Lección 2: ENSÉÑANOS A ORAR
Sábado por la tarde
Lea para el estudio de esta semana
Salmos 105:5; Colosenses 3:16; Santiago 5:13; Salmos 44:1-26; Salmos 22:1-31; Salmos 13:1-6; Salmos 60:1-5.
Texto de memoria:
"Y aconteció que estando orando en cierto lugar, cuando cesó, uno de sus discípulos le dijo: Señor, enséñanos a orar, como también Juan enseñó a sus discípulos" (Lucas 11:1).
La creencia de que sólo la oración espontánea y no aprendida es la verdadera oración parece prevalecer entre algunos cristianos. Sin embargo, los discípulos de Jesús fueron inmensamente recompensados cuando le pidieron a Jesús que les enseñara a orar. Dios colocó un libro de oración, los Salmos, en el corazón de la Biblia, no solo para mostrarnos cómo oraba el pueblo de Dios en la antigüedad, sino también para enseñarnos cómo podemos orar hoy.
Desde las edades más tempranas, los Salmos han dado forma a las oraciones del pueblo de Dios, incluidas las oraciones de Jesús (1 Crónicas 16:7,9; Nehemías 12:8; Mateo 27:46; Efesios 5:19). Esta semana veremos el papel que jugaron los Salmos para ayudar al pueblo de Dios a atravesar su viaje de vida y crecer en su relación con Dios. Debemos recordar que los Salmos son oraciones y, como tales, son invaluables, no solo por su visión teológica, sino también por las formas en que pueden enriquecer y transformar nuestras oraciones individuales y comunitarias.
Orar los Salmos ha ayudado a muchos creyentes a establecer y mantener una vida de oración regular y satisfactoria.
Esta semana continuaremos viendo los Salmos, especialmente en el contexto de tiempos en los que las cosas no van muy bien para nosotros.
*Estudie la lección de esta semana para prepararse para el día de reposo 13 de enero.
Comentarios Elena G.W
La oración diaria es algo esencial para el crecimiento en la gracia, aun para la vida espiritual misma, como lo es el alimento temporal para el bienestar físico. Debemos acostumbrarnos a elevar los pensamientos a menudo a Dios en oración. Si la mente vagabundea, debemos volverla de nuevo; por un esfuerzo perseverante, el hábito por fin se impone como algo fácil. No podemos, por un solo momento, separarnos de Cristo con seguridad. Podemos tener su presencia para asistirnos en cada uno de nuestros pasos, pero únicamente al observar las condiciones que él mismo ha establecido.La religión debe convertirse en la gran ocupación de la vida. Cualquier otra cosa debe ser considerada como subordinada. Todas nuestras facultades, nuestra alma, cuerpo y espíritu, deben empeñarse en la guerra cristiana. Debemos mirar a Cristo para obtener fortaleza y gracia, y ganaremos la victoria tan seguramente como lo hizo Jesús por nosotros (La edificación del carácter, p. 92).
Cristo vino al mundo para salvarlo, para vincular al hombre caído con el Dios infinito. Los seguidores de Cristo han de ser canales de luz. Manteniendo su comunión con Dios, han de transmitir las preciosas bendiciones que reciben del cielo a los que yacen en las tinieblas y el error. Enoc no se dejó contaminar con las iniquidades que prevalecían en sus días; ¿y acaso necesitamos nosotros dejarnos contaminar en los nuestros? Siguiendo el ejemplo de nuestro Maestro, hemos de tener compasión por la humanidad que sufre, piedad por los desafortunados, y mostrarnos generosos y considerados con los sentimientos y necesidades de los menesterosos, y los que están turbados y desesperados.
Los que son cristianos de veras buscarán hacer el bien a los demás y al mismo tiempo pondrán de tal manera en orden su conversación y comportamiento que mantendrán una serena y bendecida actitud de paz mental. La Palabra de Dios requiere que seamos como nuestro Salvador, que reflejemos su imagen, imitemos su ejemplo, y vivamos su vida. El egoísmo y la mundanalidad no son frutos del árbol cristiano. Ningún hombre puede vivir para sí y a la vez disfrutar de la aprobación de Dios (Testimonios para la iglesia, t. 5, p. 106).
Las tentaciones a las que estamos expuestos diariamente hacen de la oración una necesidad. Para que el poder de Dios pueda guardarnos por la fe, los deseos de la mente deberían ascender continuamente en oración silenciosa pidiendo ayuda, luz, fuerza y sabiduría…
Debemos vivir una vida de doble aspecto. Debe ser una vida de meditación y acción, de oración silenciosa y de trabajo honesto… El alma que se vuelve a Dios en busca de fuerza, apoyo y poder mediante la oración diaria y sincera tendrá nobles aspiraciones, claras percepciones de la verdad y el deber, elevados propósitos de acción y un hambre y una sed de justicia continuas. Al mantener la unión con Dios seremos capaces de difundir a otros, mediante nuestras relaciones con ellos, la luz, la paz, y la serenidad que gobiernan nuestro corazón y seremos para ellos un ejemplo de fidelidad inquebrantable a los intereses de la obra en la que participamos (Testimonios para la iglesia, t. 4, pp. 450, 451).
