado de todas las gentes , pág. 602.

Lo que sigue a continuación es una pregunta sobre la resurrección de los muertos. Los saduceos eran un grupo sacerdotal que aceptaba solo los cinco libros de Moisés como Escritura. No creían en la resurrección de los muertos. El escenario que le presentaron a Jesús era probablemente hipotético. Involucraba a siete hermanos y una mujer. Según la ley de Moisés, cuando un hombre moría sin dejar hijos, su hermano se casaba con la viuda para mantener la propiedad en una línea familiar, y cualquier hijo nacido de esa unión sería legalmente del hombre muerto ( Deuteronomio 25:5-10 ).

En un intento de desacreditar la doctrina de la resurrección, los saduceos señalan un dilema moral: de quién sería la esposa de la mujer en la resurrección. Jesús contrarresta su argumento en dos pasos, haciendo referencia a las Escrituras y al poder de Dios. Primero, describe el poder de Dios en la resurrección e indica que no habrá matrimonio en el cielo. Luego defiende la doctrina de la resurrección apelando a Éxodo 3:1-22 , donde Dios indica que Él es el Dios de Abraham, Isaac y Jacob. Jesús da a entender que esto significa que resucitarán; no pueden permanecer muertos si Dios es el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, quienes, por ahora, están muertos.

Si alguien te preguntara: “¿Conoces el poder de Dios?”, ¿qué responderías y por qué?
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Comentarios Elena G.W

Las teorías y especulaciones humanas nunca conducirán a una comprensión de la Palabra de Dios. Aquellos que suponen que entienden de filosofía piensan que sus explicaciones son necesarias para abrir los tesoros del conocimiento e impedir que las herejías se introduzcan en la iglesia. Pero son estas explicaciones las que han introducido falsas teorías y herejías…

Los sacerdotes y los fariseos pensaban estar haciendo grandes cosas como maestros, colocando sus propias interpretaciones por sobre la Palabra de Dios; pero Cristo dijo de ellos: “No sabéis las Escrituras, ni la potencia de Dios”. Marcos 12:24. Los declaró culpables de enseñar “como doctrinas mandamientos de hombres”. Marcos 7:7. Aunque ellos eran los maestros de los oráculos divinos, aunque se suponía que entendían la Palabra, no eran hacedores de la misma. Satanás había cegado sus ojos, de tal manera que no viesen su verdadera importancia (Palabras de vida del gran Maestro, pp. 81, 82).

Todos los milagros que Jesús realizó fueron para bendecir a los que los dirigentes judíos abandonaban, despreciaban y no querían ayudar. Fue amado [por la gente común] porque era el Restaurador, el gran Médico. Todos sus beneficios eran luz del cielo. Mediante todas sus buenas obras trató de inducirlos a aceptarlo como su Salvador personal. Su vida era fragante, con sabor de vida para vida. Trajo la luz del sol al corazón y al hogar. Acudían a él aflijidos, y se iban alegres, con himnos de alabanza. Se ofreció a sí mismo para que ellos le dieran un hogar en sus corazones.

Pero ellos [los dirigentes judíos] no lo querían recibir. Mientras pretendían guardar la ley, la invalidaban mediante sus acciones. Aunque tenían ojos, no veían debido a la ignorancia que había en ellos por la dureza de su corazón. La impureza de sus corazones, las costumbres contaminadoras de sus vidas, su egoísmo, su envidia, sus celos, sus malas sospechas, su transgresión de la ley de Dios mientras pretendían guardarla, continuamente daban testimonio de su carácter. Al árbol se lo conoce por sus frutos. Cristo desenmascaró su verdadero carácter (Cada día con Dios, p. 273).

