¿AMOR O EGOÍSMO? ESA ES LA CUESTIÓN

Trimestre 2 Lección 02
Abr 06 - Abr 12

"La cuestión central: ¿amor o egoísmo?"

Imagen del título semanal

Sábado por la tarde

Lea para el estudio de esta semana:

Lucas 19:41-44; Mateo 23:37-38; Hebreos 11:35-38; Apocalipsis 2:10; Hechos 2:44-47; Juan 13:35.

Texto de memoria:

"No temáis, porque yo estoy con vosotros; No desmayéis, porque yo soy vuestro Dios. Te fortaleceré, sí, te ayudaré, te sostendré con mi diestra justa" ' " (Isaías 41:10).

Supongamos que usted es un pastor que cuida sus cabras en el Monte de los Olivos que domina Jerusalén. Se oyen voces. Inmediatamente reconoces la voz de Jesús. Mientras el sol poniente brilla en el templo y se refleja en la blancura de la nieve en sus magníficas paredes de mármol, Jesús declara enfáticamente: "De cierto os digo que no quedará piedra sobre piedra que no sea derribada" (Mateo 24:2).

Los discípulos están confundidos, y tú también. ¿Qué podría querer decir Jesús con estas palabras? ¿Cómo se relacionan con el fin del mundo sobre el que preguntaron los discípulos de Jesús? Escuchas con atención embelesada cómo Jesús combina magistralmente los acontecimientos que conducirían a la destrucción de Jerusalén con los que tendrían lugar justo antes de su regreso.

En la destrucción de Jerusalén, descubrimos un presagio de la estrategia de Satanás para engañar y destruir al pueblo de Dios en el tiempo del fin. La instrucción de Jesús en Mateo 24:1-51 describe claramente los acontecimientos de los últimos días en el contexto de la caída de Jerusalén.

Estudiaremos la doble estrategia de Satanás para engañar y destruir al pueblo de Dios. Lo que el maligno no logra a través de la persecución, espera lograrlo a través del compromiso. Dios nunca es tomado por sorpresa, e incluso en los tiempos más difíciles, Él preserva a Su pueblo.

*Estudie la lección de esta semana, basada en El Conflicto de los Siglos, capítulos 1–2, a fin de prepararse para el día de reposo 13 de abril.


Comentarios Elena G.W

En medio de la lucha y la ruina de la nación, los discípulos estarían acosados de peligros, y a menudo el miedo oprimiría sus corazones. Habrían de ver a Jerusalén desolada, el templo arrasado, su culto suprimido para siempre, e Israel esparcido por todas las tierras como náufragos en una playa desierta. Dijo Jesús: “Oiréis de guerras y rumores de guerras”. “Se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares. Y todo esto será principio de dolores”. Mateo 24:6-8. A pesar de ello, los discípulos de Cristo no debían pensar que su esperanza era vana ni que Dios había abandonado al mundo. El poder y la gloria pertenecen a Aquel cuyos grandes propósitos se irán cumpliendo sin impedimento hasta su consumación. En aquella oración, que expresaba sus necesidades diarias, la atención de los discípulos de Cristo fue dirigida, por encima de todo el poder y el dominio del mal, hacia el Señor su Dios, cuyo reino gobierna a todos, y quien es Padre y Amigo eterno (El discurso maestro de Jesucristo, pp. 101, 102).

El [capítulo 24] de Mateo nos presenta un resumen de lo que ha de sobrevenir al mundo. Vivimos en medio de los peligros de los últimos días. Los que perecen en el pecado deben recibir la advertencia. El Señor invita a todos aquellos a quienes ha confiado medios financieros a fin de que sean su mano ayudadora invirtiendo su dinero para el progreso de su obra. Nuestro dinero es un tesoro que el Señor nos ha prestado, y debe ser invertido en la tarea de dar al mundo el último mensaje de misericordia…

El que considera las cosas terrenales como el mayor bien, el que dedica su vida al esfuerzo de obtener riquezas mundanales, ciertamente está haciendo una pobre inversión. Cuando sea demasiado tarde verá que aquello en que confía se desmorona en el polvo. Sólo mediante la abnegación, mediante el sacrificio de las riquezas terrenales, se pueden obtener las riquezas eternas. El cristiano entra en el reino de los cielos por medio de mucha tribulación. Constantemente debe librar la buena batalla, y no deponer sus armas hasta que Cristo le dé reposo. Sólo al dar a Jesús todo lo que tiene puede asegurarse la herencia que durará por toda la eternidad (Cada día con Dios, 23 de mayo, p. 150).

Para el creyente, la muerte es asunto trivial. Cristo habla de ella como si fuera de poca importancia. “El que guardare mi palabra, no verá muerte para siempre”, “no gustará muerte para siempre”, Para el cristiano, la muerte es tan solo un sueño, un momento de silencio y tinieblas. La vida está oculta con Cristo en Dios y “cuando Cristo, vuestra vida, se manifestare, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria”. Juan 8:51, 52; Colosenses 3:4…

El mismo poder que resucitó a Cristo de los muertos resucitará a su iglesia y la glorificará con él, por encima de todos los principados y potestades, por encima de todo nombre que se nombra, no solamente en este mundo, sino también en el mundo venidero (El Deseado de todas las gentes, p. 731).
  Domingo
7 de abril

Un Salvador con el corazón roto

Mientras Jesús estaba sentado en el Monte de los Olivos que dominaba la ciudad de Jerusalén, su corazón se rompió. El Evangelio de Juan dice: "A los suyos vino, y los suyos no le recibieron" (Juan 1:11). Jesús hizo todo lo que pudo para salvar a su pueblo de la destrucción venidera de su amada ciudad.