Fomentar el uso de los Salmos en la oración
Lee Salmos 105:5; Colosenses 3:16; Santiago 5:13. ¿Cuál es el lugar de los Salmos en la experiencia de adoración del creyente?
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Una forma sencilla de introducir los Salmos en la vida cotidiana es dedicar tiempo cada día a la lectura de un salmo, comenzando con el Salmo 1:1-6, y siguiendo el orden dado en el salterio. Otra forma es leer los salmos que corresponden a tu situación actual, sea cual sea: hay salmos de lamento, salmos de lamento comunitario, salmos de acción de gracias, himnos, salmos penitenciales, salmos de sabiduría (buscando la sabiduría y guía de Dios), salmos históricos, salmos que contienen ira y rabia, y salmos de peregrinación. En el transcurso de este trimestre, veremos muchos de ellos y estudiaremos estos salmos en el contexto en el que aparecen.
¿Cómo, entonces, debemos leer los Salmos?
Primero lee el salmo, haciendo una reflexión sencilla, y luego ora. Reflexionar sobre el salmo implica reflexionar sobre los diversos aspectos del salmo: la forma en que el salmista se dirige a Dios y las razones de la oración. Considera cómo tu situación corresponde a la experiencia del salmista y cómo el salmo podría ayudarte a articular tu experiencia. Te sorprenderá la frecuencia con la que podrás resonar y relacionarte con lo que lees allí.
Si algo en el salmo te desafía, medita, por ejemplo, si el salmo corrige tus falsas esperanzas actuales acerca de algo que estás enfrentando. Contemplar el mensaje del salmo a la luz de la persona y la obra salvífica de Cristo y la esperanza a largo plazo que nos ofrece la obra de Cristo. Como sabemos, o deberíamos saber, siempre ayuda mirar todo en la Biblia a la luz de Cristo y la Cruz.
Además, busque nuevos motivos para la oración que el salmo proporciona, y piense en su importancia para usted, su iglesia y el mundo. Pídele a Dios que ponga Su Palabra en tu corazón y en tu mente. Si el salmo corresponde a la situación de alguien que conoces, intercede en oración por esa persona. El punto es que los Salmos cubren muchos aspectos de la vida, y podemos enriquecernos leyendo y absorbiendo en nuestros corazones lo que nos están diciendo.
¿Qué significa "que la palabra de Cristo habite en abundancia en vosotros" (Colosenses 3:16)? ¿Por qué leer la Biblia es el primer paso y el más crucial para esa experiencia?
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Comentarios Elena G.W
En la Palabra de Dios contemplamos el poder que estableció los fundamentos de la tierra y que extendió los cielos. Únicamente en ella podemos hallar una historia de nuestra raza que no esté contaminada por el prejuicio o el orgullo humanos. En ella se registran las luchas, las derrotas y las victorias de los mayores hombres que el mundo haya conocido jamás. En ella se desarrollan los grandes problemas del deber y del destino. Se levanta la cortina que separa el mundo visible del mundo invisible, y presenciamos el conflicto de las fuerzas encontradas del bien y del mal, desde la primera entrada del pecado hasta el triunfo final de la rectitud y de la verdad; y todo ello no es sino una revelación del carácter de Dios.En la contemplación reverente de las verdades presentadas en su Palabra, la mente… entra en comunión con la Mente infinita. Un estudio tal no solo purifica y ennoblece el carácter, sino que inevitablemente amplía y fortalece las facultades mentales (Reflejemos a Jesús, p. 107).
Desde el tiempo en que los padres de Jesús le encontraron en el templo, su conducta fue un misterio para ellos. No quería entrar en controversia; y, sin embargo, su ejemplo era una lección constante. Parecía puesto aparte. Hallaba sus horas de felicidad cuando estaba a solas con la naturaleza y con Dios. Siempre que podía, se apartaba del escenario de su trabajo, para ir a los campos a meditar en los verdes valles, para estar en comunión con Dios en la ladera de la montaña, o entre los árboles del bosque. La madrugada le encontraba con frecuencia en algún lugar aislado, meditando, escudriñando las Escrituras, u orando. De estas horas de quietud, volvía a su casa para reanudar sus deberes y para dar un ejemplo de trabajo paciente (El Deseado de todas las gentes, p. 69).