En ningún pasaje de las Santas Escrituras se encuentra declaración alguna de que los justos reciban su recompensa y los malos su castigo en el momento de la muerte. Los patriarcas y los profetas no dieron tal seguridad. Cristo y sus apóstoles no la mencionaron siquiera. La Biblia enseña a las claras que los muertos no van inmediatamente al cielo. Se les representa como si estuvieran durmiendo hasta el día de la resurrección. 1 Tesalonicenses 4:14; Job 14:10-12. El día mismo en que se corta el cordón de plata y se quiebra el tazón de oro (Eclesiastés 12:6), perecen los pensamientos de los hombres. Los que bajan a la tumba permanecen en el silencio. Nada saben de lo que se hace bajo el sol. Job 14:21. ¡Descanso bendito para los exhaustos justos! Largo o corto, el tiempo no les parecerá más que un momento. Duermen hasta que la trompeta de Dios los despierte para entrar en una gloriosa inmortalidad (El conflicto de los siglos, p. 537).
Jueves
29 de agosto

El mayor mandamiento

Lee Marcos 12:28-34 . ¿Qué pregunta profunda le hizo el amable escriba y qué doble respuesta le dio Jesús?
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Hasta este punto del Evangelio de Marcos, la mayoría de los líderes religiosos, con pocas excepciones, se muestran antagonistas de Jesús. Esto es particularmente cierto en Jerusalén, donde Jesús se ha enfrentado a los líderes sobre el culto en el templo, que es la base del judaísmo. Por lo tanto, que un escriba escuche las disputas y aprecie las respuestas de Jesús demuestra honestidad y coraje frente a la animosidad prevaleciente hacia Jesús. Sería más fácil quedarse de brazos cruzados y observar, incluso si uno simpatizara con Jesús. Pero este hombre no lo hace.

El escriba llega al corazón de la religión con su pregunta sobre cuál mandamiento es el más importante. Jesús responde con sencillez y claridad, citando el Shemá , la confesión de fe en el judaísmo de Deuteronomio 6:4-5 . El mayor mandamiento, dice Jesús, es amar a Dios con todo tu corazón, alma, mente y fuerza, es decir, con la totalidad de lo que eres. Jesús le da al escriba una ventaja adicional al enumerar el segundo mandamiento más importante, citando nuevamente el Antiguo Testamento, esta vez de Levítico 19:18 , amar a tu prójimo como a ti mismo.

A veces la gente se pregunta cómo es posible ordenar el amor. El contexto cultural del mandato en Deuteronomio ayuda a explicarlo. El lenguaje proviene de los tratados antiguos entre las partes, y el término “amor” se refiere a ser fiel a los requisitos del tratado, a cumplirlos fielmente. Por lo tanto, si bien no descarta el concepto de afecto profundo entre las partes, se centra mucho más en las acciones que demuestran dicha lealtad.

El escriba era honesto y vio la claridad y sencillez de la respuesta de Jesús y así lo dijo. Uno puede imaginarse las muecas de desaprobación de otros líderes religiosos, ya que el honesto escriba había afirmado que la respuesta de Jesús era válida, algo que nadie más estaba dispuesto a hacer. Jesús también afirmó al escriba por su respuesta honesta, diciendo que no estaba lejos del reino de Dios. No lejos no significa dentro. Lo que el escriba todavía necesitaba era reconocer quién era Jesús y seguirlo, un paso más en el camino de la fe.

¿Cómo aprendemos a amar a Dios y a nuestro prójimo como a nosotros mismos? ¿Por qué la cruz es la clave para seguir estos mandamientos?
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Comentarios Elena G.W

El escriba que había interrogado a Jesús estaba bien instruído en la ley y se asombró de sus palabras. No esperaba que manifestase un conocimiento tan profundo y cabal de las Escrituras. Obtuvo una visión más amplia de los principios básicos de los preceptos sagrados. Delante de los sacerdotes y gobernantes congregados, reconoció honradamente que Cristo había dado la debida interpretación a la ley, diciendo:

“Bien, Maestro, verdad has dicho, que uno es Dios, y no hay otro fuera de él; y que amarle de todo corazón, y de todo entendimiento, y de toda el alma, y de todas las fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo, más es que todos los holocaustos y sacrificios”.