El amor de Jesús por su pueblo fluía de un corazón de amor infinito. En repetidas ocasiones les pidió con amor que se arrepintieran y aceptaran su misericordiosa invitación de misericordia.

Leer Lucas 19:41-44; Mateo 23:37-38; Juan 5:40. ¿Qué te dicen estos versículos acerca de la actitud de Jesús hacia Su pueblo y su respuesta a Su amorosa invitación de gracia y misericordia? ¿Qué revelación del carácter de Dios ves?
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Es difícil entender un acontecimiento como la destrucción de Jerusalén a la luz del carácter amoroso de Dios. La historia revela que decenas de miles de personas murieron cuando el general romano Tito dirigió a sus ejércitos contra la ciudad. Jerusalén fue devastada. Hombres, mujeres y niños fueron masacrados. ¿Dónde estaba Dios cuando su pueblo sufrió tanto? La respuesta es clara, pero no es fácil de comprender del todo. El corazón de Dios estaba roto. Sus ojos se llenaron de lágrimas. Durante siglos, Él se acercó a Su pueblo. Por su rebelión contra su bondad amorosa, perdieron su protección divina. Dios no siempre interviene para limitar los resultados de las decisiones de su pueblo. Permite que se desarrollen las consecuencias naturales de la rebelión. Dios no causó la matanza de niños inocentes en la destrucción de Jerusalén; la trágica muerte de los inocentes fue un acto de Satanás, no de Dios.

Satanás se deleita en la guerra porque despierta las peores pasiones del corazón humano. A lo largo de los siglos, su propósito ha sido engañar y destruir y luego culpar a Dios de sus malas acciones.

Leer Mateo 24:15-20. ¿Qué instrucción dio Jesús a su pueblo para salvarlos de la destrucción venidera de Jerusalén?
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Es bueno recordar que la gran mayoría de los cristianos que vivían en Jerusalén en el año 70 d.C. provenían de un trasfondo judío. Un Dios amoroso deseaba preservar a la mayor cantidad posible de su pueblo. Es por eso que dio la instrucción de que cuando los ejércitos romanos se acercaran, debían huir de la ciudad.

Reflexiona sobre la siguiente afirmación: no juzgamos el carácter de Dios por los acontecimientos que vemos a nuestro alrededor; más bien, filtramos todos los eventos que vemos a través del prisma de Su carácter amoroso como se revela en la Biblia. ¿Por qué es este un buen consejo?
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Comentarios Elena G.W

¿Podría ser que el magnífico templo que era la gloria de la nación iba a ser pronto un montón de ruinas? Los discípulos compartían ese presentimiento de mal, y aguardaban ansiosamente alguna declaración más definida de parte de Jesús …

Jesús no consideró por separado la destrucción de Jerusalén y el gran día de su venida. Mezcló la descripción de estos dos acontecimientos. Si hubiese revelado a sus discípulos los acontecimientos futuros como los contemplaba él, no habrían podido soportar la visión. Por misericordia hacia ellos, fusionó la descripción de las dos grandes crisis, dejando a los discípulos estudiar por sí mismos el significado. Cuando se refirió a la destrucción de Jerusalén, sus palabras proféticas llegaron más allá de este acontecimiento hasta la conflagración final de aquel día en que el Señor se levantará de su lugar para castigar al mundo por su iniquidad, cuando la tierra revelará sus sangres y no encubrirá más sus muertos. Este discurso entero no fue dado solamente para los discípulos, sino también para aquellos que iban a vivir en medio de las últimas escenas de la historia de esta tierra (El Deseado de todas las gentes, pp. 581, 582).

El pecado del mundo de hoy día es el mismo que acarreó la destrucción de Israel. La ingratitud a Dios, el descuido de las oportunidades y bendiciones, el aprovechamiento egoísta de los dones de Dios: todo esto estaba comprendido en el pecado que hizo caer la ira sobre Israel. Estos males están trayendo la ruina al mundo actual.

Las lágrimas que Cristo derramó sobre el Monte de las Olivas al contemplar la ciudad escogida, no las derramó solamente por Jerusalén. En la suerte de esta ciudad, él contempló la destrucción del mundo…

¿Dónde se ha de encontrar la iglesia en esta crisis?…

Los hombres están en peligro. Las multitudes perecen. ¡Pero cuán pocos de los profesos seguidores de Cristo sienten anhelo por esas almas! El destino de un mundo se halla en juego en la balanza; pero esto apenas si conmueve a los que pretenden creer las verdades más abarcantes que jamás hayan sido dadas a los mortales. Hay falta de aquel amor que indujo a Cristo a abandonar su hogar celestial y tomar la naturaleza humana a fin de que la humanidad pudiera tocar a la humanidad, y llevarla a la divinidad. Hay un estupor, una parálisis sobre el pueblo de Dios, que le impide entender el deber de la hora (Palabras de vida del gran Maestro, pp. 243, 244).