Corremos constantemente el peligro de creer que nos bastamos a nosotros mismos, de confiar en nuestra propia sabiduría y no hacer de Dios nuestra fortaleza. Nada perturba tanto a Satanás como nuestro conocimiento de sus designios. Si sentimos nuestro peligro, sentiremos nuestra necesidad de orar, como la sintió Nehemías, y como él obtendremos esa sólida defensa que nos dará seguridad en el peligro. Si somos negligentes e indiferentes, seremos ciertamente vencidos por los designios de Satanás. Debemos ser vigilantes. Aunque, como Nehemías, recurramos a la oración, llevando todas nuestras perplejidades y cargas a Dios, no debemos creer que no tenemos nada que hacer. Debemos velar y orar (Testimonios para la iglesia, t. 3, p. 627).
Confianza en tiempos difíciles
Todos los cristianos conocen, y han experimentado, momentos de desesperación y sufrimiento, momentos en los que se han preguntado qué está haciendo el Señor, o por qué el Señor está permitiendo que estas cosas les sucedan a ellos. Los mismos salmistas pasaron por cosas similares. Y, por inspiración divina, registraron lo que habían experimentado.
Lee Salmos 44:1-26. ¿Qué nos está diciendo y por qué es relevante para los creyentes de todas las edades?
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La selectividad de los Salmos en los servicios de adoración de la iglesia a menudo refleja la exclusividad de los estados de ánimo y las palabras que expresamos en nuestras oraciones comunitarias. Tal restricción puede ser un signo de nuestra incapacidad o inquietud para enfrentarnos a las realidades oscuras de la vida. Aunque a veces podemos sentir que Dios nos trata injustamente cuando el sufrimiento nos golpea, no nos parece apropiado expresar nuestros pensamientos en el culto público o incluso en la oración privada.
Esta renuencia podría hacer que perdamos el punto de la adoración. El fracaso en expresar honesta y abiertamente nuestros sentimientos y puntos de vista ante Dios en oración a menudo nos deja en esclavitud a nuestras propias emociones. Esto también nos niega la confianza en acercarnos a Dios. Rezar los Salmos nos da la seguridad de que, cuando oramos y adoramos, no se espera que censuremos o neguemos nuestra experiencia.
El Salmo 44:1-26, por ejemplo, puede ayudar a los adoradores a articular su experiencia de sufrimiento inocente de manera libre y adecuada. Rezar los Salmos ayuda a las personas a experimentar la libertad de expresión en la oración. Los Salmos nos dan palabras que no podemos encontrar ni nos atrevemos a pronunciar. "Nuestro corazón no se ha vuelto atrás, ni nuestros pasos se han apartado de Tu camino; pero tú nos has quebrantado en lugar de chacales, y nos has cubierto con sombra de muerte" (Salmos 44:18-19).
Fíjese, sin embargo, en cómo comienza el Salmo 44:1-26. El escritor está hablando de cómo, en el pasado, Dios había hecho grandes cosas por Su pueblo. Por lo tanto, el autor expresa su confianza en Dios y no "en mi arco" (Salmo 44:6).
A pesar de esto, el pueblo de Dios todavía ha tenido problemas. La lista de aflicciones y lamentos es larga y dolorosa. Sin embargo, incluso en medio de todo esto, el salmista clama a Dios para que nos libere, para que "nos redima por causa de tus misericordias" (Salmos 44:26). Es decir, incluso en medio de la dificultad, conoce la realidad de Dios y Su amor.
¿De qué manera el recurrir a tiempos pasados, cuando la presencia de Dios se sentía muy real, puede ayudarte a lidiar con los momentos en los que los problemas te hacen pensar que Dios está lejos?
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Comentarios Elena G.W.
El cielo se acerca a la tierra por esa escalera mística, cuya base está firmamente plantada en la tierra, mientras que su parte superior llega al trono del Infinito. Los ángeles están constantemente ascendiendo y descendiendo por esta escalera de deslumbrante resplandor, llevando las oraciones de los menesterosos y angustiados al Padre celestial, y trayendo bendición y esperanza, valor y ayuda, a los hijos de los hombres. Esos ángeles de luz crean una atmósfera celestial en el derredor del alma, elevándonos hacia lo invisible y eterno. No podemos contemplar sus formas con nuestra vista natural; solamente mediante una visión espiritual podemos discernir las cosas celestiales. Solamente el oído espiritual puede oír la armonía de las voces celestiales.“El ángel de Jehová acampa en derredor de los que le temen, y los defiende”. Salmo 34:7 . Dios envía a sus ángeles a salvar a sus escogidos de la calamidad, a protegerlos de “pestilencia que ande en oscuridad”, y de “mortandad que en medio del día destruya”. Salmo 91:6 . Repetidas veces los ángeles han hablado con los hombres como un hombre habla con su amigo, y los han guiado a lugares seguros. Vez tras vez las palabras alentadoras de los ángeles han renovado los espíritus abatidos de los fieles, elevando sus mentes por encima de las cosas de la tierra, y los han inducido a contemplar por la fe las ropas blancas, las coronas y las palmas de victoria. , que los vencedores recibirán cuando circunden el gran trono blanco.