La sabiduría de la respuesta de Cristo había convencido al escriba. Sabía que la religión judía consistía en ceremonias externas más bien que en piedad interna. Sentía en cierta medida la inutilidad de las ofrendas ceremoniales, y del derramamiento de sangre para la expiación del pecado si no iba acompañado de fe. El amor y la obediencia a Dios, la consideración abnegada para con el hombre, le parecían de más valor que todos estos ritos. La disposición de este hombre a reconocer la corrección del raciocinio de Cristo y su respuesta decidida y pronta delante de la gente, manifestaban un espíritu completamente diferente del de los sacerdotes y gobernantes. El corazón de Jesús se compadeció del honrado escriba que se había atrevido a afrontar el ceño de los sacerdotes y las amenazas de los gobernantes al expresar las convicciones de su corazón. “Jesús entonces, viendo que había respondido sabiamente, le dice: No estás lejos del reino de Dios” (El Deseado de todas las gentes, p. 560).

Los mandamientos de Dios son abarcantes y de gran amplitud. En unas pocas palabras, despliegan todo el deber del hombre. “Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas… Amarás a tu prójimo como a ti mismo”. Marcos 12:30, 31. La longitud y la anchura, la profundidad y la altura de la ley de Dios están abarcadas en esas palabras, pues Pablo declara: “El cumplimiento de la ley es el amor”. Romanos 13:10. La única definición que encontramos en la Biblia para el pecado es que “pecado es infracción de la ley”. 1 Juan 3:4. Declara la Palabra de Dios: “Todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios”. Romanos 3:23. “No hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno”. Romanos 3:12. Muchos están engañados acerca de la condición de su corazón. No comprenden que el corazón natural es engañoso más que todas las cosas y desesperadamente impío. Se envuelven con su propia justicia y están satisfechos con alcanzar su propia norma humana de carácter. Sin embargo, cuán fatalmente fracasan cuando no alcanzan la norma divina y, por sí mismos, no pueden hacer frente a los requerimientos de Dios.

Podemos medirnos a nosotros por nosotros mismos, podemos compararnos entre nosotros mismos; quizá digamos que nos portamos tan bien como este o aquél, pero la pregunta por la que se demandará una respuesta en el juicio es: ¿Llenamos los requisitos de las demandas del alto cielo? ¿Alcanzamos la norma divina? ¿Están en armonía nuestros corazones con el Dios del cielo? (Mensajes selectos, t. 1, pp. 376, 377).
Viernes
30 de agosto

Pensamiento adicional

Lean Ellen G. White, “Un pueblo condenado”, págs. 580–588; “El templo purificado de nuevo”, págs. 589–600; “La controversia”, págs. 601–609, en El Deseado de todas las gentes .

“El acto de Cristo al maldecir el árbol que su propio poder había creado es una advertencia para todas las iglesias y todos los cristianos. Nadie puede vivir la ley de Dios sin ministrar a otros. Pero hay muchos que no viven la vida misericordiosa y abnegada de Cristo. Algunos que se consideran cristianos excelentes no comprenden lo que constituye el servicio a Dios. Planean y estudian para agradarse a sí mismos. Actúan sólo en relación con el yo. El tiempo es valioso para ellos sólo en la medida en que lo puedan reunir para sí mismos. En todos los asuntos de la vida éste es su objetivo. No ministran para otros sino para sí mismos. Dios los creó para vivir en un mundo donde debe realizarse un servicio abnegado. Los diseñó para ayudar a sus semejantes en toda forma posible. Pero el yo es tan grande que no pueden ver nada más. No están en contacto con la humanidad. Los que viven así para sí mismos son como la higuera, que hizo toda clase de pretensiones pero fue infructuosa. Observan las formas de culto, pero sin arrepentimiento ni fe. En su profesión honran la ley de Dios, pero les falta obediencia. Dicen, pero no hacen. En la sentencia pronunciada sobre la higuera, Cristo demuestra cuán odiosa es a sus ojos esta vana pretensión. Declara que el pecador declarado es menos culpable que aquel que profesa servir a Dios, pero que no da fruto para su gloria.”—Elena G. de White, El Deseado de todas las gentes , pág. 584.