Dios… sabe que en los seres humanos no encontraremos consuelo para nuestros males, y se apiada de nosotros porque estamos tan necesitados y al mismo tiempo tan poco dispuestos a hacer de él nuestro confidente, el portador de nuestras cargas. Ve que los seres humanos menosprecian el amor y la misericordia provista para ellos, y dice tristemente: “Y no queréis venir a mí para que tengáis vida”. Juan 5:40…

Nunca abandonará a los que acuden a él. Del alma pobre y desfalleciente, cansada de acudir a los seres humanos, solamente para recibir traición y olvido, Cristo dice: “¿O forzará alguien mi fortaleza? Haga conmigo paz; sí, haga paz conmigo”. Isaías 27:5 (Cada día con Dios, 15 de enero, p. 21).
  Lunes
8 de abril

Cristianos providencialmente preservados

La misericordia, la gracia, la providencia y la presciencia de Dios se revelan claramente en los acontecimientos que condujeron a la destrucción de Jerusalén. Cestio Galo y los ejércitos romanos rodearon la ciudad. En un movimiento inesperado, cuando su ataque parecía inminente, se retiraron. Los ejércitos judíos los persiguieron y obtuvieron una gran victoria.

Con la huida de los romanos y la persecución de los judíos, los cristianos de Jerusalén huyeron a Pella, en Perea, más allá del río Jordán. "La señal prometida había sido dada a los cristianos que esperaban, y ahora se ofrecía una oportunidad para que todos los que quisieran obedecieran la advertencia del Salvador. Los acontecimientos fueron tan anulados que ni los judíos ni los romanos debían impedir la huida de los cristianos". (Elena G. de White, El Conflicto de los Siglos, p. 30.)

Leer Salmos 46:1; Isaías 41:10. ¿Qué nos dicen estos pasajes sobre el cuidado providencial de Dios?
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Dios es soberano y gobierna los acontecimientos en la tierra para el cumplimiento final de sus propósitos divinos. Aunque a veces Dios altera Sus planes originales basados en nuestras elecciones humanas, Su plan final para este planeta se cumplirá. Habrá momentos en que el pueblo de Dios experimentará dificultades, persecución, encarcelamiento y la muerte misma por la causa de Cristo. Pero incluso en los momentos más difíciles con los ataques más crueles de Satanás, Dios sostiene y preserva a Su iglesia.

Leer Hebreos 11:35-38; Apocalipsis 2:10. ¿Qué realidad revelan estos textos sobre nuestra batalla contra las fuerzas del mal? ¿Cómo armonizan estos pasajes con la idea de la protección de Dios en la pregunta anterior? ¿Hay una contradicción en la idea de la protección de Dios y de que Dios permita que algunos enfrenten un sufrimiento doloroso e incluso la muerte de un mártir por la causa de Cristo?
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"En vano fueron los esfuerzos de Satanás por destruir la iglesia de Cristo por medio de la violencia. El gran conflicto en el que los discípulos de Jesús entregaron sus vidas no cesó cuando estos fieles portaestandartes cayeron en su puesto. Vencieron con la derrota. Los obreros de Dios fueron asesinados, pero Su obra avanzó con paso firme". (Elena G. de White, El Conflicto de los Siglos, pág. 41.)

¿Qué debería significar para nosotros que los escritores de la Biblia, que ciertamente conocían el dolor y el sufrimiento, pudieran, sin embargo, escribir una y otra vez sobre la realidad del amor de Dios? ¿Cómo podemos experimentar ese mismo amor por nosotros mismos?
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Comentarios Elena G.W

La ruina de Jerusalén sería símbolo de la ruina final que abrumará al mundo. Las profecías que se cumplieron en parte en la destrucción de Jerusalén, se aplican más directamente a los días finales. Estamos ahora en el umbral de acontecimientos grandes y solemnes. Nos espera una crisis como jamás ha presenciado el mundo. Tal como a los primeros discípulos, nos resulta dulce la segura promesa de que el reino de Dios se levanta sobre todo. El programa de los acontecimientos venideros está en manos de nuestro Hacedor. La Majestad del cielo tiene a su cargo el destino de las naciones, así como también lo que atañe a la iglesia. El Instructor divino dice a todo instrumento en el desarrollo de sus planes, como dijo a Ciro: “Yo te ceñiré, aunque tú no me conociste”. Isaías 45:5 (El discurso maestro de Jesucristo, p. 102).