La obra de los ángeles consiste en acercarse a los probados, dolientes o tentados. Trabajan incansablemente en favor de aquellos por quienes Cristo murió (_Los hechos de los apóstoles,_pp. 123, 124).
La fe que fortaleció a Habacuc ya todos los santos y justos de aquellos tiempos de prueba intensa, era la misma fe que sostiene al pueblo de Dios hoy. En las horas más sombrías, en las circunstancias más amedrentadoras, el creyente puede afirmar su alma en la fuente de toda luz y poder. Día tras día, por la fe en Dios, puede renovar su esperanza y valor. “El justo en su fe vivirá”. Al servir a Dios, no hay por qué experimentar abatimiento, vacilación o temor. El Señor hará más que cumplir las más altas expectativas de aquellos que ponen su confianza en él. Les darán la sabiduría que exigen sus variadas necesidades.
Acerca de la abundante provisión hecha para toda alma tentada, el apóstol Pablo da un testimonio elocuente. Le fue asegurado divinamente: “Bástate mi gracia; porque mi potencia en la flaqueza se perfecciona”. Con gratitud y confianza, el probado siervo de Dios contestó: “Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis flaquezas, porque habite en mí la potencia de Cristo. Por lo cual me gozo en las flaquezas, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias por Cristo; porque cuando soy flaco, entonces soy poderoso”. 2 Corintios 12:9, 10 (_Profetas y reyes,_pp. 285, 286).
Tremendas pruebas aguardan al pueblo de Dios. El espíritu de la guerra está conmoviendo a las naciones de un cabo al otro del mundo. Pero el pueblo de Dios permanecerá incluido en medio del tiempo de angustia que está por venir, un tiempo de angustia sin parangón en el mundo. Satanás y sus ángeles no pueden destruirlo, porque está protegido por ángeles de poder superior (_Mensajes selectos,_t. 2, p. 63).
Un salmo de desesperación
Rezar los Salmos hace más que permitir a los adoradores articular sus oraciones libremente. Los Salmos supervisan su experiencia de acuerdo con las normas de Dios y la hacen soportable al introducir esperanza y seguridad de la presencia de Dios.
Lee Salmos 22:1-31. ¿Qué podemos aprender de este salmo acerca de la confianza en Dios en medio de un gran sufrimiento?
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Las palabras de lamento del Salmo 22:1 pueden ayudar a las personas que sufren a expresar su dolor y su sensación de soledad: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? ¿Por qué estás tan lejos de ayudarme, y de las palabras de mi gemido?" (NKJV).
Estas palabras, por supuesto, se han hecho famosas entre los cristianos porque fueron las mismas palabras que Jesús mismo, mientras estaba en la cruz, pronunció, mostrándonos cuán centrales fueron los Salmos para la experiencia de Cristo (ver Mateo 27:46).
Sin embargo, incluso en medio del sufrimiento y las pruebas, también se expresan estas palabras: "Declararé tu nombre a mis hermanos; en medio de la congregación te alabaré" (Salmos 22:22).
En otras palabras, aunque estos sentimientos exactos pueden no coincidir con el dilema actual del autor, el salmista todavía estaba expresando su fe en Dios y declarando que, pasara lo que pasara, todavía alabaría a Dios.
El punto es que, al darnos palabras para orar, los Salmos nos enseñan a mirar más allá de nuestra situación actual y, por fe, a ver el momento en que nuestra vida será restaurada por la gracia de Dios.
Por lo tanto, rezar los Salmos lleva a los fieles a nuevos horizontes espirituales. Los Salmos permiten a los adoradores expresar sus sentimientos y entendimientos, pero no se les deja donde están actualmente. Los adoradores son inducidos a abandonar sus cargas de dolor, decepción, ira y desesperación ante Dios y a confiar en Él, cualesquiera que sean sus circunstancias.
El paso del lamento a la alabanza que se observa en muchos salmos sugiere la transformación espiritual que experimentan los creyentes cuando reciben la gracia divina y el consuelo en la oración.
¿Cómo podemos aprender a ver más allá de nuestras pruebas inmediatas y, por lo tanto, confiar en la bondad de Dios, independientemente de lo que enfrentemos ahora?
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Comentarios Elena G.W.