Preguntas para discusión


  1. Reflexione sobre el significado de la purificación del templo por parte de Cristo. ¿Cómo podría aplicarse ese principio a nuestra iglesia hoy? ¿Cómo debería llevarse a cabo esa purificación?
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  2. A lo largo de los Evangelios, una y otra vez, Jesús hace referencia a las Escrituras y a cómo deben cumplirse. ¿Qué nos dice esto acerca de cuán centrales son para la vida de fe? ¿Por qué debemos rechazar fervientemente cualquier intento de restarle importancia a la autoridad de las Escrituras, especialmente la idea de que las Escrituras son simplemente las ideas que la gente tiene sobre Dios, quién es Dios y cómo actúa?
    __________________________________________________________________________________________
  3. ¿Dónde está la línea divisoria adecuada entre la Iglesia y el Estado? ¿Cómo orienta esta discusión la enseñanza de Jesús en Marcos 12:13-17 ?
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  4. Busque textos que hablen de la resurrección. ¿Por qué esta doctrina es tan central para nuestra fe, especialmente si consideramos el estado de los muertos?
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Comentarios Elena G.W

Cada día con Dios, 17 de mayo, “Santidad de corazón”, p. 144.
El Deseado de todas las gentes, “Controversias”, pp. 553-561.

9: Las controversias de Jerusalén – Plan de enseñanza

Pensamiento clave: Los líderes religiosos vinieron a confrontar, confundir y derrotar a Jesús, pero nunca lo lograron. Debemos considerar qué pueden hacer los cristianos para superar los prejuicios y hablar con quienes se resisten al llamado de Dios.

1. Pida a un voluntario que lea Marcos 11:12-26

  1. Pídeles a los miembros de la clase que compartan una breve reflexión sobre cuál es el punto más importante de este pasaje.
  2. ¿Qué importancia de los acontecimientos se representan aquí?
  3. Aplicación personal: ¿Por qué la humildad es tan importante para los cristianos?
    Comparte tus ideas.
  4. Caso práctico: Uno de sus familiares dice: “¿Cómo podemos estar orgullosos de ser cristianos sin que nos acusen de ser críticos, superiores o moralistas? ¿Cómo le respondería a su pariente?

2. Pida a un voluntario que lea Marcos 11:27-33

  1. Pídeles a los miembros de la clase que compartan una idea sobre cuál es el punto más importante de este texto.
  2. ¿Cuál es la importancia de los acontecimientos aquí representados?
  3. Aplicación personal: ¿Qué aspectos de tu vida necesitas que Jesús purifique? ¿Cómo lo haces? Comparte tus pensamientos.
  4. Estudio de caso: Uno de tus amigos dice: “¿Cómo respondió Jesús a su negativa a responder y qué efecto tuvo? ¿Por qué habló Jesús en parábolas aquí?” ¿Cómo le responderías a tu amigo?

3. Pida a un voluntario que lea Marcos 12:13-27

  1. Pídeles a los miembros de la clase que compartan una breve reflexión sobre cuál es el punto más importante de este texto.
  2. ¿Qué desafío le plantearon los líderes religiosos a Jesús y cómo respondió Él?
  3. Aplicación personal: Si alguien te preguntara: “¿Conoces el poder de Dios?”, ¿qué responderías? Comparte tu opinión.
  4. Caso práctico: Uno de sus vecinos afirma: “La Biblia es simplemente la idea que la gente tiene de Dios, quién es Él y cómo actúa. Usted puede hacer que la Biblia diga lo que quiera”. ¿Cómo le respondería a su vecino?

4. Pida a un voluntario que lea Marcos 12:28-34

  1. Pídeles a los miembros de la clase que compartan una idea sobre cuál es el punto más importante de este texto.
  2. ¿Qué pregunta hizo el escriba y qué doble respuesta dio Jesús?
  3. Aplicación personal: ¿Cómo aprendemos a amar a Dios y a nuestro prójimo como a nosotros mismos? ¿En qué sentido la cruz es la clave para seguir estos mandamientos? Comparte tu opinión.
  4. Estudio de caso: Piense en una persona que necesite escuchar un mensaje de la lección de esta semana. Dígale a la clase qué planea hacer esta semana para compartir con ellos.

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