En la visión del profeta Ezequiel se veía como una mano debajo de las alas de los querubines. Era para enseñar a sus siervos que el poder divino es lo que les da éxito. Aquellos a quienes Dios emplea como mensajeros suyos no deben pensar que su obra depende de ellos. No se deja a los seres finitos la tarea de asumir esta carga de responsabilidad. El que no duerme, sino que obra incesantemente por el cumplimiento de sus propósitos, hará progresar su causa. Estorbará los planes de los impíos y confundirá los proyectos de quienes intenten perjudicar a su pueblo. El que es el Rey, Jehová de los ejércitos, está sentado entre los querubines, y en medio de la guerra y el tumulto de las naciones guarda aún a sus hijos. El que gobierna en los cielos es nuestro Salvador. Mide cada aflicción, vigila el fuego del horno que debe probar a cada alma. Cuando las fortificaciones de los reyes caigan derribadas, cuando las flechas de la ira atraviesen los corazones de sus enemigos, su pueblo permanecerá seguro en sus manos (El discurso maestro de Jesucristo, pp. 102, 103).

Al penetrar con su vista a través de largos siglos de tinieblas y superstición, el anciano desterrado vio a multitudes sufrir el martirio por causa de su amor hacia la verdad. Pero también vio que Aquel que sostuvo a sus primeros testigos, no olvidaría a sus fieles seguidores durante los siglos de persecución que debían venir antes del fin del tiempo. “No tengas ningún temor de las cosas que has de padecer —declara el Señor— He aquí, el diablo ha de enviar algunos de vosotros a la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación… Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida”. Apocalipsis 2:10.

Y para todos los fieles que están luchando contra el mal, Juan oyó hacer las promesas: “Al que venciere, daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios”. “El que venciere, será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre y delante de sus ángeles”. Apocalipsis 2:7; 3:5 (Los hechos de los apóstoles, p. 470).
  Martes
9 de abril

Fieles en medio de la persecución

A lo largo de los primeros siglos del cristianismo, la iglesia cristiana creció rápidamente, a pesar del encarcelamiento, la tortura y la persecución. Creyentes fieles, totalmente comprometidos con Cristo, llenos del Espíritu Santo, proclamaron Su Palabra con poder; Las vidas cambiaron y decenas de miles se convirtieron.

Leer Hechos 2:41; Hechos 4:4; Hechos 4:31; Hechos 5:42; Hechos 8:1-8. ¿Qué nos enseñan estos versículos acerca de los desafíos que enfrentó la iglesia del Nuevo Testamento y también por qué creció tan rápidamente?
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Los discípulos se enfrentaron a amenazas (Hechos 4:17), encarcelamiento (Hechos 5:17-18), persecución (Hechos 8:1), y la muerte misma (Hechos 7:59; Hechos 12:2), sin embargo, en el poder del Espíritu Santo, proclamó valientemente al Cristo resucitado, y las iglesias se multiplicaron por toda Judea, Galilea y Samaria (Hechos 9:31).

Los baluartes del infierno fueron sacudidos. Los grilletes de Satanás fueron rotos. La superstición pagana se desmoronó ante el poder del Cristo resucitado. El evangelio triunfó frente a las abrumadoras probabilidades. Los discípulos ya no se acobardaban en el aposento alto. El miedo se alejó bailando como una sombra que se desvanece.

En cambio, la fe llenó los corazones de los discípulos. Un vistazo a su Señor resucitado cambió sus vidas. Jesús les dio una nueva razón para vivir. Nuestro Señor no solo les había dado la Gran Comisión (Marcos 16:15) sino la gran promesa: "'Pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo haya venido sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra" (Hechos 1:8).

El evangelio penetró en los rincones más remotos de la tierra (Colosenses 1:23). Aunque el último de los discípulos, Juan, murió a finales del primer siglo, otros recogieron la antorcha de la verdad y proclamaron al Cristo vivo. Plinio el Joven, gobernador de la provincia romana de Bitinia, en la costa norte de la actual Turquía, escribió al emperador Trajano alrededor del año 110 d.C. La declaración de Plinio es significativa porque fue casi ochenta años después de la crucifixión. Plinio describió los juicios oficiales que estaba llevando a cabo para encontrar y ejecutar a los cristianos. Declaró: "Porque muchas personas de todas las edades, clases y sexos están siendo puestas en peligro por la acusación, y esto continuará. El contagio de esta superstición [el cristianismo] se ha extendido no solo en las ciudades, sino también en los pueblos y distritos rurales". —Henry Bettenson, Documentos de la Iglesia Cristiana (Nueva York: Oxford University Press, 2011), pág. 4.

A pesar de los ataques más feroces del diablo, la iglesia cristiana creció rápidamente.

¿Qué podemos aprender de la iglesia primitiva que podría ayudarnos a nosotros, la iglesia de los últimos tiempos?
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Comentarios Elena G.W

La persecución que sobrevino a la iglesia de Jerusalén dio gran impulso a la obra del Evangelio. El éxito había acompañado la ministración de la palabra en ese lugar, y había peligro de que los discípulos permanecieran demasiado tiempo allí, desatendiendo la comisión del Salvador de ir a todo el mundo. Olvidando que la fuerza para resistir al mal se obtiene mejor mediante el servicio agresivo, comenzaron a pensar que no tenían ninguna obra tan importante como la de proteger a la iglesia de Jerusalén de los ataques del enemigo. En vez de enseñar a los nuevos conversos a llevar el evangelio a aquellos que no lo habían oído, corrían el peligro de adoptar una actitud que indujera a todos a sentirse satisfechos con lo que habían realizado. Para dispersar a sus representantes, donde pudieran trabajar para otros, Dios permitió que fueran perseguidos. Ahuyentados de Jerusalén, los creyentes “iban por todas partes anunciando la palabra” (Los hechos de los apóstoles, pp. 86, 87).