Se me reveló que el poder de Satanás se ejerce especialmente sobre los hijos de Dios. Muchos de mí fueron presentados en condición de duda y desesperación. Las enfermedades del cuerpo afectan la mente. Un enemigo astuto y poderoso acompaña nuestros pasos, y dedica su fuerza y habilidad a tratar de apartarnos del camino recto. Y demasiado a menudo sucede que los hijos de Dios no están en guardia y por lo tanto ignoran sus designios. Satanás obra por los medios que mejor le permiten ocultarse, ya menudo alcanza su objeto_(Testimonios para la iglesia_, t. 1, p. 274).Debemos apreciar y cultivar la fe acerca de la cual testificaron los profetas y los apóstoles, la fe que echa mano de las promesas de Dios y guarda la liberación que ha de venir en el tiempo y de la manera que él señaló. La segura palabra profética tendrá su cumplimiento final en el glorioso advenimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, como Rey de reyes y Señor de señores. El tiempo de espera puede parecer largo; el alma puede estar oprimida por circunstancias desalentadoras; pueden caer al lado del camino muchos de aquellos en quienes se puso confianza; pero con el profeta que procuró alentar a Judá en un tiempo de apostasía sin parangón, declaramos con confianza: “Jehová está en su santo templo: calle delante de él toda la tierra”. Habacuc 2:20 . Recordemos siempre el mensaje animador: “Aunque la visión tardará aún por tiempo, mas al fin hablará, y no mentirá: aunque se tardare, espéralo, que sin duda vendrá; no tardará… Mas el justo en su fe vivirá”. Vers. 3, 4 (_Profetas y reyes,_p. 286).
La genuina conversión… nos enseñará a afirmar nuestra confianza en Aquel que es nuestra única esperanza. Por la conversión uniremos nuestra debilidad con la fortaleza de Dios, nuestra ignorancia con su sabiduría, nuestra indignidad con sus méritos, nuestra pobreza con sus ilimitadas riquezas, nuestro desamparo con su constante poder.
Debemos investigar la Palabra de Dios, haciéndola una parte de nosotros mismos. Un espíritu de humildad, el espíritu de Cristo, nos ayudará a conocer a Aquel que nos ha llamado a la gloria y la virtud.
Si entretejemos la verdad dentro del diario vivir, como debiéramos, avanzaríamos cada vez más alto, obteniendo una comprensión cada vez más clara de la revelación de Dios. Debiéramos ensalzarlo en cantos de alabanza. Por medio del salmista, Cristo declaró: “En medio de la congregación te alabaré”. Salmo 22:22 . Su voz fue la nota tónica del universo. Su poder ilimitado, su inescrutable entendimiento, su admirable sacrificio por la raza humana nos ayuda a comprender el amor de Dios. Necesitamos tener individualmente a Cristo morando en el alma. Necesitamos abrir nuestras mentes y corazones a la morada del Espíritu de verdad. Necesitamos apreciar nuestros privilegios como poseedores de la verdad sagrada y elevadora. ¡Piensa en lo que esto significa para nosotros, herederos de Dios y coherederos con Cristo! ( En Lugares celestiales , p. 248; parcialmente en _En los lugares celestiales,_p. 250).
De la desesperación a la esperanza
Probablemente todos hemos enfrentado momentos en los que la presencia de Dios parecía estar muy lejos de nosotros. ¿Quién, a veces, no ha pensado: ¿Cómo pudo suceder esto?
Los salmistas, humanos como el resto de nosotros, seguramente enfrentaron cosas similares. Aunque, sí, a veces nuestros pecados nos traen pruebas, otras veces parecen ser tan injustos, y sentimos como si no mereciéramos lo que ahora enfrentamos. De nuevo, ¿quién no ha estado allí?
Lee Salmos 13:1-6. ¿Qué dos estados de ánimo principales puedes distinguir en este salmo? ¿Qué decisión crees que produjo el cambio radical en la perspectiva general del salmista?
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"¿Hasta cuándo, oh Señor? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Hasta cuándo esconderás de mí tu rostro?" (Salmos 13:1). Una vez más, ¿quién no puede relacionarse con estos sentimientos, por muy equivocados que sean? (¿Alguna vez Dios se olvida de alguno de nosotros?)
El Salmo 13:1-6, entonces, señala la manera de evitar otro error común: enfocarnos en nosotros mismos y en nuestros problemas al orar. Este salmo puede transformar nuestra oración al llevarnos a reafirmar la naturaleza fiel e inmutable de los tratos de Dios con su pueblo.
Claro, aunque el salmo comienza con lamentos y quejas, no termina ahí. Y ese es el punto crucial.
El salmo nos lleva a elegir deliberadamente confiar en el poder redentor de Dios (Salmos 13:5), de modo que nuestro temor y ansiedad (Salmos 13:1-4) puedan dar paso gradualmente a la salvación de Dios, y comencemos a experimentar un cambio del lamento a la alabanza, de la desesperación a la esperanza (Salmos 13:5-6).
Sin embargo, una mera repetición de las palabras de los Salmos con sólo una ligera comprensión de su significado no producirá la auténtica transformación que se pretende con su uso. Al rezar los Salmos, debemos buscar al Espíritu Santo para que nos permita actuar de la manera exigida por el salmo. Los Salmos son la Palabra de Dios por la cual el carácter y las acciones de los creyentes son transformados, no simplemente informados. Por la gracia de Dios, las promesas de los Salmos se manifiestan en la vida de los creyentes. Esto significa que permitimos que la Palabra de Dios nos forme de acuerdo con la voluntad de Dios y nos una con Cristo, quien demostró perfectamente la voluntad de Dios y, como el Hijo de Dios encarnado, también oró los Salmos.
¿Cómo pueden tus pruebas acercarte más a Dios? ¿Por qué, si no tienes cuidado, pueden alejarte de Él?
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Comentarios Elena G.W
Las pruebas que ponen a prueba nuestra fe de manera tan severa y hacen que pensemos que Dios se ha olvidado de nosotros están diseñadas para acercarnos cada vez más a Cristos, para que podamos depositar todas nuestras cargas a sus pies y sintamos la paz que él nos da a cambio… Cuando se rinda completamente a Dios; cuando, quebrantado, se abandone a Jesús; recibirá como recompensa la victoria y el gozo que nunca antes habrá experimentado. Mientras eche una clara mirada hacia el pasado, verá que en el momento en que para usted la vida era una paradoja y una carga, Jesús mismo estaba a su lado, queriendo llevarle a la luz. El Padre estaba junto a usted, forjándolo con un amor indecible, afligiéndolo por su bien, como el orfebre refina el oro. Cuando creyó que estaba abandonado, él estuvo junto a usted para consolarlo y sostenerlo. Pocas veces vemos a Jesús tal como es; y nunca estamos tan dispuestos a aceptar su ayuda como él a dárnosla (Testimonios para la iglesia, t. 4, pp. 217, 218).Todo el capítulo 54 de Isaías es aplicable al pueblo de Dios, y se cumplirá cada especificación de la profecía. El Señor no abandonará a su pueblo en el tiempo de su prueba. Él dice: “Por un breve momento te abandoné, pero te recogeré con grandes misericordias. Con un poco de ira escondí mi rostro de ti por un momento; pero con misericordia eterna tendré compasión de ti, dijo Jehová tu Redentor”… [Esta] promesa es para los que, en medio de la apostasía general, guardan los mandamientos de Dios y ensalzan la norma moral ante los ojos del mundo que ha abandonado la ley y ha quebrantado el pacto eterno (Comentarios de Elena G. de White en Comentario bíblico adventista, t. 4, pp. 1169, 1170).
A veces, una profunda sensación de nuestra indignidad hará estremecer de terror al ser, pero esto no es evidencia de que Dios haya cambiado para con nosotros o nosotros para con Dios. No se debería hacer ningún esfuerzo para ajustar la mente a cierta intensidad de emoción. No podemos sentir hoy la paz y el gozo que sentíamos ayer; pero deberíamos asirnos por la fe de la mano de Cristo y confiar en él tan plenamente en la oscuridad como en la luz.
Quizá Satanás susurre: “Eres demasiado pecador para que Cristo te salve”. Al par de reconocer que son ciertamente pecadores e indignos, pueden hacer frente al tentador exclamando: “Por la virtud de la expiación reclamo a Cristo mi Salvador. No confío en mis propios méritos, sino en la preciosa sangre de Jesús, que me limpia. En este momento hago depender mi ser impotente de Cristo”. La vida cristiana debe ser una vida de fe constante y viva. Una confianza inflexible, una firme dependencia de Cristo, proporcionarán paz y seguridad al espíritu (Mensajes para los jóvenes, p. 77).
Oh, restáuranos otra vez
Lee Salmos 60:1-5. ¿Para qué ocasiones crees que este salmo sería una oración adecuada? ¿Cómo podemos beneficiarnos de los salmos de lamento incluso en las épocas alegres de la vida?
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Los salmos de lamento generalmente se entienden como oraciones de personas que atraviesan tiempos difíciles, ya sean físicos, psicológicos o espirituales. O las tres cosas.
Sin embargo, esto no significa que debamos evitar estos salmos, incluso en los buenos tiempos. A veces puede haber una disyunción total entre las palabras del salmo y la experiencia presente del adorador. Es decir, los salmos de lamento pueden ser beneficiosos para los adoradores que no están angustiados.
En primer lugar, pueden hacernos más conscientes de que el sufrimiento es parte de la experiencia humana general y que les sucede tanto a los justos como a los malvados. Los Salmos nos aseguran que Dios tiene el control y provee fortaleza y soluciones en tiempos de problemas. Incluso en este salmo, incluso en medio de la tribulación ("Has hecho temblar la tierra", Salmo 60:2), el salmista muestra su esperanza final en la liberación de Dios.
En segundo lugar, los salmos de lamento nos enseñan compasión hacia los que sufren. Al expresar nuestra felicidad y gratitud a Dios, especialmente en público, debemos tener en cuenta a los menos afortunados. Claro, puede que tengamos cosas buenas en este momento, pero ¿quién no conoce a las personas, a nuestro alrededor, que están sufriendo terriblemente? Rezar tales salmos puede ayudarnos a no olvidar a aquellos que están pasando por momentos difíciles. Los Salmos deben evocar en nosotros la compasión y el deseo de ministrar a los que sufren como lo hizo Jesús.