Si los santos del Antiguo Testamento dieron tan brillante testimonio de lealtad, ¿no deberán aquellos sobre quienes resplandece la luz acumulada durante siglos dar un testimonio aun más señalado con respecto al poder de la verdad? La gloria de las profecías derrama su luz sobre nuestra senda. Los símbolos se encontraron con la realidad en la muerte del Hijo de Dios. Cristo resucitó de los muertos, y proclamó sobre el sepulcro abierto: “Yo soy la resurrección y la vida”. Juan 11:25. Envió su Espíritu al mundo para recordarnos todas las cosas. Y por un milagro de su poder, preservó su Palabra escrita a través de los siglos.

Los reformadores cuya protesta nos dio el nombre de protestantes, consideraron que Dios los había llamado a dar al mundo la luz del evangelio, y en su esfuerzo por hacerlo, estaban listos para sacrificar sus bienes, su libertad y aun la misma vida. Frente a la persecución y la muerte, el evangelio se proclamó lejos y cerca. La palabra de Dios fue comunicada al pueblo; y todas las clases, humildes y encumbrados, ricos y pobres, sabios e ignorantes, la estudiaron con avidez por su cuenta. ¿Somos nosotros, en este último conflicto de la gran controversia, tan fieles a nuestro cometido como lo fueron al suyo los primeros reformadores? (Profetas y reyes, p. 462).

La providencia misteriosa que permite que los justos sufran persecución por parte de los malvados, ha sido causa de gran perplejidad para muchos … [Pero] Dios nos ha dado suficientes evidencias de su amor, y no debemos dudar de su bondad porque no entendamos los actos de su providencia. Previendo las dudas que asaltarían a sus discípulos en días de pruebas y oscuridad, el Salvador les dijo: “Acordaos de la palabra que yo os he dicho: No es el siervo mayor que su señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros perseguirán”. Juan 15:20 … Los que son llamados a sufrir la tortura y el martirio, no hacen más que seguir las huellas del amado Hijo de Dios (El conflicto de los siglos, p. 44).
  Miércoles
10 de abril

Cuidando a la comunidad

La iglesia cristiana primitiva creció no solo porque sus miembros predicaban el evangelio, sino también porque vivían el evangelio. Los creyentes modelaron el ministerio de Cristo, quien "recorría toda Galilea, enseñando en sus sinagogas, predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia en el pueblo" (Mateo 4:23). Jesús se preocupaba profundamente por las personas, y también lo hacía la iglesia del Nuevo Testamento. Fue este amor desinteresado y el compromiso de satisfacer las necesidades humanas, combinados con compartir las buenas nuevas del evangelio en el poder del Espíritu Santo, lo que tuvo un gran impacto en el mundo en los primeros siglos de la iglesia cristiana.

Leer Hechos 2:44-47; Hechos 3:6-9; Hechos 6:1-7. Aunque las circunstancias varían, ¿qué principios podemos aprender de estos pasajes sobre el cristianismo auténtico?
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Estos creyentes del Nuevo Testamento siguieron el modelo de Cristo, quien, como dijo Pedro, fue "ungido [...] con el Espíritu Santo y con poder, que anduvo haciendo el bien y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él" (Hechos 10:38). La iglesia de Cristo era Su cuerpo en la tierra, y también, en estos primeros siglos, expresaba el amor sacrificial de Cristo y su preocupación por la humanidad herida y quebrantada. Estos creyentes eran ejemplos vivos de la compasión de Cristo.

En el gran conflicto que se desata en el universo, el diablo quiere desfigurar la imagen de Dios en la humanidad. El propósito del evangelio es restaurar la imagen de Dios en la humanidad. Esta restauración incluye sanación física, mental, emocional y espiritual.

En Juan 10:10, Jesús revela su plan para cada uno de nosotros.

"El ladrón no viene sino para robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia'" (NVI). Él anhela que estemos físicamente sanos, mentalmente alerta, emocionalmente estables y espiritualmente completos.

Esto es especialmente cierto a la luz de Su prometido regreso. Este mundo se enfrenta a una enorme crisis. Las propias predicciones de Jesús en Mateo 24:1-51; Lucas 21:1-38 predice condiciones catastróficas en la tierra antes de Su regreso. Cuando Cristo nos toca con Su gracia sanadora, anhelamos tocar a otros con el toque de Cristo para que puedan ser sanados. Jesús nos envía a un mundo quebrantado como embajadores de Cristo para tocar a otros con Su amor. El cristianismo del Nuevo Testamento se caracterizó por el amor de los cristianos entre sí y por sus comunidades.