"Este mundo es un vasto lazar, pero Cristo vino a sanar a los enfermos, a proclamar la liberación de los cautivos de Satanás. Él estaba en sí mismo sano y fuerte. Impartió su vida a los enfermos, a los afligidos, a los poseídos por demonios. No rechazó a ninguno de los que vinieron a recibir su poder sanador. Sabía que los que le pedían ayuda se habían traído la enfermedad a sí mismos; sin embargo, no se negó a sanarlos. Y cuando la virtud de Cristo entró en estas pobres almas, fueron convencidas de pecado, y muchas fueron sanadas de sus enfermedades espirituales, así como de sus dolencias físicas. El evangelio todavía posee el mismo poder, y ¿por qué no habríamos de presenciar hoy los mismos resultados?" —Elena G. de White, Ministerio de Bienestar, págs. 24, 25.
¿A quién conoces, en este momento, que necesite no solo tus oraciones, sino también tu toque ministrador?
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Comentarios Elena G.W
Jesús es nuestra única esperanza. Podemos contemplarlo: Es nuestro Salvador. Podemos confiar en su palabra y depender de él. Sabe exactamente qué clase de ayuda necesitamos, y podemos confiar seguramente en él. Si dependemos únicamente de la sabiduría humana para conducirnos, nos hallaremos en el bando de los perdedores. Pero podemos acudir directamente al Señor Jesús, pues él ha dicho: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas”. Tenemos el privilegio de aprender de [él] (_Testimonios para los ministros,_p. 486).Nuestro Señor Jesucristo vino a este mundo como siervo para suplir incansablemente la necesidad del hombre. “El mismo tomó nuestras enfermedades y llevó nuestras dolencias” (Mateo 8:17), para atender a todo menester humano. Vino para quitar la carga de enfermedad, miseria y pecado. Era su misión ofrecer a los hombres completa restauración; vino para darles salud, paz y perfección de carácter.
Variadas eran las circunstancias y necesidades de los que suplicaban su ayuda, y ninguno de los que a él acudían quedaba sin socorro. De él fluía un caudal de poder curativo que sanaba de cuerpo, espíritu y alma a los hombres (El ministerio de curación, p. 11).
Los ángeles del cielo… están al lado de todos aquellos que prestan servicio a Dios ministrando a sus semejantes. Y tenéis la cooperación de Cristo mismo. Él es el restaurador, y mientras trabajéis bajo su dirección, veréis grandes resultados…
Cristo está tratando de elevar a todos aquellos que quieran ser elevados a un compañerismo consigo, para que podamos ser uno con él, como él es uno con el Padre. Nos permite llegar a relacionarnos con el sufrimiento y la calamidad a fin de sacarnos de nuestro egoísmo; trata de desarrollar en nosotros los atributos de su carácter: la compasión, la ternura y el amor. Aceptando esta obra de ministración, nos colocamos en su escuela, a fin de ser hechos idóneos para las cortes de Dios…
“Si guardares mi ordenanza —declara el Señor—, entre estos que aquí están te daré plaza”, Zacarías 3:7. aun entre los ángeles que rodean su trono. Cooperando con los seres celestiales en su obra en la tierra, nos estamos preparando para su compañía en el cielo. Los “espíritus administradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de salud” (Hebreos 1:14), los ángeles del cielo, darán la bienvenida a aquel que en la tierra vivió no “para ser servido, sino para servir” (Matthew 20:28) (_Palabras de vida del gran Maestro,_pp. 320, 321).
Reflexiones adicionales
Lee Salmos 42:8 y Elena G. de White, "Poesía y cántico", págs. 159–168, en Educación. ¿Cómo se relacionan la oración y el cántico de acuerdo con estos textos inspirados?
Elena G. de White describe los salmos penitentes de David (por ejemplo, Salmos 51:1-19) como el lenguaje de su alma y oraciones que ilustran la naturaleza del verdadero dolor por el pecado (ver El Camino a Cristo, pp. 24, 25). Ella anima a los creyentes a memorizar textos de los Salmos como el medio para fomentar el sentido de la presencia de Dios en sus vidas y destaca la práctica de Jesús de levantar Su voz con salmos cuando se encuentra con la tentación y el miedo opresivo. También comenta: "¡Cuántas veces por medio de palabras de santo canto se abren en el alma los manantiales de la penitencia y de la fe, de la esperanza, del amor y de la alegría! . . . De hecho, muchas canciones son oraciones". (Educación, págs. 162-168.)
Cuando oramos y cantamos los Salmos, asumimos la persistencia, la audacia, el coraje y la esperanza de los salmistas. Nos animan a continuar nuestro viaje espiritual y nos reconfortan de que no estamos solos. Otras personas, como nosotros, han pasado por momentos oscuros y, sin embargo, han triunfado por la gracia de Dios. Al mismo tiempo, los Salmos nos revelan los destellos de la ferviente intercesión de Cristo por nosotros, ya que Él siempre vive para orar por nosotros (Hebreos 7:25).
Involucrar los salmos en la oración y la adoración hace que la comunidad creyente sea consciente de toda la gama de la experiencia humana y enseña a los adoradores a participar en las diversas facetas de esa experiencia en la adoración. Los Salmos son oraciones y cantos divino-humanos. Por esa razón, incluir salmos consistentemente en la adoración lleva a la comunidad creyente al centro de la voluntad de Dios y de la poderosa gracia sanadora.
Preguntas de discusión
- ¿Por qué la oración espontánea y no guiada no es la única manera de orar? ¿Cómo puede nuestra vida de oración beneficiarse de los Salmos, las oraciones bíblicas?
_________________________________________________________________________________________ - ¿Cómo pueden los Salmos enriquecer nuestra experiencia de oración comunitaria? Discuta algunas formas prácticas en que su iglesia local puede fomentar el uso de los Salmos en sus servicios de adoración.
_________________________________________________________________________________________ - ¿Qué revelan los Salmos sobre la complejidad de la peregrinación humana de la fe y el poder de la gracia sanadora de Dios?
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Plan de enseñanza
Pensamiento clave: Rezar los Salmos ha ayudado a muchos creyentes a establecer y mantener una vida de oración regular y satisfactoria. Dios nos dio los salmos para enseñarnos cómo podemos orar juntos.
1. Pida a un voluntario que lea el Salmo 44:23-26.
- Pida a los miembros de la clase que compartan una breve reflexión sobre cuál es el punto más importante de este pasaje.
- ¿Qué nos dice este salmo y por qué es relevante para los creyentes de todas las épocas?
- Aplicación personal: ¿Aprovechar los buenos momentos en los que las promesas de Dios se sentían muy reales, ayudarnos a lidiar con los momentos en que tus problemas te hacen pensar que Dios está lejos?" Comparte tus pensamientos.
- Estudio de casos: Uno de ustedes, parientes, dice: "¿Por qué Dios permite que les sucedan cosas malas a aquellos que lo aceptan y confían en Él?" ¿Cómo le responderías a tu familiar?
2. Pida a un voluntario que lea el Salmo 22.
- Pida a los miembros de la clase que compartan una idea sobre cuál es el punto más importante de este texto.
- ¿Qué podemos aprender de este salmo acerca de la confianza en Dios en medio de un gran sufrimiento?
- Aplicación personal: ¿Cómo lidias con las dificultades y las pruebas en tu vida? ¿Son fáciles de atravesar? ¿Tu fe siempre fue fuerte, o perdiste de vista a Dios a veces cuando luchabas? Comparte tus pensamientos
- Estudio de casos: Uno de tus amigos dice: "Parece que no puedo ver más allá de mis problemas inmediatos y presentes. ¿Cómo puedo confiar en Dios cuando me enfrento a pruebas para las que no tengo remedio y mi futuro está en tinieblas?" ¿Cómo le responderías a tu amigo?
3. Pida a un voluntario que lea el Salmo 13.
- Pida a los miembros de la clase que compartan una breve reflexión sobre cuál es el punto más importante de este texto.
- ¿Puedes detectar dos estados de ánimo principales en este salmo? ¿Qué decisión crees que trajo un cambio radical en la perspectiva general del salmista?
- Aplicación personal: Cuando estamos en una prueba, y muchas veces cuando no, ¿cómo reflejan nuestras oraciones nuestro enfoque en nosotros mismos? ¿Cómo llegamos al punto en el que podemos enfocarnos en los demás y en la voluntad de Dios en nuestras vidas en lugar de "Ay de mí"? Comparte tus pensamientos.
- Estudio de casos: Uno de tus vecinos dice: "No sé por qué le suceden cosas malas a la gente buena. Dios prometió protegernos del mal. Y, sin embargo, las buenas personas tienden a sufrir la mayor parte del dolor. ¿Por qué alguien querría convertirse en cristiano cuando eso solo trae más problemas?" ¿Cómo le responderías a tu familiar?
4. Pida a un voluntario que lea el Salmo 60:1-5.
- Pida a los miembros de la clase que compartan una idea sobre cuál es el punto más importante de este texto.
- ¿En qué situaciones sería este salmo una oración adecuada?
- Aplicación personal: ¿A quién conoces en este momento, que necesita no solo tus oraciones, sino también tu toque ministrador? Comparte tus pensamientos.
- Estudio de casos: Piensa en una persona que necesita escuchar un mensaje de la lección de esta semana. Diga a la clase lo que planea hacer esta semana para compartirlo con ellos.
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