Analizar: ¿Qué papel tiene la iglesia en cooperar con Cristo para demostrar que las acusaciones de Satanás están equivocadas?
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Comentarios Elena G.W

No puede haber cosa tal como una vida estrecha para toda alma relacionada con Cristo. Los que aman a Jesús con mente, alma y corazón, y a su prójimo como a sí mismos, tienen un amplio campo para usar su habilidad e influencia. Ningún talento debe usarse para la complacencia propia. El yo debe morir y nuestras vidas deben estar escondidas con Cristo en Dios …

Aquellos que se despojan de sí mismos, los reflexivos y concienzudos, no pueden alzar los ojos hacia Cristo, el Salvador vivo, sin sentimientos de asombro y de la más profunda humildad. El mirar continuamente a Jesús vivificará al alma en Dios. Hemos de amar a Jesús, hemos de amar al Padre que lo envió al mundo, porque lo vemos en una luz maravillosa, llena de gracia y de verdad. Jesús declara: “Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre” (Mateo 11:27)… “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra”. Mateo 28:18. ¿Para qué? Para poder dar dones a los hombres, para que ellos puedan poner todas sus facultades a su servicio para dar a conocer el maravilloso amor con el cual él nos amó (In Heavenly Places, p. 60; parcialmente en En los lugares celestiales, 23 de febrero, p. 62).

En torno de nosotros, por todas partes se oyen los lamentos de tristeza del mundo. Por doquiera están los necesitados y afligidos. A nosotros nos toca ayudarlos a aligerar y suavizar las durezas y la miseria de la vida.

La obra práctica tendrá mucho más efecto que el mero sermonear. Hemos de dar alimento al hambriento, vestir al desnudo y proteger al que no tiene hogar. Y se nos llama a hacer más que esto. Únicamente el amor de Cristo puede satisfacer las necesidades del alma. Si Cristo habita permanentemente en nosotros, nuestros corazones estarán llenos de divina simpatía. Las fuentes selladas del amor fervoroso, semejante al de Cristo, serán abiertas (Palabras de vida del gran Maestro, p. 343).

Hay muchas personas que han perdido la esperanza. Devolvedles la luz del sol. Muchos han perdido su valor. Habladles alegres palabras de aliento. Orad por ellos. Hay personas que necesitan el pan de vida. Leedles de la Palabra de Dios. Muchos están afectados de una enfermedad del alma que ningún bálsamo humano puede alcanzar y que ningún médico puede curar. Orad por esas almas. Llevadlas a Jesús. Decidles que hay bálsamo en Galaad y que también hay allí Médico…

Es el privilegio de toda alma ser un canal vivo por medio del cual Dios pueda comunicar al mundo los tesoros de su gracia, las inescrutables riquezas de Cristo. No hay nada que Cristo desee tanto como agentes que representen al mundo su Espíritu y carácter. No hay nada que el mundo necesite tanto como la manifestación del amor del Salvador mediante la humanidad. Todo el cielo está esperando que haya canales por medio de los cuales pueda derramarse el aceite santo para que sea un gozo y una bendición para los corazones humanos…

Desea que nosotros revelemos su propio gozo en nuestra vida (Palabras de vida del gran Maestro, pp. 344, 345).
  Jueves
11 de abril

Un legado de amor

Leer Juan 13:35; 1 Juan 4:21. ¿Qué revelan estos pasajes acerca del desafío de Satanás contra el gobierno de Dios en el gran conflicto? ¿Qué nos dicen acerca de la esencia del cristianismo genuino?
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El amor era la norma de las comunidades cristianas en los primeros siglos. Tertuliano, uno de los primeros teólogos cristianos, afirmó: "Son principalmente los actos de un amor tan noble los que llevan a muchos a ponernos una marca. Mirad, dicen, cómo se aman los unos a los otros". —"Capítulo 39", en Apología, trad. S. Thelwall, https://www.logoslibrary.org/tertullian/apology/39.html (consultado el 10 de octubre de 2022).

Una de las mayores revelaciones del amor de Dios se demostró cuando dos pandemias devastadoras plagaron los primeros siglos alrededor de los años 160 y 260 d.C. Los cristianos dieron un paso al frente y ministraron a los enfermos y moribundos. Estas plagas mataron a decenas de miles de personas y dejaron pueblos y ciudades enteras sin apenas un habitante. El ministerio desinteresado, sacrificado, cariñoso y amoroso de los cristianos tuvo un gran impacto en la población. Con el tiempo, miles, y eventualmente cientos de miles, y luego millones en el Imperio Romano se convirtieron en creyentes en Jesús durante estas dos epidemias. El amor, la preocupación extrovertida y el cuidado organizado y desinteresado de los enfermos y moribundos crearon una admiración por estos creyentes y por el Cristo que representaban.

El ascenso del cristianismo de Rodney Stark es una narración histórica moderna que retrata estos eventos históricos bajo una luz nueva y mejorada. En él describe cómo durante la segunda epidemia toda la comunidad cristiana, que todavía era mayoritariamente judeocristiana, se convirtió en un ejército virtual de enfermeras, que satisfacían las necesidades básicas para que la comunidad sufriente sobreviviera.

"En el apogeo de la segunda gran epidemia, alrededor del año 260 d. de J.C., [...] Dionisio escribió un extenso tributo a los heroicos esfuerzos de enfermería de los cristianos locales, muchos de los cuales perdieron la vida mientras cuidaban de otros.

"La mayoría de nuestros hermanos cristianos mostraron un amor y una lealtad sin límites, sin escatimar esfuerzos y pensando solo en los demás. Sin prestar atención al peligro, se hicieron cargo de los enfermos, atendiendo a todas sus necesidades y sirviéndoles en Cristo, y con ellos partieron de esta vida serenamente felices; porque fueron infectados por otros con la enfermedad, atrayendo sobre sí la enfermedad de sus vecinos y aceptando alegremente sus dolores". —El surgimiento del cristianismo (Princeton, NJ: Princeton University Press, 1996), p. 82.

¿Cuál es el mensaje obvio para nosotros aquí? ¿Cómo aprendemos a morir a nosotros mismos para que nosotros también podamos manifestar este mismo espíritu desinteresado? No es fácil, ¿verdad?
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Comentarios Elena G.W

Durante toda hora de la estada de Cristo en la tierra, el amor de Dios fluía de él en raudales incontenibles. Todos los que sean dotados de su Espíritu amarán como él amó. El mismo principio que animó a Cristo los animará en todo su trato mutuo.

Este amor es la evidencia de su discipulado. “En esto conocerán todos que sois mis discípulos —dijo Jesús—, si tuviereis amor los unos con los otros”. Cuando los hombres no están vinculados por la fuerza o los intereses propios, sino por el amor, manifiestan la obra de una influencia que está por encima de toda influencia humana. Donde existe esta unidad, constituye una evidencia de que la imagen de Dios se está restaurando en la humanidad, que ha sido implantado un nuevo principio de vida. Muestra que hay poder en la naturaleza divina para resistir a los agentes sobrenaturales del mal, y que la gracia de Dios subyuga el egoísmo inherente en el corazón natural (Exaltad a Jesús, 11 de octubre, p. 292).

Este amor, manifestado en la iglesia, despertará seguramente la ira de Satanás. Cristo no trazó a sus discípulos una senda fácil. “Si el mundo os aborrece —dijo—, sabed que a mí me aborreció antes que a vosotros. Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; mas porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso os aborrece el mundo. Acordaos de la palabra que yo os he dicho: No es el siervo mayor que su Señor. Si a mí me han perseguido, también a vosotros perseguirán: si han guardado mi palabra, también guardarán la vuestra. Mas todo esto os harán por causa de mi nombre, porque no conocen al que me ha enviado”. El evangelio ha de ser proclamado mediante una guerra agresiva, en medio de oposición, peligros, pérdidas y sufrimientos. Pero los que hacen esta obra están tan solo siguiendo los pasos de su Maestro (El Deseado de todas las gentes, pp. 632, 633).

Nunca debemos pasar junto a un alma que sufre sin tratar de impartirle el consuelo con el cual somos nosotros consolados por Dios.

Todo esto no es sino el cumplimiento del principio de la ley —el principio ilustrado en la historia del buen samaritano y manifestado en la vida de Jesús. Su carácter revela el verdadero significado de la ley, y muestra qué es amar al prójimo como a nosotros mismos. Y cuando los hijos de Dios manifiestan misericordia, bondad y amor hacia todos los hombres, también atestiguan el carácter de los estatutos del cielo. Dan testimonio de que “la ley de Jehová es perfecta, que vuelve el alma”. Salmo 19:7. Y cualquiera que deja de manifestar este amor viola la ley que profesa reverenciar. Por el sentimiento que manifestamos hacia nuestros hermanos, declaramos cuál es nuestro sentimiento hacia Dios. El amor de Dios en el corazón es la única fuente de amor al prójimo (El Deseado de todas las gentes, p. 466).
  Viernes
12 de abril

Reflexiones adicionales

"El evangelio continuó difundiéndose y el número de sus adherentes aumentó. Penetró en regiones que eran inaccesibles incluso para las águilas de Roma. Un cristiano dijo, discutiendo con los gobernantes paganos que estaban impulsando la persecución: Ustedes pueden 'matarnos, torturarnos, condenarnos. . . . Su injusticia es la prueba de que somos inocentes. . . . Tampoco tu crueldad . . . aprovechéis'. No era más que una invitación más fuerte para atraer a otros a su persuasión. "Cuanto más a menudo somos segados por vosotros, más crecemos en número; la sangre de los cristianos es semilla'. —Tertuliano, Apología, párrafo 50. (Elena G. de White, El Conflicto de los Siglos, págs. 41, 42.)

"La misteriosa providencia que permite a los justos sufrir persecución a manos de los malvados ha sido causa de gran perplejidad para muchos que son débiles en la fe. Algunos incluso están dispuestos a desechar su confianza en Dios porque Él permite que prosperen los hombres más bajos, mientras que los mejores y más puros son afligidos y atormentados por su cruel poder. ¿Cómo, se pregunta, puede Aquel que es justo y misericordioso, y que también es infinito en poder, tolerar tal injusticia y opresión? Esta es una pregunta con la que no tenemos nada que ver. Dios nos ha dado suficiente evidencia de su amor, y no debemos dudar de su bondad porque no podemos entender las obras de su providencia". (El Conflicto de los Siglos, pág. 47).

Preguntas de discusión


  1. ¿Qué valor tiene la persecución? ¿Por qué crees que Dios permite que Su pueblo sufra a veces? Y aunque en algunos casos, como en la iglesia primitiva, el bien pudo salir de ello, ¿qué pasa con los momentos en que parece que nada bueno ha salido de ello? ¿Por qué en situaciones como esta es tan importante la experiencia personal del amor de Dios para mantener la fe?
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  2. ¿Cómo responderías si un amigo te hiciera estas preguntas: "¿Dónde está Dios en mi sufrimiento? Si Él me ama, ¿por qué estoy pasando por un momento tan difícil?"
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  3. ¿Cómo puede su iglesia local convertirse en una comunidad solidaria para impactar al mundo? Analicen maneras prácticas de aplicar el estudio de esta semana.
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Comentarios Elena G.W

La fe por la cual vivo, 14 de febrero, “La resurrección de Cristo y la nueva vida”, p. 53;

Alza tus ojos, 31 de marzo, “El amor de Cristo une los corazones”, p. 102.


Plan de enseñanza de lecciones de escuela sabática

Para la clase de Escuela Sabática, 13 de abril de 2024 . 

Tema principal: Al compartir pacientemente el amor de Cristo incluso en medio de la persecución, ayudamos a Dios a ganar el gran conflicto entre el bien y el mal. 

Uno compartiendo, el otro señalándose a sí mismo

Imagen © Prensa del Pacífico

Leer en clase : Lucas 19:41-44 , Mateo 23:37-38 , Juan 5:40 . Defina el hilo conductor de estos pasajes.

Estudio:  ¿Qué te dicen estos versículos acerca de la actitud de Jesús hacia su pueblo y su respuesta a su amorosa invitación de gracia y misericordia? ¿Qué revelación del carácter de Dios ves?

Aplicar: Lea Mateo 24:15-20 . ¿Qué instrucción dio Jesús a su pueblo para salvarlos de la destrucción venidera de Jerusalén? 

Comparte: Tu amigo dice: “Hay tanta persecución a los cristianos en la iglesia primitiva, y hoy hay tanta persecución, derramamiento de sangre innecesario, angustia y tristeza. ¿Cómo es posible ver el amor de Dios en todo este dolor y sufrimiento? ¿Qué le dices a tu amigo? 

Leer en clase: Hebreos 11:35-38 , Apocalipsis 2:10 y Hechos 2:41 , y Hechos 5:42 . Defina el hilo conductor de estos pasajes.

Estudio: ¿Qué nos dicen estos pasajes acerca de la realidad de los desafíos que enfrentó la iglesia primitiva y cómo continuó creciendo a pesar de esos desafíos? 

Aplicar:  ¿Qué podemos aprender de la iglesia primitiva que pueda ayudarnos a nosotros, la iglesia de los últimos tiempos?

Compartir : Tu amigo pregunta ¿por qué Dios permite que la iglesia sea perseguida? ¿Qué valor tiene? ¿Qué logra? ¿Qué le dices a tu amigo? 

Leer en clase : Leer Hechos 2:44-47 ; Hechos 3:6-9 ; Hechos 6:1-7 . Defina el hilo conductor de estos pasajes.

Estudio:  Aunque las circunstancias varían, ¿qué principios podemos aprender de estos pasajes sobre el cristianismo auténtico?

Aplicar: ¿Cómo ayuda la forma en que su iglesia sirve a la comunidad a demostrar que las acusaciones de Satanás sobre Dios y Su iglesia son incorrectas? En otras palabras, ¿cómo permite su iglesia que la comunidad vea el amor de Dios en la vida práctica del día a día? 

Compartir: Tu amiga dice que los Conquistadores de su iglesia están ayudando a cuidar el césped de las viudas del vecindario y que algunos de los diáconos ayudaron a un granjero a construir un nuevo granero después de que el antiguo se quemara. Independientemente de lo que piense su amigo, en estos tiempos de la historia de la tierra, deberíamos dedicar nuestro tiempo a advertir a la gente sobre la marca de la bestia en lugar de simplemente ayudar a la gente con su vida diaria. ¿Qué le dices a tu amigo? ¿De qué manera podrían los conquistadores y los diáconos estar preparando a la comunidad para la marca de la bestia o el sello de Dios? 

Leer en clase: Juan 13:35 y 1 Juan 4:21 . Defina el hilo conductor de estos pasajes. 

Estudio:   ¿Qué revelan estos pasajes sobre el desafío de Satanás contra el gobierno de Dios en el gran conflicto? ¿Qué nos dicen sobre la esencia del cristianismo genuino?

Aplicar: ¿Cuál es el mensaje obvio para nosotros aquí? ¿Cómo aprendemos a morir al yo para que nosotros también podamos manifestar este mismo espíritu desinteresado? No es fácil, ¿verdad? 

Comparta: ¿Cuáles son algunas formas prácticas en que su clase de Escuela Sabática y/o su familia pueden comunicarse con su comunidad esta semana para hacerles saber que Dios es amor? 

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